Heraldo-Diario de Soria

Entrevista

«La fiscalidad diferenciada para Soria ha sido el timo de la estampita»

Benito Serrano afronta su segundo mandato, esta vez con mayoría absoluta tras una legislatura en la que estuvo al frente de un tripartito con la Plataforma Soriana y Ciudadanos

Benito Serrano.

Benito Serrano.MARIO TEJEDOR

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Su amplia trayectoria como alcalde de Golmayo durante 12 años, pueblo del alfoz de Soria, aunque él nació en San Esteban, le llevaron a la Diputación, donde el popular se sentó en la bancada de la oposición en la legislatura 2015-2019 para, cuatro años más tarde, saltar a la presidencia, arropado por la Plataforma del Pueblo Soriano y de Ciudadanos, con los que formó el equipo y dio estabilidad al gobierno provincial arrebatando al PSOE la presidencia. El pasado mes de julio, este profesor técnico de FP, de 56 años, fue nombrado de nuevo presidente de la Diputación, esta vez con mayoría absoluta, tras integrar bajo las siglas del PP a la Plataforma y a algunos miembros de Cs.

Pregunta.- El pasado mes de julio, cuando el Tribunal Constitucional zanjó la batalla jurídica que mantenían con el PSOE, por el modelo de recuento de votos en los pueblos de menos de cien habitantes, otorgando al PP el Gobierno y la mayoría en Diputación, ¿respiró tranquilo?

Respuesta.- Respiraba ya con tranquilidad los días anteriores. Todos pensábamos que si se le daba la razón al PSOE se crearía una situación un poco insólita. El hecho de que el voto de los habitantes de los pueblos de menos de cien habitantes valiese menos atenta contra la igualdad de las personas en todo el territorio nacional, eso lo teníamos claro. Luego había otra cuestión, estos pueblos se iban a convertir en ingobernables y todos tendrían que ser gobernados desde la Diputación, porque todos los partidos presentaríamos un candidato en pueblos donde se pueden presentar tres, De producirse esto, al día siguiente de las elecciones estos pueblos no los gobernaría nadie. Con la ley en la mano vimos que el PSOE estaba haciendo una interpretación muy particular porque le convenía, las juntas electorales ya les habían quitado la razón, también el Tribunal Superior de Justicia. Creo que fue más una batalla política que jurídica, por eso llegó al Tribunal Constitucional , todos sabemos, más o menos la composición que tiene, y aspiraban a que les diesen ahí una razón que no tenían. Su sorpresa fue que el Constitucional ni les admitió a trámite el recurso. Al final no solo imperó la lógica, sino la propia interpretación jurídica nos dio la razón, porque el modelo de recuento era el mismo en toda España, incluso en la comarca de Calatayud (Aragón), que era el modelo que emplearon los socialistas para defender sus argumentos.

P.- ¿Por qué cree que produjo esta batalla por la Diputación de Soria, la única en Castilla y León y en España?

R.- Era en la única en la que si se cambiaba la regla del recuento de votos le daba la mayoría al PSOE. Llegaron al ridículo con mayúsculas. En las fiestas de Soria el secretario de los socialistas sorianos lució pegatinas y camisetas con eslogan que decía: «la Diputación para quién, la Diputación para nosotros». Esperaron que políticamente alguien les diese la razón.

P.- ¿También respiró con tranquilidad cuando tras los resultados del 28M no tuvo necesidad de pactar con VOX?

R.- Todo el que se presenta a unas elecciones se presenta para ganar y si no ganas por mayoría luego hay distintas combinaciones para formar gobierno. Demonizar a unos frente a otros, no me parece bien, al final si la aritmética no te da y llegas a unos acuerdos, estos son válidos, lo estamos viendo ahora en el Gobierno nacional. A mí personalmente no me gusta pactar con nadie. Aspiro a tener un reconocimiento de los ciudadanos, porque al final la mayoría absoluta es un reconocimiento. En la anterior legislatura tuve que pactar con dos grupos en la Diputación, Ciudadanos y la Plataforma del Pueblo Soriano, y si en ésta hubiese hecho falta probablemente hubiese pactado con VOX, no vamos a engañar a nadie. No sé, se podrían haber dado otras situaciones, por ejemplo que el PSOE plantease una abstención, pero estamos hablando de hipótesis que no se dieron. Todos los que nos presentamos nos presentamos para ganar, se dio la circunstancia de que ganamos.

P.- ¿Cómo valora el pacto entre el PP y Vox en Castilla y León?

