Los afectados piden gestionar los fondos para la lucha contra la despoblación

El Parlamento Europeo quiso acercarse ayer en Zamora a quienes sufren uno de los principales problemas de Europa, el envejecimiento y la despoblación que afecta sobre todo al mundo rural y se dio de bruces con unos agentes sociales que recelan de los políticos y reclaman un mayor protagonismo a la hora de afrontar un reto demográfico en el que ellos son las principales víctimas, como evidenciaron representantes de Soria, Zamora, Cuenca o Teruel en la jornada celebrada ayer en Zamora.

El presidente de la Asociación de Pinares-El Valle (Asopiva, que incluye municipios sorianos y burgaleses), Paulino Herrero, no dudó en atacar a la clase política, pese a su condición de alcalde por el PP del municipio soriano de Navaleno. Herrero considera que «los políticos no están sensibilizados» con la despoblación y lo que hacen es «aparcar el problema un año más» o aprovecharlo «para luchar con otras comunidades para mejorar la financiación autonómica».

La desconfianza de Herrero en los políticos nacionales y regionales fue similar a la demostrada por la turolense Pilar Burillo, de la Asociación Serranía Celtibérica, el gerente de Zamora 10, Francisco Prieto, o la conquense María Ángeles Rosado, representante de Asaja.

Los afectados por la despoblación en España quieren resultados y constatan que las políticas actuales no los han tenido. Por eso reclaman «un cambio de modelo en el desarrollo rural», como señaló Paulino Herrero. «Ni en el ámbito nacional ni en el regional han sido capaces de elaborar un método de desarrollo rural», señaló el alcalde del Partido Popular, quien abogó por que la lucha contra la despoblación sea diseñada en el ámbito local, desde donde también se «ejecuten los fondos».

La demanda del alcalde de Navaleno fue compartida por los representantes del resto de las asociaciones. No hay sin embargo unidad total de criterios entre ellas a la hora de delimitar las zonas afectadas por la despoblación, ya que mientras Herrero, por ejemplo, mantiene el criterio provincial en la delimitación, la representante de Serranía Celtibérica, Pilar Burrilo, considera que «no se puede hacer la medición por provincias, sino por municipios».

La visión de Burillo responde a que solo hay tres provincias que son consideradas despobladas, por bajar de los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado (Soria, Cuenca y Teruel), pero si se mide por municipios se localizan amplias comarcas de una o más provincias con 7 habitantes por kilómetro cuadrado, como es el caso de la Serranía Celtibérica, con municipios de siete provincias.

Francisco Prieto representaba precisamente a una provincia, Zamora, que no cumple con el criterio europeo para ser considerada despoblada, pero es la provincia que más población ha perdido en el último año, 3.000 habitantes, y tiene municipios con densidades iguales o menores que las de Soria, Cuenca o Teruel, configurando una amplia zona despoblada en la frontera con Portugal.

A su juicio, la España despoblada necesita «discriminación positiva» y «atraer población con ayudas activas». «La solución para el mundo rural es crear empleo e inmediatamente después servicios», señaló el zamorano.

La queja sobre la falta de servicios fue el hilo conductor del dicurso de la conquense María Ángeles Rosado, que tiene que recorrer 120 kilómetros diarios en su coche para llevar a sus dos hijos al colegio, porque a su pueblo no llega el transporte escolar.

Rosado hizo el camino inverso a la mayoría de la gente que salió del pueblo hacia la ciudad. Ella dejó Madrid para ir a un pueblo de 48 habitantes en Castilla-La Mancha y allí se dedica a la agricultura.

La agricultora, que defendió el papel de la mujer en el mundo rural y reivindicó su reconocimiento, expresó una opinión compartida a lo largo de la jornada de ayer en Zamora:

«Hay que devolver el orgullo a las zonas rurales». Es un primer paso para que haya más personas que, como ella, hagan el camino inverso y retornen a los pueblos, pues estos, por sí solos, no tienen posibilidades de crecimiento.

Pero eso no será posible si las nuevas tecnologías no llegan al mundo rural. La banda ancha fue una demanda unánime durante la jornada organizada en Zamora por la oficina del Parlamento Europeo en España, que fue inaugurada por su directora, María Andrés Marín, junto al consejero de Empleo, Carlos Fernández Carriedo, y el alcalde de Zamora, Francisco Guarido y contó también con la participación de las eurodiputadas Iratxe García (PSOE) y Paloma López Bermejo (IU).