Heraldo-Diario de Soria

INCENDIOS

La sequía complica el verano con 500 efectivos protegiendo el monte

Las altas temperaturas y el fuerte viento mantienen alerta al operativo contra incendios y todavía hay más riesgo esta semana si hay tormentas con aparato eléctrico

Incendio en la comarca de El Burgo de Osma en una imagen de archivo. HDS

Incendio en la comarca de El Burgo de Osma en una imagen de archivo. HDS

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IRENE LLORENTE YOLDI
Soria

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Desde ayer y hasta el próximo 30 de septiembre la provincia está en alerta por la época de peligro alto de incendios forestales en la que hay que intensificar las medidas preventivas en aquellas actividades susceptibles de originar incendios en el monte. Más aún este verano, que se presenta «complicado» por la sequía que arrastra la vegetación ante la escasez de precipitaciones y las desfavorables condiciones meteorológicas, con altas temperaturas y fuerte viento. El operativo contra incendios está en marcha desde hace un mes, pero en la época de peligro alto de incendios alcanza su máximo despliegue con la participación de más de 500 profesionales, entre personal propio de la Junta y trabajadores contratados para los efectivos, que protegen los montes de Soria.

La coordinación, desde el centro de mando provincial, permite con medios técnicos y personales una vigilancia completa de todo el territorio provincial. En Soria la Delegación Territorial de la Junta tiene contratadas doce cuadrillas que disponen de forma diaria cada una siete operarios y un capataz. Además, están localizadas en guardia las 24 horas del día. Y cada cuadrilla lleva dos vehículos, uno para el transporte del personal y otro con un depósito con una capacidad de 500 litros.

A estos medios se suman las 12 motobombas propias de la Administración regional en Soria, cada una con un conductor y un peón maquinista, que se complementan con otras cinco que aportan Duruelo de la Sierra, Arcos de Jalón, la Mancomunidad del Río Izana, San Leonardo de Yagüe y Cabrejas del Pinar, al convenio del operativo de vigilancia contra incendios forestales. Estas 17 motobombas pesadas cuentan con depósitos de en torno a los 4.000 litros de agua. Y los cinco parques de bomberos voluntarios de la provincia (Ágreda, Ólvega, San Esteban de Gormaz, El Burgo de Osma y Almazán), disponen de dos motobombas, una urbana y ora forestal, que ponen al servicio del operativo de lucha contra el fuego.

Desde hace años está también incorporado el helicóptero de Garray, Óscar 1, con dos cuadrillas que realizan el turno de mañana y de tarde, cada una con cuatro peones, más un técnico más un piloto. Y el retén de maquinaria, Delta, que se encuentra de guardia permanente encima de un camión con disponibilidad absoluta para salir a un incendio en el momento en el que sea necesario. Y hay una segunda máquina que se encuentra limpiando cortafuegos de forma habitual que también podría ponerse a disposición del operativo si fuera necesario.

La vigilancia se realiza a través de un entramado de 33 puestos distribuidos por todo el territorio provincial y en los que trabajan 82 profesionales. Cuatro de ellas tienen turno de noche con cuatro personas en cada una, mientras que en el resto se lleva a cabo de día, con dos vigilantes por torreta.

Soria cuenta además con 19 cámaras térmicas y una de humos que son de detección automática, más otras dos cámaras visuales que aunque no tienen detección directa se pueden ver imágenes de 30 ó 40 kilómetros a la redonda.

Se incluyen también en los medios la Brif de Lubia, que tiene dos helicópteros pesados, cada uno con siete profesionales, más un capataz, además de un técnico que coordina a ambos grupos.

Hoy habrá reunión de coordinación con las demás administraciones implicadas en el operativo contra incendios para este verano que «se plantea complicado por la sequedad del material vegetal y las desfavorables condiciones meteorológicas, con altas temperaturas y fuerte viento», señala el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente, José Antonio Lucas, quien constata que «todavía hay mucho más riesgo si hay tormentas con aparato eléctrico como se prevé esta semana».

Aunque la provincia está en alerta por peligro de incendios, la situación está en calma, pero se ha derivado a parte del operativo a otras comunidades. Es el caso de los profesionales de la Brif de Lubia, que llevan desde el domingo participando en las labores de extinción de incendios de Cenicientos y Almorox, en Toledo y Madrid, con 4.000 hectáreas arrasadas. Han pasado la noche a pie de monte enfrentándose a las llamas directamente intentando controlar el incendio con fuego técnico, en trabajos mano a mano con la Unidad Militar de Emergencias (UME) y Bomberos de Castilla- La Mancha.

Desde ayer está en vigor la regulación establecida para la época de peligro alto en la Orden FYM/510/2013 que regula el uso del fuego y de las actividades susceptibles de originar incendios forestales, así como el uso recreativo y acceso público al monte, las medidas preventivas en el uso de barbacoas y de maquinaria y las medidas a aplicar en situaciones de alerta, alarma y alarma extrema en situaciones de especial riesgo meteorológico durante esta época de peligro alto de incendios.

Salvo excepciones autorizadas, desde el 1 de julio hasta el 30 de septiembre está prohibida la utilización de maquinaria y equipos en los montes y terrenos rústicos situados en una franja de 400 metros cuyo funcionamiento genere fuego, chispas o descargas eléctricas, así como el transporte fuera de la red viaria, el almacenamiento y la utilización de materiales inflamables o explosivos.

Sobre barbacoas, asadores y similares, la norma establece su prohibición salvo que se encuentren en edificaciones cerradas por los cuatro costados, con techo y chimenea dotada de matachispas. Con carácter excepcional, se podrán usar barbacoas fijas instaladas en zonas recreativas o de acampada habilitadas por las administraciones públicas siempre que cuenten con autorización expresa del Servicio Territorial de Medio Ambiente correspondiente. No obstante, en ningún caso se podrán usar barbacoas cuando el viento sea superior a 10 kilómetros por hora o en días muy calurosos con temperaturas por encima de los 30 grados.

El uso del fuego en la actividad apícola también está prohibido en términos generales, exceptuando el uso de ahumadores siempre y cuando reúna una serie de condiciones, entre ellas un cortafuego de tres metros de ancho y disponer, al menos, de una mochila extintora con 16 litros de agua.

La quema de rastrojos está prohibida durante todo el año, así como el lanzamiento de cohetes o cualquier artefacto que contenga fuego, las hogueras y fogatas, tirar colillas o cerillas y la quema libre de basureros, vertederos y cualquier acumulación de residuos de cualquier tipo. La quema de matorral, pastos y restos agrícolas o forestales también está prohibida durante todo el año, salvo autorización expresa del Servicio Territorial correspondiente.

Si durante la época de peligro alto de incendios forestales, del 1 de julio al 30 de septiembre, se presentaran circunstancias meteorológicas extraordinarias que incrementan notablemente el riesgo de incendios o provocaran un comportamiento especialmente virulento del fuego, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente declarará situaciones de alerta, alarma o alarma extrema en función del riesgo previsto y establecerá una serie de medidas preventivas complementarias que buscan minimizar los daños.

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