La cifra de habitantes por oficina bancaria sigue al alza con 3.544

El sector de la banca está en pleno proceso de reestructuración y los cierres de oficinas no han terminado, se esperan más tanto en Soria como en todo el territorio nacional. En el último año se formalizaron tres en la provincia, todas ellas del Banco Popular, que absorbido por el Santander ha sufrido una minimización de su presencia física.

En la provincia son 25 las oficinas bancarias que existen repartidas por diferentes municipios aunque la mayor cifra se concentra en la capital con diez sucursales. Banco Santander dispone de 11 en los pueblos y cuatro en la ciudad, BBVA cuenta con seis repartidos por igual en zona rural y urbana, mientras que Bankinter, Renta 4 Banco y Deutsche Bank únicamente tienen representación en la capital, al contrario de lo que ocurre en el caso de Banco Sabadell, según el último informe presentado por la Asociación Española de Banca con datos al cierre de 2018.

Las razones que llevan a la clausura de oficinas de banca son varias –al margen de la absorción como es el caso del Popular–, en primer lugar debido a la caída de los márgenes de rentabilidad marcados y sobre todo por la galopante digitalización que está llevando a los usuarios a gestionar desde casa sus cuentas sin necesidad de aparecer por la oficina. Desde el sindicato Comisiones Obreras añaden una tercera causa, una tendencia a la reducción de las plantillas más antiguas que suponen mayores costes, lo que permite contratar personal joven y con formación más actual, aunque en menor cantidad y con sueldos más bajos.

Todo esto conlleva un aumento de las ratios de habitantes por cada oficina bancaria abierta, que en Soria ya son 3.544, frente a los 3.175 que eran en el ejercicio anterior. Con todo, está en las cifras más bajas de todo el territorio nacional, ya que en Guadalajara, por citar un ejemplo cercano, son 8.203 habitantes por oficina o 6.729 en Teruel.

La evolución histórica de la banca en la provincia de Soria indica que el tope se alcanzó en los años 90 con 66 oficinas. En los 2000 sumaban 53 y 37 en la década de los 2010. La Sociedad Española de Banca maneja datos de la provincia desde los 60 cuando apenas existían 14 oficinas, que saltaron a 23 en los 70 y a las 53 en los años 80. Atendiendo a la evolución más próxima, en 2011 se contabilizaban 35, de las que 13 estaban en la capital. Un año más tarde hubo un ligero repunte, una más en la ciudad, lo que se mantuvo en 2013, para caer en 2104 a las 32 sucursales (15 en la ciudad), y de ahí a sólo 29 (una docena en la capital), pasando en 2016 a 28.

En lo que respecta a la comparativa con la comunidad autónoma, son 598 las oficinas bancarias sumando las de las nueve provincias, lo que supone un descenso del 6,1% si se compara con las que se contabilizaban en el ejercicio anterior, 637.

Es León la provincia de la comunidad donde se concentra un mayor número de entidades bancarias, 147, seguida de Valladolid con 124. En el primer caso se cerraron en el último año ocho oficinas y seis en la capital vallisoletana. En Salamanca suman 75, siete menos; son 73 en Burgos, con el cierre de cuatro oficinas desde 2017; en Palencia son 48, tres menos; 37 en Zamora y 35 en Segovia, con menos tres, respectivamente, y 34 en Ávila, que ha perdido dos.

En cuanto a las ratios de habitantes por cada oficina bancaria abierta, con una media de 4.148 en el conjunto de la comunidad autónoma. Los mejores datos los tienen León, Palencia y Soria ya que en la provincia leonesa sus vecinos cuentan con un banco por cada 3.155 habitantes, los palentinos son 3.376 y en el caso de los sorianos, 3.544. El resto ya superan la barrera de los 4.000. Así, en Ávila son 4.662; en Burgos, 4.891; en Salamanca, 4.420 y en Segovia 4.381. Valladolid arroja una ratio de 4.192 habitantes por oficina y Zamora de 4.718.

En todas las provincias han empeorado estas cifras en lo que se refiere a la oferta bancaria en sus lugares de residencia, según recoge el informe anual de la Asociación Española de Banca. De hecho, la media regional ha subido un 6,4%. En el territorio nacional la media está en 4.420 habitantes por oficina, donde actualmente se contabilizan 10.448 en las diferentes provincias.

El número de entidades bancarias repartidas por los distintos núcleos y provincias de Castilla y León llegó a su tope, al igual que en Soria, en los años 90 y a partir de ahí comenzó un retroceso paulatino.

En Ávila su techo fueron 72, con lo que se ha reducido prácticamente en la mitad, lo mismo que en el caso de Burgos respecto a las 135 que llegó a tener en esa década. León cifraba 263 al cierre de los 90 por lo tanto ha perdido más de un centenar de oficinas, y en Palencia ha mermado aún más al bajar de 103 entonces a las 48 actuales. Otro centenar se ha dejado en el camino Salamanca que contabilizaba 172; 84 había en Segovia, por lo tanto ha dividido entre dos; Soria logró el máximo con 66 y Zamora con 98, por lo que también se ha quedado en la mitad. La única provincia de Castilla y León que rompe esta tónica es Valladolid ya que en la primera década de los 2000 siguió creciendo en número de oficinas bancarias hasta lograr las 228, aunque también ha visto una reducción de prácticamente la mitad.

En lo que se refiere al empleo, el informe de la Asociación Española de Banca evidencia que el cierre de entidades bancarias también lleva aparejada una merma en el número de trabajadores, aunque no en las proporciones que cabría esperar ya que el informe apunta a 11 empleados menos en el último año hasta quedarse en 3.240 la cifra total en la comunidad autónoma.

La cifra más alta está en Valladolid con 936 trabajadores, otros 688 en León, son 433 en Salamanca, 373 en Burgos, 221 en Palencia, 178 en Zamora, 159 en Segovia, 144 en Ávila y por último los 108 en la provincia de Soria, apenas uno menos que en el ejercicio anterior, según el informe.

Los sindicatos recuerdan que dos grandes bancos como BBVA y Banco Santander se encuentran en pleno proceso de reestructuración, incluido un expediente de regulación de empleo en este último pendiente de que se cubran los cupos para ajustar al personal y actuar en consecuencia.

La tendencia, aseguran, es que sólo se queden los bancos más fuertes ante también una concentración del sector y todavía quedan por llegar cambios. Donde más sufrirán esa merma será en el medio rural, pero ahí entran en juego las cooperativas de crédito, que cubren el hueco financiero dejado por la banca.