Heraldo-Diario de Soria

INVESTIGACIÓN

El Centro de los Alimentos oferta espacio para I+D a las empresas

La delegada del Gobierno replantea volver a sacar la plaza de director tras cinco convocatorias desiertas

Martín, Esteban, Navas y Latorre charlan con las investigadoras en una zona de trabajo.-VALENTÍN GUISANDE

Martín, Esteban, Navas y Latorre charlan con las investigadoras en una zona de trabajo.-VALENTÍN GUISANDE

Publicado por
ANTONIO CARRILLO
Soria

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El Centro para la Calidad de los Alimentos busca nuevas alternativas que le permitan no sólo continuar con su labor investigadora, sino también crecer y aumentar su vínculo con la sociedad. Una de ellas la desveló ayer la delegada del Gobierno en Castilla y León, Mercedes Martín, al reconocer que a las empresas del sector agroalimentario «se les ha ofrecido incluso fórmulas de cesión de espacio» para que puedan aprovechar esta infraestructura de I+D.

La búsqueda de colaboraciones y proyectos con el sector privado se antoja como una de las claves para la pervivencia. La directora del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), Esther Esteban, insistió en el «interés por que se mantenga abierto» y «los esfuerzos para darlo a conocer a las industrias» como una de las claves.

Por ejemplo, las acciones de difusión sobre la disponibilidad de este espacio «no se han limitado a Soria. Hemos presentado un vídeo promocional en la feria Smart Agrifood de Málaga». En esta cita, que celebró en junio su primera edición, se dieron cita empresas emergentes y emprendedores en el ámbito de la alimentación con inversores. De esta forma el evento ofreció un terreno abonado para la demanda de un espacio de I+D.

«Nuestro principal interés no es mantenerlo porque sí», prosiguió Esteban en referencia al centro soriano. La apuesta es «que haya científicos funcionarios con su plaza instalados aquí y que puedan ser una semilla» que atraiga un número creciente de proyectos. No obstante, insistió en que no se puede «pasar de cero a todo» de golpe porque pueden surgir problemas como la falta de material.

Surge ahora un problema y no es otro que las cuatro investigadoras están contratadas para proyectos concretos. Esto supone que si una empresa solicita la realización de un análisis o un informe no pueden asumirlo. «Tendríamos que tener contratado otro tipo de personal» como un técnico de laboratorio. «Hasta ahora hemos mostrado a las empresas cuál es la potencialidad del centro» y «estamos esperando a que nos presenten esas propuestas concretas».

Sin salir del capítulo de la plantilla, uno de los Caballos de batalla del INIA fue la contratación de una cabeza visible. Martín anunció que «no se descarta volver a sacar a concurso la plaza del director pese a que ha quedado desierta en cinco ocasiones». Esteban, por su parte, dejó caer que «ya no es tan importante la plaza de dirección como la labor investigadora».

Otro de los objetivos en los que se ha fijado la vista para mantener activo el Centro para la Calidad de los Alimentos es el de lograr lazos con otras instituciones. «Vamos a volver a llamar a la puerta de la Junta de Castilla y León para volver a ofrecer colaboración». En este caso recordó que hay otras Comunidades, como Extremadura, donde el Gobierno autonómico si colabora en centros equiparables y permite acometer otros proyectos.

Aún así la delegada del Gobierno insistió en que durante los años de Gobierno del PP la inversión en I+D cayó «un 30%» y el gasto medio por español y año se quedó en 302 euros, frente a los 622 euros de la media europea. Incluso «La última contratación de personal costó llevarla a cabo 13 meses», dificultades que ahora se confía en que estén superadas.

Tras unas semanas de incertidumbre en verano por la finalización de los contratos de las cuatro investigadoras, Martín quiso dejar claro que «en ningún momento se planteó ni se plantea su cierre», y de hecho la idea es potenciarlo. Por ello recordó que «desde el propio gabinete del ministro se decidió prorrogar» los contratos «un año más en las mismas condiciones» aunque se trate de una actuación excepcional.

Los dos proyectos que se trabajan, uno sobre un tema tan candente como el control de bacterias como la listeria y otros sobre harinas de leguminosas y setas para fabricar pasta, concluían. Para que se convoquen nuevas líneas de investigación que mantuviesen la actividad es necesario «que haya presupuestos aprobados», por lo que la finalización de esas líneas de trabajo se traducía en echar el cierre.

Sin embargo, «desde la delegación del Gobierno y la Subdelegación nos pareció que este era un centro muy singular» y se trabajó para mantenerlo abierto. Ahora aparecen retos como la contratación de un nuevo investigador capaz de atraer proyectos o sobre todo lograr proyectos conjuntos con la industria.

«No cabe ninguna duda de que van a seguir los dos proyectos», cuya finalización se prevé para diciembre de 2020 tras acordarse la prórroga. Además, Martín resumió las nuevas acciones en que se intentará contratar personal científico «con proyectos financiables», se apostará por una manera «más proactiva» de buscar información y se buscará «colaboración con la Comunidad Autónoma». Todo ello sin obviar que queda «a disposición de los empresarios sorianos» para trabajos conjuntos.

De hecho los dos proyectos actuales pueden tener cierto impacto sobre el sector primario y secundario de la provincia. Uno, por utilizar como materia prima leguminosas y setas frescas, siendo la provincia productora de ambas; y la otra, por ceñirse –de momento– a un sector cárnico de elevado peso en la economía local.

Sea como fuere, la visita ayer de la delegada del Gobierno y de la directora del INIA al Centro para la Calidad de los Alimentos viene a refrendar la continuidad de su actividad tras un verano en el que no siempre estuvo tan clara. Salvo sorpresa mayúscula, hasta finales de 2020 seguirá abierto y la intención es lograr líneas alternativas para que así sea de cara al futuro a medio plazo.

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