Tapón en las autoescuelas de Soria con un solo examinador de la DGT

La cifra de examinadores del carné de conducir en la provincia ha entrado en un túnel en pendiente y cuesta abajo que parece no tener freno. A la jubilación del tercer componente del equipo el pasado diciembre, se suma la baja del segundo compañero y las vacaciones del único que quedaba fijo, por lo que las labores en este mes de agosto, el de mayor actividad de todo el año, las está realizando un examinador interino que además sólo está capacitado para pruebas de circulación de coche, es decir, el permiso B, nada de motocicletas, ni de camiones.

Una coyuntura que se suma a la amortización, hace ya años, de la cuarta plaza de examinadores, que dejó el equipo consolidado en tres pero que ahora se ve afectado por coyunturas puntuales que prácticamente lo han desmantelado.

Esta falta de profesionales que determinen si un alumno de autoescuela está capacitado para conducir, es decir, para recibir el ansiado carné, está suponiendo un tapón que les impide dar el paso a las carreteras para demostrar su destreza al volante.

«Si tuviéramos tres examinadores no tendríamos que dejar a nadie fuera, pero con uno es lo que está ocurriendo», señala el presidente de la Asociación de Autoescuelas de Soria, Andoni Martín, quien insiste en la necesidad de buscar soluciones, entre las más inmediatas, la reposición de las bajas y las vacaciones, amén de convocar la plaza del examinador que se jubiló en diciembre. Hay que tener en cuenta que la incorporación del nuevo profesional no se produciría en ningún caso antes de año y medio o dos años por las garantías que conlleva su formación específica.

Recuerda Martín que la Dirección General de Tráfico cuenta con 12 examinadores itinerantes que se desplazan allá donde existen problemas de falta de profesionales –algo bastante común en la mayoría de las provincias de España–, si bien a Soria no ha llegado. La aternativa ha sido la incorporación de un interino que llegó en junio y terminará en diciembre, y que en agosto es el único para toda la avalancha de matrículas, puesto que es de sobra conocido que los jóvenes aprovechan el verano para obtener el permiso de conducción.

«En otras provincias se da el problema de la falta de examinadores, pero en Soria es especialmente delicado porque los jóvenes salen a estudiar fuera y si no se pueden examinar aquí en verano les causa un enorme trastorno», comenta Martín, reiterando que «no puede ser esta situación» y preocupado «por no poder dar un servicio».

La merma de examinadores en la provincia ha llegado a sus horas más bajas, y con el regreso del único profesional fijo a finales de mes se salvarán algo más los trastos, pero el problema volverá a generarse en diciembre, teniendo en cuenta que las vacaciones de Navidad también aumenta la actividad en las autoescuelas.

Los examinadores realizan diariamente 12 pruebas en el caso de los coches y motos, y siete si se trata de camiones. Teniendo en cuenta que los jueves sólo se efectúan los exámenes teóricos, a la semana se da salida a 60 pruebas –sólo de coche en agosto por la capacitación del interino–. Eso deja a muchos fuera. El presidente de la Asociación de Autoescuelas de Soria cifra, en estos momentos, son 370 los alumnos que componen la bolsa de quienes han aprobado el teórico y están en disposición de pedir la prueba de circulación, aunque algunos sean de pista cerrada por el tipo de permiso al que optan.

Las autoescuelas, 16 actualmente en la provincia, un número que permanece estable en los últimos años, concentran en verano el 40% de su actividad, por lo que la falta de examinadores les convierte también en «víctimas», al igual que los alumnos. Teniendo en cuenta que el pasado año 2022 se formalizaron en la provincia 1.050 permisos de conducir, el verano deja unas 400 matrículas para obtenerse el carné. La impresión de Martín, quien se muestra prudente hasta conocer los datos de la Jefatura Provincial de Soria, es que ha habido un ligero retroceso con respecto al año pasado, pero también recalca que lo más fuerte se da ahora en el mes de agosto. Por eso resulta fundamental que se refuerce la plantilla de examinadores, concluye, pidiendo a la DGT soluciones, «que las hay, incluida la colaboración público-privada».

Con todo, reconoce que Soria no es de las provincias con peor situación, debido a su escasa población, y pone como ejemplo Barcelona, con una demanda de más de 50.000 alumnos y apenas 90 examinadores, que a efectos prácticos, se reducen a 60 «los que se sientan en el coche».