La nueva Unidad del Dolor Crónico de Soria prevé atender a unos 400 pacientes

Entre el 25 y el 45 por ciento de la población padece dolor crónico, de ellos, el 40 por ciento de espalda y lumbar, así es que no le va a faltar trabajo a la nueva Unidad de Tratamiento de Dolor Crónico que se pone en marcha en el Hospital Santa Bárbara de Soria y que pretende abordar el problema de una manera multidisciplinar para una mayor eficacia. Una metodología más completa que está demostrando resultados y que ya puede aplicarse en Soria.

El anestesiólogo y jefe de la unidad, José Miguel Lozano, explicó que cada año se registran unos 400 pacientes nuevos aquejados de dolor crónico, por lo que esa es la previsión de atención en esta nueva prestación, que esperan no se quede corta, contando con aquellos que se irán dando de alta.

Actualmente son cuatro anestesistas, dos enfermeras y una técnico en cuidados auxiliares los que se encargarán de esta Unidad, que tendrá que «poner filtros, para evitar que pasen desapercibidos pacientes que lo necesiten de verdad. Que la Atención Primaria no meta pacientes en la bolsa porque sería desbordarlo», matizó el jefe del servicio de anestesiología, reanimación y terapia del dolor de Soria, Justo Aldea, servicio en el que se integra la nueva unidad, aunque con autonomía, y del que tomará los medidos, materiales y humanos.

La delegada de la Junta, Yolanda de Gregorio, indicó que, de momento, la ubicación física será en anestesiología, pero una vez concluida la obra del hospital, tendrá su espacio propio.

Lozano explicó cómo trabaja la Unidad de Tratamiento del Dolor Crónico, destacando de inicio que son muchos los servicios implicados, además de anestesistas, cuenta con la colaboración de rehabilitación, psiquiatría, salud mental, reumatología y traumatología, principalmente. «Intentamos actuar en todo el ámbito de la persona, es decir, en el psicológico, social, hábitos de vida, y no sólo en tratar el dolor», apuntó el especialista, quien señaló que esta aflicción «es una sensación subjetiva y depende de muchos factores, y nos dirigimos a todos».

El dolor es uno de los síntomas que empeora la calidad de vida con más frecuencia, y el crónico es el que supera los seis meses de duración o que es resistente a los tratamientos habituales, o bien el que el profesional médico sospecha que se va a cronificar.

«Lo que les contamos a los enfermos es que no hacemos milagros, les hablamos de lo que llamamos plasticidad neuronal. El cerebro aprende de todas las experiencias de la vida y se crea la memoria, y en el dolor pasa lo mismo. Nuestra terapia consiste en hacer que el cerebro olvide, retocar esa plasticidad neuronal para que persona pueda vivir con el dolor, como ocurre cuando se muere un familiar y el dolor es muy severo pero va pasando con el tiempo y llega un momento en que le deja vivir y hacer una vida normal», apuntó el anestesista jefe de la unidad.

Puntualizó que muchas de las técnicas que aplican curan el dolor, lo dejan a nivel cero, pero en otras ocasiones no, aunque sí que alivian, «para que la persona pueda vivir con ese dolor, que tenga una vida lo más apta posible, porque lo que buscamos es la reincorporación a su vida normal».

La estrategia es no llegar a quirófano, porque la cirugía no es la mejor elección, y aplicar técnicas como neuromodulación, con lo que se conoce de forma cotidiana como infiltraciones –acudiendo al nervio concreto– y con un tratamiento psicológico para tratar de conseguir que el cerebro vaya olvidando el dolor y lo cure.

Se realizarán entre una y dos consultas semanales y un día de quirófano también a la semana, programado para la realización de técnicas invasivas con la máxima seguridad.

Esta unidad, destinada a atender a pacientes del hospital, se pone en marcha después de tiempo trabajando en su consecución pero no de una forma discontinua y pocos medios, como señaló Aldea, quien matizó que ahora sí se dan las condiciones para darle una continuidad, porque el servicio de anestesistas puede asumirlo con 11 profesionales trabajando de una plantilla de 12. Además, desde la Gerencia Regional autorizaron la contratación de un anestesista más, por encima de plantilla, pero no es posible cubrir la plaza por falta de profesionales, comentó Aldea.

«Por las presiones asistenciales de las listas de espera quirúrgica no hemos podido atender enfermos de forma reglada, salvo por el empeño del doctor Lozano, que desde hace 30 años se ha empeñado en tratar pacientes de dolor crónico por su cuenta», matizó el jefe de anestesiología. En este sentido, Lozano recalcó que se ha formado a los profesionales, se ha producido una organización en el sistema y cuentan con medios técnicos puesto que se ha adquirido el equipamiento necesario para aplicar las técnicas que ya vienen utilizando en otras provincias de Castilla y León, donde únicamente Ávila y Segovia no cuentan con esta unidad, según concretó el jefe de la unidad del Área de Valladolid, Enrique Ortega, quien ha guiado al equipo soriano en la puesta en marcha de la nueva prestación.

Los responsables de la unidad pretenden mantener comunicación directa con los médicos de Atención Primaria de Soria para orientar los casos de pacientes con procesos dolorosos complejos, y hacer seguimiento de los ya tratados y dados de alta. Aquellos susceptibles de técnicas invasivas no realizables en esta Soria serán derivados a la de referencia de Valladolid.

El congreso de la Sociedad para el Estudio del Dolor de Castilla y León se celebrará este año en Soria, el 28 y 29 de octubre.