R.- Cuando se convocaron las elecciones había una certeza del PP que se iba a ganar, en aquellas elecciones se obtuvieron los resultados que todos conocemos y hubo una necesidad de otorgar una estabilidad al Gobierno regional, que no puede estar sin esta estabilidad para los asuntos diarios. Había otras posibilidades, pero se pactó con VOX para no depender de otros grupos, se podría haber hecho un acuerdo con partidos minoritarios, pero creo que se buscaba una estabilidad, que en los gobiernos siempre es necesaria. Al final lo que las matemáticas no te dan lo tienes que buscar con apoyos puntuales, esto es la democracia, que yo sepa no hay ningún partido ilegal con el que se haya pactado.

Estoy convencido que a Alfonso Fernández Mañueco como a mí en la Diputación, en la pasada legislatura, nos hubiese gustado tener una mayoría absoluta, no fue así y en este caso se pactó con VOX, con los que hay acuerdo en muchas partes del programa, aunque en otras hay desacuerdo, estas últimas son las que hay que limar, al final, los ciudadanos de Castilla y León dijeron en la urnas que no querían que nadie tuviese la mayoría absoluta. Anteriormente asistimos a una moción del PSOE con la que se pretendía llegar a un acuerdo con tres tránsfugas de Ciudadanos, solo consiguieron el voto de una de ellas y esto me pareció triste.

Los pactos tienen que ser para todos igual. No puede ser que cuando otros alcanzan acuerdos te quejes e incluso montes un escrache, como el que montó el PSOE en Soria ante las puertas de la Diputación en la legislatura pasada por nuestro pacto, y cuando los haces tú son válidos. Cuando yo entré en la Diputación en la legislatura de 2015 asistí, entonces desde la oposición, a un pacto entre el PSOE y dos diputados de Ciudadanos, nosotros lo respetamos con toda la naturalidad. No sé por qué el PSOE tiene licencia para pactar y al PP se le esté cuestionando constantemente.

P.- A su juicio ¿lo está haciendo bien Alfonso Fernández Mañueco al frente de este gobierno de coalición que fue muy criticado al principio, pero que siguieron otras comunidades autónomas?

R.- Fueron muchos los que lo criticaron, entonces había muchos intereses. Ahora veo que muchos de los que lo criticaron van a pactar con Otegui. Me parece mucho más bochornoso blanquear todos los actos de Batasuna o de hablar de amnistía . En los medios de comunicación veo hablar mucho de la extrema derecha pero pocas veces de la extrema izquierda. A mí me dan tanto miedo los unos como los otros, no estoy en ninguno de los extremos, yo si pudiese no pactaría con ninguno, otra cosa es que no tenga la mayoría, pero que se debe tratar a todos por el mismo rasero.

Cuando pactó Fernández Mañueco con VOX parecía el fin del mundo, pero ahora se ha visto que han entrado en otros gobiernos, en comunidades autónomas, en ayuntamientos y hay actuaciones que salen adelante. En Valencia se conformó el Ayuntamiento sin VOX y después vieron la necesidad de dar estabilidad, pasados cien días han tenido que recular y abrir la puerta , porque de otra manera los ayuntamientos son ingobernables.

P.- ¿Cómo vive como presidente de la Diputación de Soria las negociaciones de Pedro Sánchez con los nacionalistas para formar Gobierno?

R. -No me gusta que los votos de unos pocos decidan el devenir de la política nacional, que decidan por todos y que además a estos pocos votos se les dé un valor que realmente no tienen. Comparto muchas opiniones de muchos dirigentes de muchos colores, como la del socialista Juan Carlos Ibarra que hace muchos años planteaba que el partido que no llegase al 5% del voto nacional no tuviese representación, sería una solución, o bien un gran pacto entre PSOE y a PP dejaría a todos estos partidos fuera, creo que la mayoría de los españoles abogaría por un gran pacto para que gobierne la lista más votada, en lugar de vendernos al mejor postor, que va a tener unas consecuencias muy graves para el resto. Es inadmisible.

P.- Veo que comparte la postura de Alberto Núñez Feijóo que tras los resultados electorales le ofreció a Pedro Sánchez una unión de fuerzas, precisamente para no depender ni de extremistas ni de nacionalistas, ¿éste es el camino que hay que tomar?

R .-Yo creo que a muchos ciudadanos les gustaría que se hiciese, incluso a muchos del Partido Socialista. Lo que pasa ahora es que el PSOE está desaparecido, es un partido supeditado a un líder , es el partido 'sanchista'. En el último pleno de la Diputación se votó una moción contra la ley de amnistía, dos diputados del PSOE se ausentaron porque no quisieron votarla, ahí se vio.

