Heraldo-Diario de Soria

Entrevista

«Sanidad apoya a los investigadores para que tengan la misma posibilidad estén donde estén»

Alberto Caballero, director del Instituto de Ciencias de la Salud de Castilla y León

Alberto Caballero, director del Instituto de Ciencias de la Salud.

Alberto Caballero, director del Instituto de Ciencias de la Salud.GONZALO MONTESEGURO

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Soria

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El Instituto de Ciencias de la Salud de Castilla y León celebra un cumpleaños feliz. Y lo hace así porque está viviendo un proceso de cambio, impulsado por la Consejería de Sanidad, que se abre cada vez a la investigación, la innovación y la difusión. Con una plantilla de 280 investigadores, y creciendo, las perspectivas son muy prometedoras y, por ende, también lo son para la ciudadanía, «cuyo beneficio es el objetivo final de toda investigación sanitaria». Los Institutos Biosanitarios como el de Salamanca y los futuros de Valladolid, León y Burgos serán una herramienta perfecta para este propósito. Alberto Caballero, director del instituto regional, con sede en Soria, y con quien el centro tomó impulso, recalca que junto a la investigación hay que continuar con la formación, un puntal que avalan más de 450 acciones formativas al año.

Pregunta. ¿Qué posición ha alcanzado el Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud en estos 25 años?

Respuesta. El desarrollo que se ha imprimido al Instituto en la actual legislatura en la Consejería de Sanidad es muy importante. El consejero, Alejandro Vázquez, le está dando un impulso como una pieza esencial dentro de lo que va a ser la investigación en Castilla y León. Vamos a ser el elemento sustentador de los institutos de investigación biosanitaria que se van a crear. Hay uno ya acreditado en Salamanca, con un desarrollo espectacular y un nivel de investigación muy importante y de alto prestigio tanto nacional como internacional. Hace unas semanas se firmó por parte del consejero y del rector de la Universidad de Valladolid la puesta en marcha de Instituto de Investigación Biosanitaria de Valladolid, que también estará bajo nuestro paraguas, y en un futuro se va afrontar la creación de dos nuevos en León y Burgos. Todo bajo el Instituto de Ciencias de la Salud de Castilla y León, con sede en el parque de Santa Clara de Soria. Esto es un importante incentivo para los que trabajamos día a día aquí porque se ha reconocido el trabajo realizado durante 25 años, y hay que agradecer la apuesta al consejero y también a la directora general de Planificación Sanitaria, Investigación e Innovación, Sonia Martín Pérez, por los cambios que está haciendo en lo que es generación de investigación en Castilla y León.

P. ¿Por qué hacía falta ese cambio?

R. No voy a hablar del pasado, sólo del futuro. El planteamiento que está haciendo la Consejería para la investigación es lo que hay que pensar. Hacer un plan estratégico de investigación, que se presentará a finales de noviembre, en base a agitar, impulsar y apoyar a los investigadores, para que cualquiera de ellos, esté donde esté, tenga las mismas posibilidades. Han elegido un modelo que me parece muy acertado, el de la creación de institutos biosanitarios, que dan al investigador una estructura. En los sitios como Soria que no es posible el instituto, vamos a apoyarlos con una estructura similar desde aquí. El objetivo es aumentar la investigación con hechos reales.

P. ¿Todo ello llega acompañado de financiación, evidentemente?

R. Evidentemente. La creación de institutos y buscar la acreditación es importante porque supone unas nuevas capacidades de financiación que tienen estos centros, y va acompañado de un plan financiero. La investigación, además del apoyo institucional, tiene una parte muy importante, que los investigadores han de presentar proyectos competitivos, regionales, nacionales, internacionales y privados, donde tienen que buscar su principal fuente de financiación. Hay otra financiación que viene desencadenada a través de los estudios y ensayos clínicos que es muy relevante y Castilla y León ahí es puntera. Nosotros estamos gestionando unos 1.400, y la mayor parte de los investigadores que los hacen revierten ese dinero para investigar y aumentar el nivel.

