Heraldo-Diario de Soria

Sociedad

«Me paró mucha gente para felicitarme, hasta la Policía»

Publicado por
Antonio Carrillo
Soria

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Cuando el atracador se dispuso a robar en un supermercado de Vallecas no podía imaginar que la menuda anciana que estaba haciendo la compra sería su peor pesadilla. Antonia Jugo, soriana de Camparañón, resultó ser una heroína. Se le encaró, le propició unos cuantos paraguazos, acabó por los suelos pero fue capaz de levantarse, le tiró el cuchillo y aún salió fuera para dar la voz de alarma y dejarle al ladrón otro recuerdo de su magnífico manejo del paraguas como arma contundente.

La recomendación oficial es no enfrentarse a los asaltantes armados. «Si me da tiempo a pensarlo más, igual no lo hago», confesaba ayer desde Madrid, donde reside salvo en verano, cuando regresa a Camparañón. No obstante la acción le ha granjeado la gratitud del barrio de Vallecas y a sus 73 años cosecha una inesperada fama. «Ayer salí por la calle y me paró mucha gente para felicitarme, hasta la Policía se bajó del coche».

La cámara de seguridad del comercio captó la escena y la grabación se ha difundido por medios de comunicación y redes sociales de toda España. Antonia insiste en que «no me dio tiempo a pensarlo», pero su reacción cosecha una admiración unánime. Y ella lo cuenta con la naturalidad de una señora de 73 años que tiene muy claro lo que es correcto.

«Estaba metiendo la leche en la bolsa cuando (el atracador) entró con un cuchillo. La cajera se fue a dar la alarma y fue cuando me lo vi de frente». Ahí comenzó un forcejeo y fue cuando «pedí auxilio, socorro, y me tiró al suelo», no sin que  antes el hombre armado se llevarse unos buenos tirones de la manga para alejarlo de la registradora. 

«Fue cuando cogió la caja» aunque Antonia le tiró el cuchillo al suelo con un golpe de su paraguas marrón, ya cargado de simbolismo. Tras recuperar el arma blanca y viendo que no iba a poder usarla como palanca para abrir la caja, tiró el cajón del dinero al suelo.

Por situar la acción, en el vídeo se observa una notable diferencia de estatura entre el atracador, «muy alto y delgado», y la protagonista de la historia. «Mediré 1,60», detalla, mientras una voz se cuela en el teléfono para restar algún centímetro. Sea como fuere, con un delincuente no muy alejado de los 1,90 metros la menuda septuagenaria evidenció tener arrestos.

«No me podía levantar del suelo» en un duelo tan desigual pero consiguió rehacerse, calzarle otro buen golpe al atracador  y alcanzar la calle. Allí pidió ayuda y, aprovechando la coyuntura, aún le dio algún palo más al delincuente. «Ya salí y le di los paraguazos» para rematarlo. El ladrón logró huir con un botín de unos 2.000 euros pero fue rápidamente detenido. Era un viejo conocido de la Policía por haber protagonizado otros robos aunque en este caso y sin haber condena de por medio es presunto autor de los hechos..

«bastante susto»

Mientras tanto la inesperada heroína pasaba el trago con «bastante susto» y la cajera abandonaba de detrás de una valla en la que se había resguardado. «Me dijo que fui muy valiente pero que ella no lo hubiese hecho. ‘¡Cómo no has salido corriendo!’. Pero son cosas que no piensas», apuntó ayer. 

Obviamente son situaciones bastante inusuales en Soria, donde la tasa de delitos es de 28 por cada 1.000 habitantes mientras que en Madrid pasan de 70. «Pues no, no estamos acostumbrados. Pero cuando te pasa no sabes cómo reaccionar». En su caso consiguió ganarse el respeto y la simpatía de miles de personas a tenor de lo apuntado en redes sociales.

Aunque por suerte el autor de los hechos no utilizó el cuchillo contra Antonia, la caída sí tuvo su riesgo y le tocó visitar al médico tras lo ocurrido. «Fui al hospital pero no tenía nada roto». Cayó en una zona sensible, una muñeca que había requerido atención sanitaria en 2015, «pero nada». Muy seguramente al autor de los hechos sí le haya quedado algún chichón.

Tras todo lo ocurrido Antonia se lo tomó con cierto humor y apuntó que seguramente, de verse en una situación similar «ya me lo pensaré más. Veré por donde salir a la calle sin enfrentarme, si puedo». Tras las numerosas felicitaciones por su coraje defiendió que «si fuéramos todos así, igual no estaba la cosa tan mal como está». 

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