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La planta de biomasa de Enso produce el 85% del consumo doméstico en Soria

Bioeléctrica de Garray registra una actividad de 112.500 MWh al año a partir de 130.000 toneladas de residuos agrícolas y forestales Los hogares sorianos ‘gastaron’ en 2022 un total de 131.704 MWh de electricidad

Planta de Bioeléctrica de Garray

Planta de Bioeléctrica de GarrayMARIO TEJEDOR

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En 2013 arrancó Bioeléctrica de Garray, un proyecto que genera energía eléctrica renovable procedente de la combustión de biomasa residual de origen forestal y agrícola. Era la primera planta en instalarse junto al Parque Empresarial del Medio Ambiente de Garray (PEMA). Hoy, diez años después, y con una producción anual de aproximadamente 112.500 MWh, es el mejor ejemplo de este espacio empresarial innovador y dinámico orientado a las nuevas tecnologías y al desarrollo sostenible. Es más, ‘aglutina’ el 85% del consumo anual de energía eléctrica de los hogares sorianos, según los últimos datos del Ente Regional de Energía (EREN) de Castilla y León.

Con aproximadamente 112.500 MWh de producción anual, la central Bioeléctrica de Garray, fruto de la colaboración entre Enso, Carburos Metálicos y la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, proporciona el equivalente al consumo eléctrico de unos 27.000 hogares y evita la emisión de unas 24.100 toneladas de CO2 gracias a un sistema que captura y purifica el CO2 proveniente de los humos generados por la combustión de biomasa de la central eléctrica.

Así, supone el equivalente al 85% del consumo anual de energía eléctrica de uso doméstico en Soria, que en 2022 fueron 131.704 MWh, tal y como señala el último Boletín de Estadística Energética de Castilla y León. Pero además, estos 112.500 MWh son una tercera parte de la energía eléctrica producida a partir de fuentes térmicas (que incluyen las centrales de carbón, fuel y gas, ciclo combinado, cogeneración y térmica renovable) que se produce al año en la provincia de Soria, que en 2022 fueron 358.414 MWh.

Recuerdan fuentes de la empresa que fue la primera central de biomasa en ser admitida por Red Eléctrica Española en la Banda de Regulación (centrales que ayudan a regular el sistema eléctrico) y es considerada parte de las centrales críticas o estratégicas del sistema debido a su gestionabilidad. Se trata de un innovador proyecto de bioenergía con el que Enso consolida su apuesta por la descarbonización del sector industrial.

La gestión forestal es una parte fundamental de su estrategia para garantizar el suministro de todas sus centrales e impulsar el desarrollo local. Al año gestiona más de 130.000 toneladas de biomasa de origen nacional y 100% sostenible.

La empresa tiene más que claro que la transición energética hacia las energías renovables impulsa el desarrollo local y los empleos en energías renovables son un motor de creación de empleo. En el grupo Enso Energy son 145 personas, de las cuales, más de 40 trabajan en Garray. «La evolución de Garray ha sido de 25 trabajadores iniciales a los más de 40 actuales, y están ahora mismo varias búsquedas de empleo activo», indican desde Bioeléctrica de Garray.

Enso además está presente en las Asociaciones Empresariales de la zona, como FOES y participa en eventos de empleo locales como Soria Emplea para difundir su labor en el sector de la bioenergía y ampliar su equipo con «talento local».

De hecho, su apuesta por el talento, va desde la captación de perfiles junior combinada con la formación y experiencia de otros perfiles experimentados del sector que trabajan con ellos desde la puesta en marcha de la planta hace ya 10 años.

«En Enso estamos comprometidos con ser un motor de desarrollo social e industrial en las zonas rurales. Creamos oportunidades de negocio y nuevos puestos de trabajo en comunidades locales a través de una cadena de valor nacional. Además, somos un polo de atracción de inversiones de otras industrias y otras actividades complementarias a nuestra actividad principal como: limpieza de los montes o nuevas cadenas de valor con fuentes de suministro de materia prima locales y sostenibles, como ha sido el Proyecto LIFE CO2 Int Bio con Carburos Metálicos y la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, para la captura, depuración y uso de dióxido de carbono, con el objetivo principal de mitigación de las emisiones de CO2 en sectores industriales intensivos en energía, aplicando nuevos métodos o tecnologías mediante la integración industrial y la creación de nuevas cadenas de valor referentes al dióxido de carbono».

Con Carburos

Aquí entra en juego Carburos Metálicos, que lleva en funcionamiento dos años. El destino del CO2 que se produce actualmente en la planta que opera en Garray va sobre todo a carbonatación y tiraje de bebidas, conservación de alimentos, desinsectación de alimentos, enriquecimiento de la atmósfera en invernaderos, tratamiento del kaki, tratamiento de aguas, producción de hielo seco, limpieza criogénica, además de transporte de muestras con hielo seco para catering o productos farmacéuticos.

Cabe señalar que el 80% del CO2 producido va para alimentación y bebidas, otro 10% para aplicaciones de hielo seco en el transporte de muestras farmacéuticas o catering para alimentación, y el 10% restante, para segmentos industriales, principalmente en aplicaciones de limpieza criogénica, tratamiento de aguas para bajar el Ph y componentes gas para soldadura, entre otros. Su distribución va por todo el territorio nacional, sobre todo Castilla y León, pero también a otras comunidades autónomas, y en los mismos segmentos de sectores. Con la puesta en marcha de la planta de Garray la firma se ahorra 100.000 kilómetros al año en la distribución a los clientes actuales, tanto dentro como fuera de Castilla y León.

Precisamente el contrato con Carburos le ha beneficiado a Bioeléctrica de Garray precisamente por la fluctuación del precio de la energía en el mercado, que por supuesto no le ha pasado desapercibida a la planta del PEMA. Desde la empresa reconocen que las inestabilidades e incertidumbres no son buenas. «Es importante tener en cuenta todos los factores que afectan al operar en el mercado eléctrico y estar atento a los cambios en el mismo. Cuando la energía está cara, suele coincidir con unos costes de materias primas elevados, y por lo tanto también repercute en un mayor coste de generación. Cuando está barata, suele coincidir con un menor coste de producción. Ante estas oscilaciones en el mercado, se apunta a soluciones con contratos bilaterales, como con Carburos, que permiten a largo plazo una estabilidad y supone una garantía tanto para el cliente como para el productor”.

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