Heraldo-Diario de Soria

El arreglo de la muralla permitirá investigar las torres del puente

La Junta de Gobierno licitará la próxima semana la obra valorada en 1,3 millones

Muralla de las márgenes, con el puente de piedra al fondo.-Mario Tejedor

Muralla de las márgenes, con el puente de piedra al fondo.-Mario Tejedor

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JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO
Soria

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El imponente recinto amurallado de Soria, más extenso que poblado, tenía una prolongación acorde en el puente de piedra. El tablero diáfano por el que se circula consonaba hasta mediados del XIX con las funciones defensivas y fiscales de la cerca. Junto a San Agustín, una puerta torreada, y en medio otra torre. Casaban mal con el proyecto de carretera y menos con los afectos que la autoridad liberal pudiera tener por el fenecido sistema que aquello representaba. Desaparecidas las alturas, es posible que quede algún resto enterrado. Y la restauración de la muralla entre el puente y el Mirón servirá para aclararlo. Una investigación que llegará de la mano de un par de los once sondeos arqueológicos que conlleva la puesta al día de este patrimonio medieval. La puesta al día se acerca y todo está dispuesto para que los licitadores presenten al Consistorio sus ofertas.

La Comisión de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente conoció ayer el proyecto para acondicionar y recrear en cierta medida la cerca, ya que, aunque diferenciados, se añadirán nuevos materiales para aumentar el vuelo. Una ejecución en todo caso necesaria, pues el monumento está muy deteriorado y cualquier día puede caerse por algún sitio. Esta es la conclusión básica a la que llegaron en su día los Amigos del Museo Numantino en su informe de alerta. La otra cara, como señalan los diferentes documentos administrativos que han conducido el proceso, es que el aproximadamente medio kilómetro entre el puente y el quiebro al pie del mirador del cerro presenta las más optimistas perspectivas de arreglo y un gran potencial. Cuando se marchen los obreros la imagen será «rotunda» desde la otra orilla. La actuación «va a cambiar la postal de la ciudad», resumió el alcalde, Carlos Martínez, en la rueda de prensa posterior a la Comisión en la que dio a conocer plazos y otros aspectos de la obra.

El Ministerio de Fomento ha dado ya el visto bueno al proyecto redactado por el estudio de Fernando Cobos. Se trata del último informe preceptivo y queda así resuelto que no habrá luego pegas con la subvención gubernamental que aporta el 71% de la inversión de 1,3 millones. Lo que no llega con esta ayuda del 1,5% Cultural se aporta con Soria Intramuros, el Plan del Casco Viejo que Europa cubre al 50% en sus diez millones de euros para 16 líneas estratégicas. Antes de esto se contaba con las consideraciones favorables de Patrimonio, con la recomendación de suavizar la solución propuesta para entrar desde el puente a la senda. Esto dependerá en alguna medida de la indagación arqueológica. O sea, de la «huella» de la puerta junto a San Agustín, llamada de Navarra o, con impecable lógica situacional, del Puente. El objetivo es ver si hay restos de «cimentación», explicó la arquitecta municipal Beatriz Carro.

La entrada accesible desde el antiguo convento es un elemento destacado del proyecto. Del lado de la investigación no sólo está el asunto de la puerta, sino también del antiguo foso de la cerca, que podría encontrarse. Para los visitantes, una mejora de accesibilidad con rampa. Y para las perspectivas de adecentar el lugar, un estímulo para poner remedio a la ruina de un edificio que por mucho valor histórico que tenga va despedazándose. La muralla apoya en él y el Consistorio destinará entre 12.000 y 18.000 euros adicionales para afianzarlo, indicó el alcalde. De paso, se intentará que la propiedad haga algo al respecto.

Si algo quedase de la Puerta del Puente o de Navarra, se añadiría un conocimiento más de etapas pretéritas. Hace años se encontró el cimiento de la de Nájera con motivo del tendido de la red de calor y encajados en un edificio quedan restos de la del Rosario. El vestigio más aparente, el cubo de la de Rabanera, a la entrada de Alberca. Pero la investigación comprende más sondeos y de este excavar dependerá el ritmo de la obra y las rectificaciones sobre el terreno. Otras remociones se fijan en el Mirón, en la parte volada en la Guerra de la Independencia.

En aquellos tiempos la muralla no servía ya para defender a la gente pero al menos sí para que los franceses, que andaban de repliegue, no se protegieran. El general Durán lo consiguió rápidamente con pólvora, lo que tuvo que producir una asombrosa cantidad de escombro. Todavía quedan piedras tras el aprovechamiento vecinal de las décadas posteriores y, lo que es más importante, la posibilidad de escrutar y poner en valor la traza.

La Junta de Gobierno Local, explicó Martínez, licitará la restauración la próxima semana, cuyo plazo de ejecución se prevé de 16 a 18 meses y que podría comenzar en marzo. Una intervención de envergadura, con recrecimientos, limpiezas y arreglo de las hendiduras y costurones del monumento. Al postigo de San Ginés se le dotará de una pasarela, de manera que se pueda llegar con facilidad desde las márgenes a la cara interna. Una visión aquí que también ofrecerá un aspecto distinto, igualmente espectacular como desde San Juan de Duero.

Los arrastres desde el cerro han sepultado buena parte de la construcción. Su mayor altura quedó demostrada con la excavación del ábside de San Ginés y retirar los sedimentos seculares es otro fin de conservación y embellecimiento. La naturaleza siguió su movimiento tras renunciar la población a habitar esta parte de la ciudad y decaer la defensa progresivamente hasta que Durán la apuntilló.

Los alarifes sabían de aportes y lluvias e idearon un sistema de drenajes y atarjeas. La incuria y la inutilidad militar de la tapia dieron al traste con su diseño. Las escorrentías han motivado importantes estragos y agravado el deterioro. El programa subsanará las deficiencias de desagüe y los arqueólogos intentarán precisar el funcionamiento de antaño. Está previsto poner además en valor unos antiguos pozos o aljibes naturales en San Ginés que en tiempos regaban piezas aledañas.

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