Heraldo-Diario de Soria

Universidad de Valladolid

Agrarias suma en Soria 38 investigadores que captan la cifra récord de 1 millón de euros

Los proyectos se centran en ecología forestal, contaminación de plásticos o energía solar. Varios contratos de competencia nacional se desarrollan en el Campus soriano

La Escuela Universitaria de la Industria Forestal del Campus de Soria.

La Escuela Universitaria de la Industria Forestal del Campus de Soria.Mario Tejedor

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La Escuela Universitaria de Ingeniería de la Industria Forestal, Agronómica y de la Bioenergía, EIFAB, del Campus de Soria del Campus de Soria ha entrado en un «círculo virtuoso» y no para de incorporar investigadores, proyectos y una financiación de récord, de un millón de euros. Hasta 38 son ya los que conforman el «músculo» de investigación en Agrarias en un proceso de crecimiento progresivo que sigue avanzando.

«Gente muy buena», como define el subdirector de la EIFAB y miembro de uno de los grupos de investigación, José Miguel Olano, doctor en Biología, que explica que cuentan con ganadores de contratos competitivos de ámbito nacional que han optado por desarrollar su trabajo en el Campus Universitario de Soria, que a su vez atraen a más personal para conformar su equipo.

De los 38 que conforman el cuerpo de investigadores, ocho cuentan con contrato laboral de la propia Universidad de Valladolid y hasta 30 han llegado a Soria con contratos competitivos. Una cifra que ha crecido «muchísimo», apunta Olano, fruto de un trabajo de años. «Nos ponemos en contacto con mucha gente y le ofrecemos trabajar en Soria en una labor de atracción para intentar captar gente en un esfuerzo constante», añade, que, a tenor del volumen generado, está dando resultados.

Cerca de 40 personas que trabajan en proyectos de teledetección y ecología forestal, biogás, contaminación de plásticos y energía solar y que han conseguido este año una financiación para desarrollarlos de un millón de euros. «Este año se consigue mucho dinero. Espero que el próximo sea parecido», confía el profesor e investigador, quien añade que en enero y febrero solicitarán más fondos.

Un dinero que llega de convocatorias pertenecientes al Programa Estatal para Desarrollar, Atraer y Retener Talento, también del Ministerio de Universidades, así como de la propia Universidad de Valladolid.

«Mucha gente viene a Soria porque se generan proyectos y porque es atractivo», comenta Olano sobre la dinámica que se ha generado en la Escuela Universitaria de Ingeniería de la Industria Forestal, Agronómica y de la Bioenergía del Campus de Soria y que la ha posicionado para tratar de tú a tú a universidades con mucho mayor volumen, gracias a la concurrencia competitiva.

Él capitaneó el grupo de investigación reconocido, GIR, denominado Cambium, que conforman 24 personas, incluidas varias nacionalidades, y que fue reconocido el año pasado con el Premio de Investigación Consejo Social 2022 de la Universidad de Valladolid. Cambium, que fue constituido en 2017 en el Campus de Soria, tiene entre sus líneas de trabajo la ecología, en especial la dendroecología, disciplina que permite comprender los efectos de los cambios ambientales en el funcionamiento de las plantas perennes.

El segundo pivote del trabajo de este grupo es la teledetección, herramienta para la gestión ambiental.

Soria ha atraído a investigadores de las distintas provincias de España, desde Lugo a La Rioja o Lleida, pero también del ámbito internacional con presencia de ciudadanos franceses, argentinos, ecuatorianos, etc.

También sorianos, como Ana Cabrerizo, la ganadora de un contrato Ramón y Cajal, uno de los de mayor prestigio, «supercompetitivo», puntualiza Olano, y con una duración de cinco años que desarrolla un proyecto sobre contaminación de microplásticos. Ya ha captado proyectos por un cuarto de millón de euros y además genera tres contratos de personal que forma parte de su equipo. La Escuela de Agrarias también puede presumir de un contrato postdoctoral de la modalidad María Zambrano, que busca recuperar talento de aquellos que optaron por marcharse al extranjero. El investigado lidera un proyecto que va a contratar a otras dos personas. «Su sueldo genera más contratos», explica el doctor en Biología.

En el caso de la convocatoria Juan de la Cierva, dos de los ganadores han optado por desarrollar su trabajo en el Campus de Soria. También un programa del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. El Juan de la Cierva tienen como finalidad fomentar la incorporación de jóvenes con el grado de doctor, con objeto de que completen su formación investigadora postdoctoral en centros de I+D españoles.

Igualmente, dirigido a jóvenes doctores van las ayudas Margarita Salas y uno de sus receptores trabaja en la Escuela soriana. «Piden la convocatoria con nosotros, porque hacemos una labor de atracción, también de mucha publicidad, a través de la página web», según indica Olano, y cuanto más son, más fácil resulta ampliar el radio de acción para promocionar a Soria como núcleo investigador. Desde la propia Universidad de Valladolid se han concedido un contrato de puestos sénior en Soria, que tienen como finalidad la estabilización posterior como profesor. Según recalca, «sacan cinco y hemos ganado varios años», poniendo de manifiesto la relevancia que está adquiriendo la investigación en la Campus soriano. Se suman dos júnior –que han leído la tesis en los últimos siete años–.

Un puntal importante es la presencia en Soria del Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León, Cesefor, con quien la Escuela Universitaria tiene una estrecha relación, de hecho, desarrollan el proyecto europeo Life denominado Soria Forest Adapt, que pretende aumentar la capacidad de adaptación (resilencia) de las masas forestales frente al cambio climático. También acaban de obtener un proyecto de la Fundación Biodiversidad.

Olano habla de «sinergias» que se generan y que siguen dando velocidad a ese círculo virtuoso para continuar creciendo. De hecho, en esa línea se enmarcha la licitación de espacios del nuevo edificio de I+D+i para cinco empresas, con el objetivo de que se beneficien por un lado los propios alumnos e investigadores y por otro la iniciativa privada.

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