Heraldo-Diario de Soria

PAISANAJE

Un maestro del viento en la España vaciada

Pudo haber sido químico pero estudió magisterio musical para no ejercer y ser el único lutier de viento en Soria / Su taller en Almazán es también uno de los pocos que hay en España, por lo que a la villa adnamantina llegan instrumentos desde cualquier lugar de España para su puesta a punto

Adrián Postigo Marín. El lutier de viento en su taller de Almazán.

Adrián Postigo Marín. El lutier de viento en su taller de Almazán.

Publicado por
FÉLIX VILLALBA / SORIA
Soria

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Adrián Postigo Marín es maestro porque tiene el título de Magisterio, pero no es en las escuelas donde se ha ganado la calificación, sino en su taller, porque él es un maestro artesano de los que hay pocos. Es maestro del viento porque es un lutier especializado en instrumentos de viento. El único que hay en Soria y uno de los pocos de España, así que desde Almazán pone a punto instrumentos de viento de Soria y de otros lugares del país. 

El lutier soriano llega a la música a través de la banda de Almazán, pero empieza a formarse para ser químico. La cosa «se tuerce», explica, y pasa a estudiar Magisterio musical. Luego el título se queda para coger polvo porque Adrián comienza a trabajar en la papelera de Almazán y con el bolsillo servido no queda tiempo, ni ganas, para preparar oposiciones.

Pero la música sigue ahí y provocará un giro inesperado en su vida. En 2015, ya con una hija, se pone manos a la obra para reparar su saxofón. Algo de experiencia tenía en arreglar cosas gracias a que trabajó en la restauración de antigüedades con su tío. Desarmó el saxofón y lo volvió a montar con éxito.

La satisfacción por haberlo conseguido acabó provocando un adicción  y su saxofón se desmontaba y montaba más de la cuenta. El siguiente paso fue pedir a la banda municipal de música de Almazán instrumentos viejos, en desuso, para repararlos, hasta que amigos y compañeros le empezaron a confiar sus saxofones, clarinetes, trompetas... 

La puerta estaba abierta y Adrián se preparó para dar el paso que lo sacaría de la fábrica y lo llevaría al taller de lutier. Lo primero fue formarse ya en serio. En España no hay formación oficial de lutier y el conocimiento se transmite como entre los artesanos de toda la vida. 

Adrián Postigo se fue a un taller de lutieres de Castellón donde se imparte formación. Entre curso y curso, echaba cuentas. «La despoblación me hizo dudar mucho y tenía muy claro que debía vender también por internet», reconoce. Iba a abrir una empresa en Soria: menos de 90.000 habitantes, pero ocho bandas de música, una docena de charangas, grupos de rock, de dulzaineros, el conservatorio, escuelas de música... Entre 2.000 y 2.500 instrumentos musicales. Pues adelante.

Nació su segundo hijo y pidió reducción de jornada. Era el año 2018 y trabajaba cuatro horas en la fábrica, lo que le permitió dedicar más tiempo a su proyecto. Puso una página web (marim.es), se metió en las redes sociales y con eso y el boca a boca, el 29 de febrero de 2020 dejó la fábrica con la intención de capitalizar el paro para invertir en maquinaria, pero en marzo llegó la pandemia, así que no pudo arrancar de verdad hasta el mes de septiembre. «Me miró un tuerto», lamenta. Sin embargo, ahora no se queja, «el trabajo es más regular», con muchos clientes de Soria, sobre todo de la capital, pero con más de un 30% de trabajo que le llega por internet. 

Gracias a ello Soria cuenta con uno de los 50 o 60 lutieres especializados en viento legalmente reconocidos en España, según calcula. No obstante, Adrián empieza a traicionar esa especialización por inquietud y también ha hecho cursos de reparación de guitarra eléctrica y guitarra española. Además vende instrumentos de segunda mano revisados por él y construye instrumentos, pero esto último es parte de su apuesta por la innovación y todavía está en la fase de experimentación. Ya habrá noticias sobre ello.

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