Heraldo-Diario de Soria

ARQUEOLOGÍA

Una campaña para documentar la Numancia celtíbera oculta

Los trabajos comenzarán el 16 de julio y durarán un mes

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ANTONIO CARRILLO
Soria

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La nueva campaña de excavaciones arqueológicas en Numancia comenzará el 16 de julio con un objetivo apasionante. En la actualidad lo que ve el visitante en el yacimiento se corresponde con una ciudad romana y las labores de este verano profundizarán, literalmente, en las ciudades celtíberas que yacen debajo. Esto es, en la Numancia de leyenda.

«Podemos hablar hasta de cuatro Numancias», apunta el profesor y codirector de las excavaciones, Alfredo Jimeno. Hasta 2016 «en la manzana XXIII pudimos documentar la ciudad del 133 a. C. que destruyó Escipión. Luego hubo otra celtibérica, probablemente de la tribu de los pelendones».

Según las fuentes que se manejan El Africano cedió las tierras a los indígenas que le habían ayudado. Más tarde se romanizó con una primera fase «en el año 29, y posteriormente esa ciudad romana se ajusta en la época Flavia, cuando recibe el título de municipio. Se construyeron elementos característicos como el arco honorífico, la curia, el templo y dos termas».

Para este año, el objetivo es desentrañar las características de esas ciudades celtibéricas ocultas, continuando el trabajo iniciado el año anterior. Los participantes en la excavación llegarán en la tarde del 15 de julio para iniciarla al día siguiente dentro de una labor que se extenderá hasta la primera quincena de agosto. En total, un mes de trabajo en el cerro de La Muela.

«En campañas anteriores pudimos documentar que lo que se veía en Numancia solamente era de la época romana», apunta el también profesor de Prehistoria en la Universidad Complutense de Madrid. «Con el Plan Director aprovechamos los trabajos y la documentación de la excavación alemana de Schulten, de 1905, para ver qué había y a partir de ahí completar la información sobre un mayor número de ciudades».

El primer punto de inflexión para los miles de visitantes llegó «con las casas reconstruidas al principio del Plan Director», una celtibérica y otra romana. Gracias a ello al fin se podía contrastar cómo hubo al menos dos Numancias, dependiendo de su filiación, aunque sólo una estuviese a la vista.

«El yacimiento era una visión plana hasta entonces», prosigue Jimeno, quien reseña que lo que estaba a la vista no se correspondía con el momento histórico con el que se identifica la gesta numantina. No obstante, con los últimos trabajos «hemos podido documentar dos ciudades celtibéricas, no visibles» para el visitante y desaparecidas bajo la construcción romana desde hace dos milenios.

La zona en la que se trabajará este año ofrece además una ilusionante cápsula del tiempo para seguir avanzando en el conocimiento de estas estructuras indígenas. El año pasado «en la manzana XXIV empezamos a documentar restos de las ciudades celtibéricas».

No obstante «muy al final de la campaña del año pasado encontramos un almacén vinculado a una casa». En estos espacios se guardaban numerosos elementos de la vida cotidiana y «esperamos que nos proporcione tanta documentación como el almacén que apareció en la manzana XXIII».

La zona en la que se actuará supera los 1.500 metros cuadrados y por el momento se ha excavado una cuarta parte. El año pasado ya se detectaron grandes vasijas y «es muy importante por la cantidad de elementos que esperamos hallar». Por la ubicación se considera que puede ser una zona de las ciudades celtibéricas –no se sabe exactamente de cuál– destinada a la clase alta, dentro de la cual se encontraban los hombres de armas.

En la actualidad la zona se recubrió de tierra para proteger los restos. Cuando comience la nueva campaña se retirará, permitiendo durante aproximadamente un mes que los visitantes contemplen con sus propios ojos la Numancia celtíbera. O al menos, una de ellas.

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