Heraldo-Diario de Soria

Investigación

Ocho médicos buscan poner coto a los contagios en las guarderías

El objetivo de este equipo, formado por cinco pediatras, tres residentes y una enfermera, es reducir las infecciones mediante la realización de un protocolo para aplicar en todos los centros educativos

Alumnos de la escuela infantil Gloria Fuertes de la capital, uno de los centros que participan en el estudio

Alumnos de la escuela infantil Gloria Fuertes de la capital, uno de los centros que participan en el estudioHDS

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Soria

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Nueve sanitarios de Soria han iniciado este curso escolar un estudio de las infecciones que padecen los niños menores de tres años y para ello cuentan con la colaboración de 21 centros infantiles de la provincia que van a participar durante los próximos dos años. El objetivo de este equipo, formado por cinco pediatras, tres residentes y una enfermera, es minimizar los contagios mediante la realización de un protocolo.

Bajo el título ‘Eficacia de las implantación de medidas higiénicas para reducir infecciones en escuelas de educación infantil’, el proyecto, impulsado por el pediatra Rafael Peñalver Penedo, se ha propuesto minimizar los contagios en estos centros, en aumento debido a que cada vez es más frecuente que los niños comiencen la escolarización a edades más tempranas. Esta iniciativa privada tomó forma hace unos meses, a raíz del incremento de infecciones entre los más pequeños que se constató el año pasado, con derivaciones incluso a la UCI pediátrica de Burgos.

Al inicio del curso los investigadores lo plantearon en las guarderías, y una vez contaron con su apoyo se dirigieron a los padres a través de una carta para informarles sobre este estudio, aprobado por el Comité de Ética de la Investigación del área de Burgos y Soria, de acuerdo a la legislación vigente en el que se les invita a participar de manera totalmente voluntaria. Hasta el momento son 21 las escuelas infantiles que se han sumado al proyecto, una cifra muy satisfactoria para el equipo de sanitarios: “Estamos contentísimos con la respuesta recibida y por las ganas que tienen los propios centros de responder y reducir a los contagios”, indica una de las pediatras. Además, son ya 300 niños participantes, aunque los investigadores esperan alcanzar el medio centenar. “Queremos llegar a la mayor parte posible de esta franja de población para hacer más fiable nuestro estudio”.

Durante este curso los padres sólo tienen que avisar a su centro infantil cuando su hijo está malo y de qué para realizar un registro de las enfermedades. Y ya en el siguiente se realizará una comparativa, totalmente aleatoria, entre dos grupos de guarderías. En uno se intervendrá y en el otro se seguirá como hasta ahora. Así, unas guarderías (grupo de no intervención), mantendrán las medidas de higiene y prevención de infecciones que se estén realizando habitualmente en cada una de ellas, mientras que en el otro grupo (de intervención), se implantarán unas medidas específicas concretas, se educará a trabajadores del centro y a los padres de los niños sobre prevención de enfermedades infecciosas y se les facilitará los recursos necesarios para ello. «El objetivo es evaluar a posteriori el impacto que esta intervención tiene en la salud de los niños». Para ello los investigadores precisan la colaboración de los progenitores rellenando unos cuestionarios periódicamente y acudiendo a las charlas programadas. La aleatorización de las guarderías en uno u otro grupo se realizará al azar por los investigadores del estudio para darle la mayor credibilidad posible a este proyecto totalmente altruista.

El estudio parte de que es una realidad que la asistencia a escuelas de educación infantil aumenta el riesgo de padecer enfermedades infecciosas, aunque en su mayoría banales, comparado con niños no escolarizados.

Procesos infecciosos que suponen un aumento de gasto de recursos sanitarios, que queda patente en muchas investigaciones, donde demuestran que los niños escolarizados tuvieron un uso significativamente aumentado de antibióticos, así como de visitas al pediatra y a urgencias hospitalarias.

Además, estos procesos suponen un perjuicio para el conjunto de la sociedad, ya que muchas veces los padres o cuidadores habituales deben solicitar permisos laborales para poder cuidar a sus hijos enfermos mientras se recuperan. En muchos casos, además, el cuidado de estos niños puede recaer en sus abuelos, suponiendo un aumento de riesgo de complicaciones características de la edad avanzada.

El equipo de pediatras indica en su memoria un estudio de Azor-Martínez que incluye una estimación de los costes sanitarios directos de cada episodio infeccioso, así como los costes indirectos estimados por la pérdida de productividad del absentismo laboral de los padres que rondan los 404,92 euros al año, y 522,25 euros al año si se incluyen los gastos sociales.

Hasta la fecha no existen estudios que analicen la incidencia de infecciones en la provincia de Soria. Tampoco se han realizado estudios en los que se evalúe el impacto de establecer una formación reglada en el profesorado y los padres de los alumnos para prevenir los diversos tipos de infecciones más frecuentes. Otros informes sí evalúan la eficacia de una medida aislada o en situaciones muy concretas o periodos muy cortos, pero no se han encontrado estudios que evalúen la eficacia de introducir un conjunto de medidas simultáneo en los centros educativos.

El proyecto tiene una aplicabilidad inmediata una vez analizados los resultados. Ya en el grupo de intervención se espera que los sujetos tengan menos procesos infecciosos, menos visitas al pediatra, a Urgencias, menor uso de antibióticos y, sus padres, tengan que solicitar menos permisos laborales. De confirmarse que estas sencillas intervenciones reducen el número de procesos infecciosos entre los alumnos de escuelas infantiles, este estudio permitiría elaborar, en colaboración con la Junta de Castilla y León, unos protocolos que aplicar a todos los centros educativos. Con estos protocolos se permitiría reducir el número de infecciones a nivel de la Comunidad, con el beneficio en salud ya mencionado, el ahorro de costes sanitarios y para el conjunto de la sociedad. 

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