P. ¿Cuando comenzó en su cargo de director, imaginaba llegar a los 25 años?

R. Yo llegué al instituto en 2001 y no estoy solo, tenemos un equipo implicadísimo. Globalmente somos 300 empleados, en Soria 11, que vamos a crecer. Nacimos dedicados a la formación, y ha sido complicado mantenerse, a algunas personas les molestaba que estuviera en Soria. Les hemos demostrado que se puede gestionar desde aquí. El instituto que empezó siendo una pequeña estructura de formación, que hubo que cambiar para hacer los cursos donde son necesarios trasladando al profesor o de forma telemática. Evidentemente no pensábamos llegar aquí. El nivel de actividad, de implicación que se nos ha dado en esta legislatura ni lo planteábamos, ni tampoco el apoyo de la formación. Esto supone una responsabilidad muy importante porque ahora tenemos un reto nuevo ante nosotros y hemos de dar un cambio a la estrategia que estábamos llevando. Ahora tenemos tal oferta para hacer formación que a veces no llegamos a todo lo que queremos.

P. ¿Por qué?

R. Porque buscamos la calidad en la docencia. Acabaremos el año con unas 450 actividades formativas con el reto de la calidad en el trato al alumno y en el contenido, y para eso hablamos con coordinadores, personal sanitario experto que haga el contenido del programa. Y en Castilla y León tenemos un importante apoyo de nuestros socios patrocinadores, uno clave es Caja Rural de Soria, pero también hay muchas compañías farmacéuticas que nos buscan para obtener el éxito de su actividad formativa. Esta mañana –el miércoles– tres empresas muy potentes se han puesto en contacto con nosotros para eso.

P. ¿Cómo imagina el futuro del instituto, hacia dónde va?

R. Hemos dado un cambio muy grande. 15 años hemos sido sobre todo formación y ahora el 85% de nuestra actividad está ligada a la investigación. Nuestro futuro es ese, aunque siguiendo también con la formación continuada. Y hay un reto complicadísimo que es la innovación y transferencia del conocimiento.

P. ¿Por dónde pasa esa innovación?

R. Pasa por mejorar la investigación, que sea traslacional y llegue al paciente. Toda investigación es buena pero hemos de tener claro que toda la que se hace en el sistema sanitario ha de terminar en algo práctico. Que haya más patentes, avanzar en diagnósticos, mejorar los protocolos... Uno de los aspectos que tenemos que potenciar son los ensayos clínicos y la investigación en Atención Primaria. Cada vez hacemos más. Es una evidencia científica que los centros de salud investigadores tienen mejores resultados en salud que los que no lo son.

P. ¿Cuántos investigadores coordina ahora el instituto y cuáles son las líneas más interesantes que puede destacar?

R. Son una plantilla de 280 investigadores, y creciendo. Destacado es todo... En Salamanca el resultado de la hematología, oncología, de la infección es muy importante. En Valladolid,la cardiología, sin desprestigiar a los resultados en neurología, cuidados críticos, los marcadores de sepsis, o la cefalea... En León también hay unos equipos muy importantes en digestivo y medicina interna, en reumatología... En Ávila los hay muy buenos también en cardio, en hematología... Lo llamativo de esta comunidad autónoma es que tenemos gente muy buena que no visualizamos.

P. ¿Qué resultados se han ido viendo en todos estos años sobre aplicaciones reales?

R. Un buen ejemplo de todo lo logrado está en el suplemento de Innovadores de este mismo periódico. Ha salido la inteligencia artificial en cardiología, modificaciones de los protocolos, tenemos un servicio de cefaleas en Valladolid que es referencia en pautas de trabajo... Todos los días de Castilla y León sale algo que mejora, nos gustaría que saliera más y mejor.

P. Se abordan proyectos ambiciosos como el tratamiento del cáncer o la salud mental...

R. Cuando se presenta un proyecto de investigación en el área sanitaria, todos van a buscar que repercuta sobre el paciente, van a resolver problemas existentes. Hemos tenido a dos doctores haciendo terapia celular en patología de cornea y de retina, y están buscando solucionar cegueras. Están haciendo investigación absolutamente dirigida. En Soria se está dirigiendo una tesis doctoral sobre sepsis y va encaminada a buscar un marcador que pueda decir que hay un shock séptico para empezar a tratarlo lo antes posible. También se va a empezar uno sobre distintos tratamientos en la hipertrofia benigna de próstata para el mejor beneficio del paciente. No hay ninguna investigación que no busque el beneficio de la humanidad. En este caso, la investigación busca el beneficio del paciente.