Hay muchos líderes socialistas como Alfonso Guerra, Felipe González, Javier Lambán y Emiliano García-Page que siguen arropando al partido porque tienen miedo de no salir en la foto. No creo que ningún socialista de los territorios históricos estén por apoyar desigualdades entre ciudadanos de distintas comunidades.

P.- ¿Por qué el no a una ley de amnistía?

R.- Porque pasarían dos cosas. En primer lugar, porque no seríamos todos iguales y en segundo lugar , porque estaríamos dando la razón a unos independentistas diciendo que el Estado en aquel momento hizo algo mal, estaríamos dejando al Estado a los pies de los caballos y dando la razón a unos señores que decidieron unilateralmente saltarse todas las reglas, convocar un referéndum y además poner en marcha una secesión de una parte del territorio, esto es lo que estaríamos bendiciendo con en una hipotética amnistía. No estoy de acuerdo.

P.- Volviendo de nuevo a las negociaciones de Sánchez con los nacionalistas, ¿teme que las cesiones a determinados partidos puedan perjudicar a comunidades como Castilla y León?

R. -Sí, lo tengo claro. Al final los recursos del Estado son los que son, tenemos una deuda galopante y además resulta que ahora tenemos que dar prebendas a los nacionalistas para comprar el voto para gobernar en una situación muy complicada. Estamos hablando de un pacto con 24 partidos, en el que se van a juntar independentistas de derechas con independentistas de izquierdas, de Cataluña y del País Vasco que en sus elecciones autonómicas cada uno va a hacer la guerra por su cuenta. Esto es ingobernable, lo vemos ya con Podemos que reclama a Sumar su cuota de poder. Si el PSOE y Pedro Sánchez decide apoyar todo esto creo que el Partido Socialista va acabar, como acabó en Francia e Italia, siendo residual. Al final la gente va a sufrir las consecuencias de estos pactos y vamos a ver como algunos españoles vamos a tener menos oportunidades y menos recursos.

P.- ¿Debería alzar más la voz Castilla y León contra un acuerdo en estos términos?

R.- Me consta que el presidente Mañueco está siendo muy contundente. Me consta además que desde los ayuntamientos y desde las diputaciones hacemos lo que podemos hacer. Están haciendo algo que no me gusta y espero que no les guste a muchos ciudadanos de este país. Cuando pasen la reválida de las elecciones confío en que los ciudadanos lo tengan en cuenta, aunque también creo que muchos ciudadanos cuando fueron a votar ya sabían lo que iban a hacer, igual tenemos lo que nos merecemos y en el futuro podríamos ir hacia una balcanización, como ha dicho Feijóo. El camino en el que estamos no es muy halagüeño.

P.- ¿Qué futuro la augura a los partidos localistas en Castilla y León como Soria Ya, con una importante presencia en la provincia?

R.- Es cierto que Soria Ya tiene una importante presencia en la Cortes de Castilla y León, pero no en el Senado, ni en el Congreso. Se produjo algo que no lo vimos venir con esa magnitud. Durante muchos años fuimos detrás de una pancarta reivindicando mejoras en la sanidad, en las carreteras y en las infraestructuras y todos los sorianos íbamos en piña. Ese movimiento de protesta y de hartazgo al final encauzó todo ese malestar en un partido político que se plasmó en los resultados de las elecciones autonómicas. Ahora ya les hemos visto cómo trabajan en las Cortes Regionales y para lo que han servido a los sorianos y a la provincia. Otros estamos en la administraciones para responder a las necesidades de los ciudadanos y para abrir nuevas oportunidades.

P.- Partidos como Soria Ya están en retroceso como parece que se ha visto en la elecciones generales, ¿cómo pretende aprovechar el PP este espacio político?

R.- Nosotros siempre hemos tenido un camino que es el del trabajo, trabajo y trabajo, otra cosa es que lo hayamos sabido vender mejor o peor. Al final con trabajo se consiguen los proyectos. También es importante trasladar a los ciudadanos la gestión que se realiza para que tengan el convencimiento de que lo que se está haciendo está mejorando sus vidas, que es para lo que estamos aquí. Desde que entré en política siempre lo he tenido claro, trabajo diario, atención a mis vecinos, no generar problemas y solucionar los que se presentan.

P.- La despoblación es uno de los principales problemas de Castilla y León, ¿cree que las administraciones están haciendo lo suficiente por el reto demográfico?

