Heraldo-Diario de Soria

Carlos Martínez, el candidato ‘invictus’

Alcalde de Soria desde 2007 ha llevado al PSOE a unos resultados crecientes en cada convocatoria y desde el 42,5% de votos de su primer mandato ahora roza el 50%

Carlos Martínez, ayer en la Dehesa.-Valentín Guisande

Carlos Martínez, ayer en la Dehesa.-Valentín Guisande

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JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO
Soria

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Una mayoría relativa y tres absolutas. Es el balance electoral de Carlos Martínez, que encadena cuatro mandatos en el Ayuntamiento, en cada ocasión con un número creciente de votos e incrementando los porcentajes del PSOE en la capital. Y la distancia con sus competidores. Tras los comicios del pasado domingo, los doce ediles socialistas doblan a los de la siguiente lista, la de los populares. Doce en un clima de fragmentación política y polaridad en el ámbito nacional. No obstante, los escenarios locales no guardan una conexión automática con esferas más amplias.

La posibilidad de revalidar la mayoría absoluta en la capital «estaba en las quinielas y éramos conscientes de que había un sentimiento de ánimo, de acompañamiento, muy, muy de subida, pero también, lógicamente, teníamos el riesgo del exceso de confianza, de que parecía que estaba todo hecho y podíamos pasar de la acariciar la gloria a poder estar arrepintiéndonos durante los cuatro años». De esta manera, «planteamos una campaña en la que trasladamos a la ciudadanía el aval de lo realizado y la oportunidad de desarrollar ese proyecto sólido con estabilidad política, que nos permitiera el respaldo ciudadano y para eso necesitábamos que la gente acudiera en masa a participar, porque éramos conscientes de lo que nos estábamos jugando». Todo ello, expone Martínez, «sin confianzas exageradas, sino con el trabajo y el aval de mostrar las cartas sobre la mesa de lo que íbamos a hacer y lo que queremos hacer, hemos obtenido el resultado que hemos obtenido».

Carlos Martínez habla de estabilidad, algo con lo que no contaba precisamente en su primer mandato, cuando tras las elecciones de 2007 el PSOE consiguió nueve concejales, los mismos que el PP, pero con 7.600 frente a 7.059 votos. A partir de ahí, la primera mayoría absoluta de doce ediles (8.374 sufragios) y la siguiente con once (8.654 votos). En porcentajes, un paso del 42,5% del total de sufragios en 2007, al 46% de 2011 y prácticamente el 47% en 2015. En la actualidad roza el 50% y recupera el nivel de los doce concejales con 9.310 votos.

«Yo no quisiera entender la mayoría de la confianza ciudadana, la responsabilidad que hoy tenemos con mayoría en el Ayuntamiento, como una carta blanca para desarrollar la ‘única forma de ver las cosas que tiene el PSOE’», expone Martínez. En este sentido, «la confianza en la ciudadanía pasa también por entender la transversalidad del desarrollo del proyecto». De ahí que desde el primer momento, conocido el resultado, hablara de «mano tendida, mano tendida al resto de grupos políticos, mano tendida a los agentes económicos y sociales, porque si queremos cambiar el fondo de la política también tenemos que entender que hay que cambiar la forma de hacer la política». Así que «las responsabilidades que uno asume desde el gobierno municipal deben ser ahora mismo lo más horizontales posibles, alejarnos de la verticalidad, ir a la línea horizontal e intentar compartir cada una de las decisiones que se tengan».

Lógicamente, al final de los argumentos y exposiciones compartidas, «el gobierno decide, el gobierno toma decisiones». La clave, «que esa toma de decisiones sea lo más compartida posible». Para Martínez, es «una filosofía de trabajo, es cambiar el fondo y cambiar la forma y por eso esa política de gobierno abierto, de transparencia, de participación, de rendición de cuentas, de colaboración entre instituciones y entre los responsables políticos». Se trata de «nuestra forma de trabajar y no va a cambiar», ya que es «uno de los mayores valores que tenemos».

Ante su cuarto mandato, Martínez reitera su «sentimiento de gratitud extrema ante la sociedad soriana, que entiende que el proyecto que estamos desarrollando es un proyecto compartido y que además decide que la responsabilidad de gobierno recaiga en el equipo humano que representa el Partido Socialista». Por eso «no se nos cae la sonrisa de la boca y por eso tampoco se nos puede olvidar la responsabilidad que hemos asumido».

En todos estos años, tres ideas: el programa, las personas que lo gestionen y la responsabilidad personal. «Yo soy de lo que dice ‘equipo, proyecto, liderazgo’; teniendo un proyecto, una hoja de rita clara, si además es compartida con la ciudadanía es mucho más fácil conseguir un equipo de que entienda la filosofía de trabajo y que entienda la responsabilidad que asumimos al desarrollar esa hoja de ruta y luego el liderazgo es la parte más sencilla de todo ese desarrollo».

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