Heraldo-Diario de Soria

ECONOMIA

El turismo crece a un ritmo cuatro veces superior que el sector porcino

Icpor asegura que son actividades «totalmente compatibles en el medio rural»

Cerdos en una explotación-LUIS ÁNGEL TEJEDOR

Cerdos en una explotación-LUIS ÁNGEL TEJEDOR

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IRENE LLORENTE YOLDI
Soria

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En apenas seis años Icpor, empresa especializada en integración porcina de cerdo blanco e ibérico, ha conseguido poner en el mercado medio millón de cerdos y cuenta con una plantilla de 200 empleos entre directos e indirectos, de los que 60 trabajan en Soria, una provincia que cuenta con una densidad de 42,51 cerdos por kilómetro cuadrado, ocho veces inferior a la de Lérida, la principal productora de porcino en el país.

Así, el año pasado sumaban 438.196 cabezas, casi un 10% más que cinco años atrás, cuando la provincia tenía un censo de 398.634 cerdos, según indican los datos de la Subdirección General de Estadística de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Un crecimiento que «de ninguna manera ha perjudicado al turismo, tal y como se le está trasladando a la población de forma incorrecta, sino todo lo contrario». Así lo aseguró ayer el gerente de Icpor, Julián Redondo, durante la visita a la granja de 2.685 madres de Cubo de la Solana. Es más, demostró con datos del Instituto Nacional de Estadística que el sector turístico se incrementó en la provincia un 36%, pasando de los 177.950 visitantes en 2013 a los 241.818 cinco años después.

Redondo confirmó que el impacto de las granjas porcinas en otros sectores como el turismo es «nulo». A su juicio, «demonizar las granjas porcinas es un gran error». Y es que en otras provincias como Lérida, Segovia o Cuenca ocurre lo mismo, que crece el sector productor de la misma manera que sigue incrementándose el turismo.

«Nuestros proyectos son una alternativa más que contribuye a fijar población en el medio rural y los datos demuestran que pueden convivir perfectamente con otras iniciativas que permitan dinamizar el medio rural en España, algo fundamental si queremos combatir la creciente despoblación de nuestros pueblos», afirmó el gerente de Icpor. Es más, pretende aumentar su plantilla a medio plazo hasta los 3.500 puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos en en el medio rural de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Asimismo, aseguró que «en Icpor no promovemos macrogranjas. Las macrogranjas que puedan estar operativas en España son anteriores al año 2000 y ninguna es nuestra, que nacimos en 2012. En las granjas que promovemos el número de plazas está limitado conforme a la normativa vigente en España».

Porque el Real Decreto 324/2000 de marzo de 2000 reguló, entre otros aspectos, el tamaño de las instalaciones porcinas en España y en él se afirmaba textualmente que «en ningún caso podrá autorizarse la instalación de explotaciones con una capacidad superior a 864 UGM2».

Es decir, limitaba el número de máximo de plazas que podía tener una granja porcina. «El modelo estadounidense de regulación y clasificación de granjas porcinas, funciona a la inversa: fija el número mínimo de animales que puede albergar una instalación, pero no delimita el número máximo, al contrario de lo que ocurre en el modelo español», explicó Julián Redondo. Así, en estados como Carolina del Norte o Iowa puedes encontrar granjas que cada día albergan a más de 20.000 animales.

Pero el modelo de desarrollo sostenible y a largo plazo de Icpor y las granjas porcinas de última generación que promueve pueden convivir perfectamente con otras iniciativas para combatir la progresiva despoblación del mundo rural, siempre de última generación y cumpliendo la normativa española. «Nuestro modelo de economía circular nos permite generar riqueza, crear empleo y fijar población en el entorno rural».

Otro de los ‘caballos de batalla’ de las granjas era hasta ahora el olor, que en la instalación de Cubo era imperceptible. Para ello, incorporan balsas de almacenamiento de hormigón y totalmente impermeabilizadas con capacidad para al menos seis meses, el doble de lo que determina la normativa vigente, y con pozos testigo que se analizan periódicamente para garantizar la estanqueidad de la balsa.

«Una mayor capacidad de la balsa nos permite una gestión más eficiente del purín, adecuándonos a los tiempos reales de las siembras y evitando fechas sensibles como fiestas y fines de semana. Además, para su aplicación utilizamos las Mejores Técnicas Disponibles (MTDs): la inyección o el tapado instantáneo que minimizan el olor».

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