P. ¿Cómo es el día a día de coordinar toda esta actividad?

R. De locos. Nosotros somos una herramienta de gestión de la Consejería de Sanidad, que está bien centrada. Lo que hacemos es seguir las directrices que nos marca. Es evidente que la carga de trabajo es altísima, que tocamos muchos palos, nuestra capacidad de gestión cada vez es más alta, y todo ello se consigue con un equipo muy implicado y muchas ganas. Aquí está el centro de coordinación de cursos y gestionamos toda la investigación e innovación. Ytenemos que crecer.

P. ¿Es muy difícil para el investigador acceder al dinero privado para su financiación?

R. Tenemos un reto en España que es incrementar la financiación y la evaluación de lo que se financia. El buen investigador siempre tiene financiación, no la que quiera pero la tiene. En España hay un problema importante, la ley de la ciencia, que acaba de ser renovada y no ha tratado los elementos esenciales. En España la investigación tiene IVA. La ley de mecenazgo tiene unas desgravaciones fiscales ridículas en comparación con otros países. No es atractivo a la empresa privada hacer mecenazgo de investigación. Es un tema que hay que solventar. A nivel privado cada vez hay más empresas que convocan concursos para financiar investigación y son competitivos. Aquí, en muchos de esos proyectos, el investigador no cobra, y en otros países sí.

P. ¿Castilla y León tiene capacidad para mejorar eso?

R. El estatuto de Sacyl va a contemplar en breve la figura del investigador, hay un compromiso, pero en este momento no. No existe una compensación, lo hacen por su decisión personal, porque generan ciencia, por vocación. Y ahí los sindicatos también tienen mucho que decir porque se podría plantear productividad.

P. ¿Qué proyectos más inmediatos tiene el instituto?

R. Sobrevivir a hoy (risas). Con lo que tenemos encima de la mesa y lo que acaba de entrar, si llegamos al final de la jornada irá bien. Sobre la mesa están tres actividades formativas de Valladolid, León, Ávila... de hematología, reumatología, dermatología... hay varias. Y además, en breve, el lunes saldrá en nuestra web, tenemos que presentar el hub de investigación e innovación que la Dirección General de Planificación quiere poner en marcha para el 27 de noviembre, un concurso de reto de ideas. Es una visión nueva y para que la gente que tiene ideas las pueda visualizar, explicar y además hay que intentar monitorizarlas. Entre la gente que tenemos dada de alta en el boletín de noticias ya son casi 16.000 personas ligadas a nosotros, y además nos hemos metido en el reto de hacer un canal de comunicación para difundir la investigación y la innovación. Que los medios de comunicación sepais todos los días qué ha pasado en esa materia en Castilla y León. Hay que visualizarla para ponerla en valor y conseguir que el investigador se sienta recompensado, aunque sólo sea emotivamente, ya no económicamente. Además de eso, está la gestión de los nuevos estudios y ensayos clínicos que vienen. Luego siempre hay algún proyecto competitivo que hay que sacar adelante, la justificación de los proyectos nacionales y europeos, en sus correspondientes plataformas e idiomas...

P. ¿Explíqueme qué es eso del reto de ideas?

R. No lo voy a adelantar, lo tiene que presentar la directora general.

P. ¿En qué estudios y ensayos clínicos sobre pacientes colaboran?

R. Son 1.400 estudios que van desde ensayos de nivel uno hasta estudios postobservacionales, o estudios clínicos que hace un alumno y nos pide apoyo... Es muy variado. Los estudios clínicos son sobre pacientes, lo que tiene unas connotaciones. A veces es muy fácil porque es analizar la práctica clínica habitual, otras veces llevan el análisis de quienes toman un medicamento y hay que regularlo o ver si tiene efectos que no se esperaban. Cuando hacemos estudios donde damos una sustancia o probamos un producto sanitario, como lo que vamos a probar en breve de la empresa que se va a instalar en Almazán, necesitamos pasar unos comités de investigación clínica, tener un consentimiento informado del paciente y todo eso avalado por la Agencia Española del Medicamento.

P. ¿Qué presupuesto maneja el instituto y cómo crecerá?

R. Globalmente nos aproximamos a los 15 millones al año. El aumento no está cifrado pero tiene que haberlo porque si hemos puesto en marcha el Instituto Biosanitario de Valladolid pues va a tener que hacer una contratación de personal, tanto en área de gestión como administración y eso hay que dotarlo, y se está analizando.

