Heraldo-Diario de Soria

INFRAESTRUCTURAS

El cese de actividad en el INIA deja sin acabar 2 investigaciones

Las cuatro investigadoras ya preparan su salida de cara al 11 de septiembre

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J.S. /Soria
Soria

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El Centro para la Calidad de los Alimentos de Soria, vinculado al Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) entrará en estado de parálisis a partir del 11 de septiembre. Ese día concluyen los contratos con las cuatro investigadoras del centro. El INIA no ha prorrogado los acuerdos labores y las consecuencias serán un centro de investigación abierto, pero sin investigadores y los dos proyectos de investigación que se desarrollaban en el centro serán cerrados en falso sin poder completar los objetivos propuestos inicialmente.

A mediados del mes de julio el Comité de Empresa y la Junta de Personal alertaban sobre el preocupante futuro del centro y solicitaban medidas urgentes para revertir la situación a la que se veía abocado el complejo ubicado junto al Campus. «No tenemos noticias, esto se muere», comentó ayer María Jesús Maján, que pertenece a la Junta de Personal. «Lo único que han dicho es que para el año que viene se convocará una plaza de científico», explicó.

Actualmente, según explicó Maján, hay siete personas trabajando en el centro. Dos funcionarios –un ayudante de investigación y una técnico en I+D+i – , cuatro investigadoras con contratos temporales y una persona encargada de las labores de mantenimiento. Así consta también el la página web del centro. Según explicó Maján los contratos que expiran afectan solo a las cuatro investigadoras por lo que a partir del día 11 de septiembre se dará la circunstancias de que el centro mantendrá a tres trabajadores aunque no desarrolle ninguna actividad. Maján, que pertenece al cuerpo de funcionarios del Estado, reconoce que «tendré que buscarme otra plaza». Ahora mismo está vinculada al Centro de los Alimentos mediante una adscripción provisional.

La situación que ahora amenaza el futuro del centro no es nueva. Algo similar ocurrió entre diciembre de 2016 y enero de 2018. El Centro estuvo 13 meses sin actividad desde que se acabaron los contratos de los investigadores y se completó el proceso de selección de los nuevos trabajadores. Otro de los problemas que arrastra el centro es que desde hace cinco año está sin ocupar la plaza de director del Centro a pesar de las distintas convocatorias que se han planteado desde el Gobierno, según confirmaron desde la Junta de Personal.

Por su el drama del cese de la actividad de un centro con tecnología puntera no fueses suficiente, hay que sumar que los proyectos en los que estaban trabajando las cuatro investigadoras «se van a quedar empantanados». «A nadie le hemos importado», lamenta Maján.

Según se informó el pasado mes de mayo, actualmente el Centro está trabajando en dos proyectos de investigación. Por un lado, se busca la reducción de la presencia de diversas bacterias en los alimentos, para mejorar la seguridad microbiológica. Y por otro, el desarrollo de nuevos alimentos enriquecidos con leguminosas y setas comestibles, para mejorar su valor nutricional y funcional. Precisamente. La directora del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), Esther Esteban Rodrigo, visitó las instalaciones sorianas a principios del mes de mayo acompañada de varios representantes de empresas del sector agroalimentario.

Ahora mismo, las investigadoras del Centro están terminando sus trabajos o disfrutando de sus vacaciones dada la próxima finalización de sus acuerdos laborales. En el caso vinculado a la seguridad biológica, una investigadora relató a este medio que aún necesitaría año y medio de trabajo para poder finalizar sus trabajo. En este proyecto trabajan dos investigadoras. En principio sus contratos el 30 de mayo y el INIA lo prorrogó hasta el 11 de septiembre, justo la fecha en la que terminan los contratos de las otras dos investigadoras.

Este proyecto analiza la evolución de una bacteria –Staphylococcus aureus– en el entorno de las fábricas de embutidos. Están sobre el 50% de desarrollo de un proyecto que comenzó a principios de 2018, justo cuando el centro retomó la actividad tras su primer parón. Según explicó la investigadora, ante un nuevo parón es complicado retomar la actividad en el proyecto para recobrar el estado en el que se van a tener que dejar las investigaciones. «Ahora lo real es que el 11 de septiembre acabados y no sabemos qué ocurrirá con las investigaciones», lamenta. El otro proyecto que desarrolla el centro está en unas condiciones similares. Además, otro factor a tener en cuenta es el deterioro de los aparatos y la maquinaria del centro durante el tiempo que estén sin usos.

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