Heraldo-Diario de Soria

QUINTA ESQUINA

Gloria Cid: «Las hay en el adiós, pero ¿quién dice ‘buenos días, hola...’ con flores?»

Las manos, ajadas y ‘trabajosas’, huelen a delicadeza, arte, encanto... No hay diferencia entre centro, corona, vestido (sí, vestido) o ramo entre sus dedos. Sólo el concepto. Pongamos que hablamos de flores. Y de Gloria.

-NOELIA MARTÍNEZ

-NOELIA MARTÍNEZ

Publicado por
P. PEREZ SOLER
Soria

Creado:

Actualizado:

Pregunta.– ¿Qué falta por descubrir de las flores?

Respuesta.– Tanto en Soria como en España el mundo de las flores es desconocido. Prácticamente nadie se hace centros ni pone flores en casa, a diferencia de Europa. Es lo que echamos de menos las floristerías. Como tenemos el sol parece que ya no nos hace falta alegría, ese rinconcito de flores. Plantas sí metemos, pero la flor está algo olvidada.

P.– ¿Y escuchar?

R.– La flor te da mucha alegría. Te dice lo que es la vida. Es efímera como la belleza y la vida.

P.– ¿Cómo se lleva Soria con las flores?

R.– Creo que bien. Pero es llamativo que nos acordamos más de las flores para decir adiós que para decir buenos días. Si te das cuenta, a los difuntos no nos importa ponerles un centro de 50, 90 euros, pero para casa, ¿quién regala un ramo? Lo tenemos olvidado… Hay flores al decir el último adiós, pero ¿quién dice los buenos días, hola, con una rosa, una flor, un ramito, una vez a la semana? ¿Quién lo hace? ¿Quién tiene el detalle de decirlo así?

P.– Puntúe a Soria en jardinería.

R.– En jardinería tanto el Ayuntamiento como los particulares sí se preocupan en tener los jardines bonitos. Vamos a ponerle un ocho.

P.– ¿Qué le falta o sobra al pulmón de Soria?

R.– La Dehesa me gusta tal y como está. Le falta algo más de cariño por parte de los jóvenes. Pero hay más espacios. A mí me encanta el parque del Castillo y ahí sí, en las escaleras sí metería color. No hay nada más triste que esas escaleras.

P.– ¿Sólo rosas para una historia de amor?

R.– En una historia de amor la rosa significa pasión; la blanca, pureza. Pero hay más…

P.– ¿Y cuál pide si es prohibida?

R.– Dicen que la rosa negra. Es un amor para siempre que, entrecomillas, no puede salir a la luz. Pero la orquídea vanda también.

P.– Rosas en Soria no faltarán...

R.– No, no... Que Rosas Aleia haya apostado por Soria me pareció extraordinario. Y cuando descubres las propiedades del sitio elegido, un aplauso. Están trayendo trabajo y es una rosa de calidad extraordinaria. A diferencia de la ecuatoriana, no se le debe quitar ningún pétalo, porque es una rosa espléndida que crece en el jarrón. La otra se queda tal y como está, pero la rosa de Garray, crece. Y yo tengo la suerte de ser la distribuidora, tanto para el comercio como para el particular aquí en Soria.

P.– Soria perdió una política pero ganó una florista...

R.– Bueno… (Ríe). Tuvimos un suicidio político. Yo apuesto por el entendimiento y el centro y el CDS entonces me pareció un partido para luchar por Almazán y tener otro punto de vista. No pudo ser.

P.– ¿Reinventamos alguna flor?

R.– Tengo la suerte de provenir de una familia de floristas. Mi madre me enseñó a secar flores y sí que las… momifico… Me encanta que la gente pueda guardar recuerdos puntuales como si fueran frescos. Hay unas técnicas maravillosas con las que la flor fresca, al secarse, se queda prácticamente igual. Mi madre ha sido muy luchadora y muy trabajadora, nos ha inculcado el sacrificio y la satisfacción de los demás.

P.– Su hermana, lotera en Almazán, ha repartido millones. ¿No le ha tocado nada?

R.– No. En casa del herrero, cuchillo de palo.

P.– ¿Qué es ser florista?

R.– Ser florista tal vez sea algo de locura y sobre todo pasión. Esmerarte por hacer cosas nuevas… Yo no le digo a la novia ‘esto tengo’; le digo qué quieres’. Haces magia.

P.– ¿Cómo se gestiona una tienda de flores?

R.– Si quieres dar buena calidad, hay que saber comprar varias veces a la semana no muchas cantidades para poder tener lo mejor.

P.– ¿Cultiva o vende?

R.– Antes cultivábamos, ahora vendemos. Sí cultivamos planta, mi hermano en Almazán tiene viveros y hace planta de temporada.

P.– ¿Sus retos como florista?

R.– Siempre satisfacer y dar al cliente lo que pide. Estoy haciendo un curso de wedding planner, planificación de bodas, para dar a las novias una planificación del evento…

P.– Lo más peculiar que le han pedido.

R.– Muchas cosas. Desde una moto con flores, un centro para una despedida de un motorista; a decorar el arco de San Juan de Rabanera, con todo el respeto para la piedra y sin estructura… Un reto arduo. Vestidos para una exposición y también para llevar, de flores... Un reto difícil fue ser florista internacional. Hice un máster internacional como florista para poder desarrollar trabajos en el extranjero y lo conseguí.

tracking