P. ¿Qué son exactamente los Institutos de Investigación Biosanitaria?

R. Están regulados por la ley de creación de institutos, por el Instituto de Salud Carlos III, y lo que buscan es crear una masa crítica de investigadores en una ciudad, liderada por el sistema sanitario, por un hospital, y en la que participan todas aquellas estructuras biosanitarias de dicha ciudad. Por ejemplo, en el caso de Valladolid se ha firmado un acuerdo entre la Junta de Castilla y León y la Universidad de Valladolid, y en breve se unirá el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Es una especie de UTE –unión temporal de empresas– de investigación y ahí se juntan los hospitales con la universidad y todos sus institutos para crear una masa común de colaboración para generar investigación. Está acreditado el de Salamanca y faltan el de Valladolid, que hay que ponerlo en marcha ahora, y después quedan León y Burgos, pero esto no es automático. La acreditación es un proceso largo, en el de Salamanca tardamos cuatro años, donde se evalúa claramente cuántos grupos de investigación hay, entre otras muchas cosas. Y dichos grupos han de tener proyectos de investigación competitivos, nacionales o intenacionales. Hay que hacer mucho trabajo de fondo, estimular la investigación, hay que unir grupos, tener investigadores acreditados. No es fácil... En la investigación hay sistemas de medición, uno son los proyectos que te han concedido, porque esos están todos evaluados, si no es bueno no te lo dan, especialmente los internacionales. No es fácil obtener un proyecto de investigación europeo. Hay que recordar que Europa no llega a ejecutar nunca todo el dinero que pone para investigación porque las evaluaciones son muy selectivas. Como ocurre en el resto del mundo. En Estados Unidos se da mucho dinero pero el 70% de los proyectos se quedan fuera de la financiación del sistema nacional de salud.

P. ¿Habrá en más ciudades?

R. Hemos de ser lógicos. No podemos generar expectativas irreales. Para crear un instituto hay que tener una masa de investigadores y para acreditarlo ha de haber un número importante de grupos de investigación certificados con proyectos nacionales e internacionales. En el caso de Soria, por ejemplo, es muy difícil que consigamos tenerlo. Eso no quiere decir que no haya grupos que trabajen bien, y que nosotros no les vayamos a apoyar, todo lo contrario. Una de nuestras principales funciones, una vez que estén los institutos, es hacer que el resto de la comunidad funcione como un instituto. De hecho ya estamos trabajando así, y estamos negociando la compra de un superprograma de conocimiento para que todos los investigadores que no están en los institutos puedan funcionar con ese programa de gestión como un instituto.

P. ¿Comenta que trabajan con empresas como la que ha mencionado de Almazán?

R. Hay una empresa que se instalará en Almazán, Distribuciones Biocientíficas S.L., de kit diagnósticos. El lunes tuvimos una reunión con su director científico y el CEO, con la presencia de la delegada territorial de la Junta. Los productos que tienen que sacar hay que probarlos y hay que hacer estudios similares a los clínicos, estudios de producto sanitario, y tienen que pasar unos condicionantes, y en esos pasos les vamos a ayudar. Y ya he hablado con un departamento de Valladolid para probar un test que ellos quieren producir. Cuando se hacen este tipo de estudios se hace un presupuesto de gastos y eso trae dinero, que parte va al investigador, que la mayoría reinvierte.

P. ¿Cómo se están celebrando esos 25 años con la ciudadanía?

R. Estamos haciendo un ciclo de conferencias desde hace mes y medio, y el día 19 vendrá el doctor Jesús San Miguel, pero me temo que a la ciudadanía le importa muy poco la ciencia. Hemos firmado un contrato con RNE en el que un investigador nuestro entra en el programa de Radio 3 el Gallo que no cesa, de madrugada, que pone sus podcast para estimular la difusión de la ciencia, aunque no sé si es la hora más adecuada pero es lo que tenemos. Es un granito pero es importante. Tenemos previsto hacer un acto institucional a final de este mes de octubre y estamos cerrando fechas, para conmemorar que en Soria hay una institución que tiene competencias regionales, y que es el Instituto de Ciencias de Castilla y León.

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