R.- Creo que se está haciendo, pero no se está haciendo todo lo que se podría hacer. Hay muchas cosas que se han dejado de hacer. En primer lugar, lo de la España Vaciada me enerva y me cabrea sobremanera. Soria no está vaciada, tenemos un montón de oportunidades por las que tenemos que luchar, hay muchas posibilidades de atraer gente. La receta no es complicada, servicios e infraestructuras pero esto cuesta dinero y en eso nos estrellamos, porque el dinero que nos llega de las distintas administraciones, como en los últimos Presupuestos Generales del Estado, llegan con una rebaja importante de fondos, no lo entiendo.

Veo que se han abierto muchas vías y hay que seguir trabajando en ellas. En San Esteban de Gormaz, por ejemplo uno de los concejales hizo el camino inverso, de residir en una ciudad se ha instalado en el pueblo trabajando para una multinacional y en estos cambios son en los que tenemos que incidir. Conozco a mucha gente joven que ha decidido teletrabajar y vivir en pueblos pequeñitos, por eso es importante que esas localidades tengan los servicios que estamos demandando continuamente como la sanidad, la educación, las administraciones están para apoyar estos servicios.

P.- ¿Cree que al final la fiscalidad diferenciada para Soria ha sido un engaño?

R.- Ha sido el timo de la estampita, con el aplauso enfervorizado de algunos responsables políticos como el socialista Luis Rey, que en la Diputación no nos votó una propuesta, en el Senado votó la contraria y encima se cabrea cuando se le dice. La fiscalidad diferenciada se ha puesto en marcha en otros territorios de Europa y se ha demostrado que es una herramienta que permite revertir una situación. Las administraciones locales no tienen medios propios para revertir una situación de despoblación.

La fiscalidad diferenciada tiene sentido para incrementar la población, porque te permitirá tener unos servicios más baratos, el Gobierno central no se lo cree y además está en manos de unos nacionalistas que no le permiten aplicarla , porque le quitarían los apoyos, están engañando a todos los sorianos, No hemos visto nada y me temo que con este gobierno que se nos avecina no vamos a ver nada porque está supeditado a unos apoyos. Lo tienen que decir claro.

P.- ¿Qué le parece que otras provincias se quieran subir al carro de la fiscalidad diferenciada?

R.- No estoy de acuerdo. Está muy claro. La Unión Europea dijo que hay tres provincias, Soria, Cuenca y Teruel, en las que se dan unas circunstancias en materia de ratios de población que no se dan en otras provincias, pero parecer ser que ahora hay otros que la reclaman, se lo he oído a algún consejero de Castilla y León que la ha pedido. Claro que hay otros territorios de la Comunidad que tienen densidades muy bajas, pero a todos ellos les recordaría cómo se financian los servicios en las provincias. Sin salirnos de Castilla y León, la Diputación de Burgos , por ejemplo, recibe dinero por todos los pueblos que tienen más de 20.000 habitantes que Soria no recibe porque no tiene ninguno, entonces a la hora de prestar servicios es más fácil llegar a los habitantes de la provincia de Burgos que a los de Soria donde si recibimos miseria, repartiremos miseria.

P.- ¿Qué opinión le merece la ordenación territorial que defiende la Junta de Castilla y León a través de mancomunidades?, ¿eso dejaría de lado a las diputaciones?

P.- La ordenación de territorio es una asignatura que lleva pendiente muchos años sobre la que habría mucho que decir. En Soria hay dos mancomunidades que funcionan y alguna de ellas ya está pensando en que los servicios los preste la Diputación. El modelo para Castilla y León no es homogéneo, hay comarcas históricas que cuentan con una tradición desde hace muchos años y otras provincias como Soria que no tienen esta dinámica. Hay que escuchar a todas las provincias, hay que ver la casuística en cada una de ellas y ver cómo se instrumenta . No creo que vayan a desaparecer las diputaciones.

P.- ¿Cómo valora la financiación actual de las diputaciones?

R.- Hay necesidades que son básicas y para atender a todas ellas las diputaciones tendrían que tener un mínimo de fondos. Además estamos atendiendo obligaciones que son competencias impropias, porque si no las atendemos las diputaciones no las va a atender nadie y para estas competencias tampoco tenemos la financiación adecuada. Las diputaciones llevan mucho tiempo solicitando que mejore esta financiación, pero no llega. Hay políticos en el Gobierno que legislan que no saben que en España hay pueblos con menos de cien habitantes y que tienen unas necesidades que nada tienen que ver con las de Madrid ni las de Barcelona o las de cualquier otra ciudad grande de España.

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