Heraldo-Diario de Soria

Falla un mercancías y deja sin Pregón a los viajeros de Soria

Los usuarios llegaron al Cañuelo con 98 minutos de retraso, pasadas las 23.30

Un convoy en la estación del Cañuelo.-Mario Tejedor

Un convoy en la estación del Cañuelo.-Mario Tejedor

Publicado por
JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO
Soria

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Cuando no es por una avería propia, se desencadena la ajena y el resultado es el mismo: viajeros del tren aguantando una nueva incidencia, demoras y molestias. En la sucedida en la jornada del Pregón hay que decir que el convoy con destino a Soria fue ‘inocente’. El ‘culpable’ estuvo representado por un mercancías que falló y quedó atascado. Como resultado, a quien esperaba llegar al momento mágico de las 23.00 horas en la plaza Mayor se le chafó el plan. Al menos nada impidió que pudieran unirse luego a la fiesta.

«Media Distancia 17306 Madrid-Soria detenido en Guadalajara por incidencia técnica», contaba Inforenfe, el canal de Twitter del operador. El resto del mensaje resultaba poco esperanzador: «llegada estimada de composición de socorro a las 21.45 h[oras]». La red oficial informaba luego de la reanudación de la marcha a las 21.23 horas, con un retraso de 103 minutos.

Al final la tardanza fue algo menor: 98 minutos. Lo precisó ayer Asoaf, la Asociación de Amigos del Ferrocarril, que previamente se había hecho eco del incidente en la red social. El conductor pudo reducir algo la demora anunciada.

Asoaf dio cuenta también ayer de la causa del retraso que motivó que los viajeros llegaran pasadas las 23.30 horas. Y es que el suceso «no es achacable al propio tren que realizaba el servicio Madrid-Soria», sino a la avería que había sufrido el mercancías pasada Guadalajara. Así se desprende de la indagación que realizó la Asociación, que lamentó la «mala suerte al coincidir dicho incidente con un mayor número de viajeros a Soria». El tren de las 19.00 horas que sale de Madrid tiene prevista su llegada a Soria a las 21.58.

El suceso del día del Pregón no es responsabilidad de un material rodante que, en todo caso, suele ocasionar con relativa frecuencia sinsabores a los usuarios.

El pasado marzo, por ejemplo, se produjeron en una sola jornada tres retrasos en otros tantos servicios. Así, un tren procedente de Madrid llegó con una tardanza de 50 minutos, lo que a su vez ralentizó al que iba desde el Cañuelo hacia la capital de España. Y el que debía partir a las 19.00 horas desde Madrid no efectuó su salida hasta las 20.10.

A mediados de febrero, una avería en el que salía a las 19.00 de la capital de España se quedó detenido en Matillas (Guadalajara), debido a una avería. Así que esperó al que hacía el trayecto inverso. Una hora perdida para los usuarios, quienes debieron hacer un transbordo, de manera que el retenido en la localidad alcarreña volviera a Madrid y el que había salido del Cañuelo regresara a Soria.

También en febrero la rotura de un muelle en la capota del tren hizo que los viajeros hicieran el recorrido en autobús hasta Guadalajara, donde ya pudieron abordar el medio de transporte que habían elegido inicialmente. Otros 45 minutos añadidos. A finales de enero los tiempos acumulados en otras dos incidencias representaron 55 y 40 minutos.

Al estado del material rodante hay que añadir en ocasiones la situación de la vía. Así, el hielo impidió a comienzos de febrero la continuación del trayecto a un convoy que se dirigía a Madrid. Resultó que al llegar a Torralba no pudo realizarse el cambio de vía para enlazar con la que va a Madrid-Chamartín. Un fuerte hielo que movilizó al personal de Adif para solucionar el obstáculo que dejó un retraso de 125 minutos.

Mejorar la comunicación ferroviaria, con un material adecuado y una infraestructura modernizada que reduzcan los tiempos, es una vieja reivindicación soriana. La puesta al día del trazado se licitó en 2010 por importe de 20 millones de euros, actuación adjudicada por Adif en 17,2 millones a Acciona. Parte del recorrido se restauró pero los avatares de la crisis dejaron la intervención parada y sin consignación presupuestaria.

A comienzos del pasado noviembre el diputado del PSOE, Javier Antón, informó de que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias había rescindido el contrato. Para el Estado, el coste de esta renuncia a la continuidad de las obras supuso un desembolso de 837.000 euros.

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