Heraldo-Diario de Soria

SUCESOS

Rescate animal en el Duero: Bomberos y Policía salvan a un perro frente a San Saturio

El perro se echó a nadar frente a San Saturio, se trabó en unas ramas y ya estaba agotado

Un bombero sale de entre la vegetación con el perro en brazos tras el rescate en el Duero. MARIO TEJEDOR

Un bombero sale de entre la vegetación con el perro en brazos tras el rescate en el Duero. MARIO TEJEDOR

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HDS
Soria

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Bomberos de Soria y Policía Local al rescate en el Duero. Un perro doméstico se lanzó al agua en San Prudencio, frente a San Saturio, para refrescarse. Se enganchó en unas ramas y no podía salir del agua, con el consiguiente riesgo de morir ahogado. La intervención de los servicios municipales dejó el suceso en un buen susto y una anécdota, pero a tenor de la cara del 'chucho' pasó un rato peor que malo.

Los perros saben nadar, pero en este caso hubo complicaciones. El can, posiblemente de raza cocker o similar, paseaba con su dueña sobre las 15.00 horas por San Prudencio cuando decidió darse un chapuzón. Al parecer, al ir a salir se enganchó en unas ramas y no podía abandonar el agua.

Policía, Bomberos y viandantes en la zona en la que estaba el perro afectado. MARIO TEJEDOR

Policía, Bomberos y viandantes en la zona en la que estaba el perro afectado. MARIO TEJEDOR

Tras el pertinente aviso acudió una patrulla de la Policía Municipal de Soria y un camión de bomberos con la correspondiente dotación de profesionales. Ante el agotamiento del perro, uno de los bomberos se metió con el traje de agua, desenganchó el arnés de la vegetación y rescató al animal en brazos.

Una vez a salvo fue entregado a su dueña. Con el rabo entre las patas, empapado y con cara de circunstancias, el perro se fue a casa a recuperarse con un buen susto en el cuerpo pero a primera vista sano y salvo

No es la primera ocasión en los últimos tiempos en la que los bomberos de Soria tienen que meterse al agua para realizar un rescate animal en el río Duero. Hace precisamente un año y un día, intervinieron en el Sotoplaya para intentar rescatar a un corzo que, aunque también sabía nadar, estaba agotado y no podía salir del agua. En este caso no hubo final feliz, pero por intentarlo no quedó.

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