Heraldo-Diario de Soria

SAN JUAN

Las verbenas de fiestas vuelven a Soria 939 días después

Los primeros bailes tras San Saturio 2019 preludian el regreso de las fiestas de San Juan a Soria

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A. C.
Soria

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Habían pasado 939 días, pero Soria recuperó en la noche del sábado y la madrugada del domingo sus verbenas festivas. La cuenta puede parecer frívola después de todo lo que media entre unas y otras, pero a tenor de la afluencia, sirvieron para tomar la temperatura social a una ciudad que tenía ganas. Vaya que si las tenía.

Corría el 3 de octubre de 2019 cuando una discomóvil en el Tubo Ancho ponía música a la última verbena de fiestas en Soria, en aquella ocasión honrando a San Saturio. Luego llegarían conciertos y el carnaval recuperaría la 'música de plaza', pero para volver a bailar en la calle con sabor a santos y patrones hubo que esperar casi tres años. Los jurados de San Juan 2022 subidos a los escenarios, los jóvenes bailando, los bares despachando botellines sin parar, los amigos reencontrándose...

Dos discomóviles fueron las encargadas de comprobarlo. Primero, arrancando sobre las 23.00 horas en el Tubo y un rato después en Herradores. El ambiente era el de las grandes ocasiones.

- Esto está más lleno que nunca.

- No hombre, no, las del Sábado Agés están aún más llenas.

- Sí, pero a las doce y cuarto no había visto todo tan apretado nunca.

- Pues ahora que lo dices...

Por los bafles comenzaban a sonar viejos conocidos. Que si una de Chayanne, que si el 'Ave María' de Bisbal (y la vueltecita de rigor, claro está), que si "más / quiero y quiero más / de lo que tú me das". Citar a Fray Luis de León y a Miguel de Unamuno en la crónica de una verbena suena a fantasía, pero la sensación era plenamente la del "como decíamos ayer".

Ambiente en la plaza Herradores... con la verbena ya acabada. A.C.

Pasaba el tiempo y la cosa se iba animando, más aún con numerosas despedidas de solteros. Unos simpáticos burgaleses con un vikingo muy majete conocían Soria a través de la verbena y a buen seguro rematarán en el Catapán. Otros, con el novio ataviado con vestido de flores, tampoco parecían pasarlo más.

Corría la tercera cerveza -perdón, las 1.25 horas- cuando los jurados de las 12 cuadrillas de San Juan subían al escenario del Tubo con los compases de 'El Catapán'. Las primeras filas, enfebrecidas. Las últimas, brazos en alto, también coreaban aunque con algo menos de fuerza. Las Sanjuaneras se sucedían y la cosa se caldeaba en el buen sentido. El contacto era inevitable, pero a pesar de las ganas de fiesta la tónica general de las verbenas de Soria seguía viva. Que se da un empujón sin querer, pues se piden disculpas, se sonríe y arreglado.

A los cientos de sorianos se sumaron visitantes, incluso con despedidas de soltero como la de este simpático burgalés. A.C.

A los cientos de sorianos se sumaron visitantes, incluso con despedidas de soltero como la de este simpático burgalés. A.C.

Cinco canciones después los alcaldes de barrio se retiraban, que no era cuestión de llegar al Catapán con cuerpo jotero. Y la música seguía brincando entre clásicos como 'Paquito el chocolatero' y otras canciones más actuales como el 'Mon amour remix' de Aitana y Zzoilo (sí, con doble zeta). Y claro, ritmito alegre, letra de amor pero con más simpatía que edulcoración y cientos de jóvenes y no tan jóvenes con ganas de fiesta derivaron en un canto coral de los que hacía años que no se veían.

También lo hubo sobre las 3.00 horas, cuando al 'Flying free' de Pont Aeri le antecedió DJ Marta y su 'Yo lo que quiero es irme de fiesta'. Con ese título y con las ganas que tenía Soria de verbena, huelga relatar lo ocurrido. La música tuvo que bajar, que ya eran horas, pero la gran mayoría de los asistentes aprovechó una noche agradable para quedarse un rato más.

¿Mascarillas? Este medio contó tres en el Tubo, y una de ellas acabó recogiéndose. Desde el punto de vista sanitario posiblemente distase mucho de la idoneidad, más aún teniendo en cuenta que la distancia de seguridad era físicamente imposible. Pero desde un punto de vista social devolvió la imagen de las verbenas de antes del covid, las que se pensaba que nunca iban a faltar hasta que un virus las cercenó, junto con cosas mucho más graves, durante casi tres años. Pero en la madrugada de este domingo fueron cerca de cinco horas de música en la plaza, de cervecita o refresco, de cháchara viéndose las caras, de bailes y Sanjuaneras como antes. Al fondo de San Clemente una frase lo resumía: "Esto vuelve a ser... de verdad".

 

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