El bulevar contempla una rotonda en el cruce en el desvío a Leclerc

El Consistorio y el Ministerio de Fomento ultiman los preliminares de la conversión de la avenida de Valladolid en bulevar y los acondicionamientos que derivarán en una primera tanda de cesión de las travesías a la ciudad. Si el pasado abril el Consistorio dio el visto bueno al protocolo con el área gubernamental que se encargará de los trabajos, ahora se perfila el concurso de ideas para la reforma global del eje entre las rotondas del Caballo Blanco y la de la estación de autobuses. Y en un corto plazo arrancarán otras actuaciones en el resto de la avenida de Valladolid y Eduardo Saavedra. El Consistorio cuenta ya con las bases del concurso de ideas para convocar las propuestas de los arquitectos para el bulevar. Una transformación que no sólo modificará su imagen, sino que proporcionará más seguridad de la mano de la rotonda prevista en el desvío a la calle J del polígono (la de hipermercado Leclerc), ahora regulada con semáforos. También está previsto modificar la de la estación de autobuses, según lel Plan de Movilidad.

El concurso de ideas deriva del protocolo de abril, por el que el Consistorio se encarga de redactar las bases y el Ministerio de Fomento se compromete a ejecutar los cambios en el tramo de cuatro carriles de la avenida. Se trata de una reforma «integral», apuntó el alcalde, Carlos Martínez, quien explicó que la convocatoria no se limita sólo al bulevar. El propósito es que los arquitectos ofrezcan soluciones al conjunto de las travesías, más allá de que las obras y la recepción municipal de los demás tramos se remitan a posteriores negociaciones. En cuanto a la avenida, entre las rotondas se estiman novedades como el carril bici o el cambio de iluminación, además de los arreglos de las aceras, entre otras cuestiones, todo ello aportado en su integridad por el Ministerio. La rotonda del desvío a Leclerc sirve además como enlace cuando la Ronda del Duerro llegue a esta altura. Y es que el vial de nueva construcción por los nuevos sectores de expansión (hay ya un tramo construido y el segundo está en licitación, si bien ambos se internan en dirección al Cañuelo) tiene en este punto su arranque y desde la calle Piqueras da continuidad hacia el polígono.

Las bases del concurso se encuentran ya en manos del Ministerio de Fomento para su visto bueno. El Consistorio busca para las travesías un aspecto homogéneo, reconocible a través de los elementos que aporten los arquitectos, de manera que contengan un diseño común, teniendo en cuenta la diversidad de tramos y que requieren soluciones técnicas diferentes. En todo caso, se desea una imagen que pueda ser unificadora mediante algunos elementos comunes. Es decir, que «se genere una concepción global de lo que son las grandes arterias». La convocatoria será flexible, en el sentido de que las determinaciones urbanísticas no condiciones las ideas. En su caso se procedería a modificaciones.

Aunque todo depende de la constitución del nuevo Gobierno, el Consistorio también ha concluido algunos avances en otros ramales de las travesías. El de ejecución más próxima se centra en Eduardo Saavedra, donde se eliminará la inadecuada vegetación que ha determinado la destrucción de aceras por las raíces y afecciones a las canalizaciones. La retirada de los chopos (también en la avenida de Valladolid) dejará reparaciones de las aceras en las zonas de los alcorques y supondrá dar continuidad a las operaciones iniciales de hace unos años. Luego están las cuestiones de los asfaltados.

Para primavera, con las plantas de aglomerados abiertas tras la pausa invernal, se espera que Fomento tienda una nueva capa entre la rotonda de la estación de autobuses y la del Espolón, la de la fuente. Aquí las aceras se encuentran en buen estado, por lo que únicamente habría que poner al día la capa de rodadura. Entre la fuente y prácticamente la plaza de toros el recorrido fue recepcionado por el Consistorio, precisamente para poder realizar el círculo y su ornato. Pese a ello la intención municipal es que el Gobierno se haga cargo del arreglo. Más allá de la plaza de toros y hasta el Aula Magna está clara la competencia de Fomento, al que competería también el asfaltado. Entre la sede de los autobuses interurbanos y el Aula Magna sólo el piso para los coches está en mal estado y de su solución daría cuenta el Ministerio. Sería un mantenimiento cuya base se encuentra en las competencias que el Consistorio siempre ha identificado como propias de Fomento, dada su titularidad de las vías. Con ello, refirió el alcalde, el municipio estaría en condiciones de recepcionar estos tramos. Quedaría el fragmento comprendido entre la Escuela de Arte y el cruce con la carretera de Logroño, pero como el Consistorio debe sustituir aquí el colector, no habría inconveniente en que las arcas locales asumieran el asfaltado del punto que, incluido en el contrato hidráulico, supondría unos 40.000 euros.

Tras estos pasos quedarían por precisar en otras negociaciones las condiciones para Eduardo Saavedra, la carretera de Logroño y la salida hacia Zaragoza, también trayectos de las antiguas travesías.

Nada menos que desde 1990 el Consistorio ha mantenido de manera uniforme la «negativa por todas las corporaciones» a recepcionar las vías en tanto no quedaran acondicionadas (si bien el PP reclamó en el anterior mandato que el municipio se encargara de las obras, recordó el alcalde), postura reiterada incluso cuando en 1996 culminaron algunas ejecuciones del Gobierno. Nunca llegó a firmar acta alguna. Con el PSOE de nuevo en el Gobierno tras la moción de censura el Ayuntamiento reanudó el camino para conseguir las inversiones y los mantenimientos para zanjar la añeja cuestión.