El soriano que 'reordena' la Puerta del Sol entre faraón y faraón

Los colosos de la tumba de Amenofis III, la Mariblanca, Carlos III y el Oso y el Madroño de Madrid tienen algo en común. Mejor dicho, a alguien en común. El arqueólogo soriano Miguel Ángel López Marcos (Nódalo, 1963) trabaja en estos días en Madrid para devolver a la ciudad algunos de sus símbolos más reconocibles, las esculturas que engalanan la Puerta del Sol y por tanto el centro de España y que regresan tras las obras. Antes ha venido demostrando en tierra de faraones que lo imposible es posible.

Para entender qué hace en Madrid, hay que viajar a las orillas del Nilo. Hace más de 5.000 años un terremoto en Tebas (Egipto) dejó en serios apuros a los colosos que custodiaban el templo de Amenhotep III, relegándolos a la categoría de leyenda. Hasta que este arqueólogo soriano acabó en la zona, hace ya dos décadas largas, reconociendo los trozos que había en el lodo. Paso a paso, pieza a pieza, junto a su equipo reconstruyó un puzle con trozos de apenas unos gramos o de más de 200 toneladas para hacer la historia tangible.

Su sistema es tan sumamente innovador que pasa por pensar como se hacía hace milenios, en el 'todos a una' con la base de los conocimientos constructivos. "Ahora, cuando acabe la Puerta del Sol, me vuelvo para Egipto. Vamos a empezar campaña en mayo, pero vamos a terminar primero esto", explica.

Lo más llamativo del encargo actual es el plantígrado que simboliza Madrid, pero no es lo más complejo ni lo que hizo requerir sus servicios cuando se decidió remodela la plaza. "Lo del Oso y el Madroño ha sido una cosa que venía con el 'paquete'. El problema era el traslado del caballo de Carlos III. Era lo complicado, porque hay que moverlo con el pedestal. Por eso me llamaron, porque está hueco y pesa 87 toneladas".

Cuando levantaron al ecuestre monarca "lo hicieron con losas de caliza y se hizo la inscripción en bajorrelieve una vez colocado y terminado. Nadie se atrevía a moverlo porque se pueden descascarillar las letras y romperse. Como yo movía grandes estructuras, colosos y 'cosas de esas'", confiaron en su saber hacer.

"Lo hago con el equipo de profesionales de la UTE Madrid Centro (Azvi-Licuas), y de momento hemos movido el caballo, a falta del pedestal y el Oso y el Madroño. En estas próximas semanas moveremos el pedestal de caliza hasta la nueva ubicación en el estanque. Y finalmente la Mariblanca", avanza sobre el plan de trabajo.

Dicho así, parece más o menos sencillo. Pero el trabajo del arqueólogo de Soria es bastante más delicado que mover cosas grandes de aquí para allá. "En el pedestal se construirá una 'jaula' metálica para inmovilizar las piezas de caliza que lo componen y pueda ser trasladado. Es complicado por la debilidad estructural del conjunto, además de la consistencia de la propia plaza que en algunas zonas está hueca por los vestíbulos de Metro y de Cercanías".

Madrid ya conocía a Miguel Ángel López Marcos por mover lo inamovible. "Hice lo de los arcos del cuartel de San Gil el año pasado en el túnel de Ferraz, que también era una cosa que decían que era imposible sacarlo de allí porque no había gálibo para la estructura. Dije 'bueno, esto se puede sacar a la egipcia, sin grúas ni nada, a mano'. Por eso me llamaron".

En la Puerta del Sol "pasa un poco lo mismo. El oso y el madroño con la Mariblanca venían con el mismo proyecto. Tuve que hacer un proyecto en Patrimonio sobre cómo sacarlo, cuál era mi idea para sacarlo sin dañar las estructuras y me lo aprobaron. En esas estamos. Ya hemos sacado el caballo, falta el pedestal, pero mientras hemos movido el oso y el madroño a la nueva ubicación". El trabajo está encargado desde el Ayuntamiento de Madrid y aprobado por la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid.

Como el que sabe, sabe, "aproveché para hacerlo en bloque. Los otros traslados que se han hecho del oso y el madroño han sido sólo el oso, o el oso y una parte del pedestal, pero en bloque nunca se ha movido todo junto". Son cerca de 20 toneladas de piedra y metal que ya reposan en la zona este de la plaza. Según señalaba el propio Ayuntamiento de Madrid, es el tercer traslado de la escultura diseñada por Antonio Navarro desde su instalación en enero de 1967.

¿Hay mayor satisfacción para un arqueólogo que ver cómo las técnicas milenarias que se van descubriendo solucionan problemas hoy en día? "La verdad es que se hacían unas cosas... ¿Por qué mucha gente piensa en los extraterrestres? Hoy en día parece imposible que los humanos hagan esas cosas, pero en realidad se hacen aplicando la lógica constructiva y el esfuerzo comunal. Todas las pirámides y todas esas cosas tan grandes se han hecho porque se ha concentrado mucha gente en hacer un objetivo común. Por eso se ha conseguido. Si no es imposible". Toda una enseñanza, explica López Marcos.

Pronto le tocará hacer las maletas. "Esta vez vamos a hacer una campaña corta en Deir el-Bahari y luego haremos otra en Karnak con otro equipo. Y así vamos compaginando Puerta del Sol y Egipto", ríe consciente de que no suelen ser las 'oficinas' de la mayoría de los mortales. "Dos mundos totalmente opuestos. Me decían que no tiene nada que ver pero en el fondo todo es patrimonio y al final las soluciones que se emplean a veces son las mismas". Miguel Ángel López Marcos sabe leer el pasado para escribir el presente y el centro de Madrid lo está viendo.