Heraldo-Diario de Soria

La A-15 entre Villar del Campo y Ágreda choca con siete áreas arqueológicas

Los yacimientos con potencial prehistórico y calcolítico, dos de ellos hallados al redactarse el proyecto, están en la traza. La continuidad desde la localidad agredeña puede afectar a una calzada romana en Tarazona

La N-122, que irá paralela a la A-15, en las proximidades de la variante de Ágreda. MARIO TEJEDOR

La N-122, que irá paralela a la A-15, en las proximidades de la variante de Ágreda. MARIO TEJEDORPicasa

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La larga ocupación humana del territorio deja multitud de huellas y hallazgos que a veces afloran en los sitios más 'inoportunos'. Los antiguos no tienen la culpa de ello y los contemporáneos intentan estudiarlos y protegerlos. A veces lo primero es posible, pero lo segundo se antoja más complicado. Es lo que sucede con la A-15 en el tramo entre Villar del Campo y la variante de Ágreda. El recorrido colisiona directamente con un buen número de yacimientos y construcciones. Los sondeos arqueológicos determinarán su potencial y la necesidad en su caso de mayores intervenciones. A diferencia del recorrido entre Fuensáuco y Villar, aquí no hay calzada romana que pueda interferir, pero sí una serie de zonas señaladas como prehistóricas y calcolíticas. Son las que se encuentran en la zona de paso de la traza y son siete según el proyecto. Dos de ellas no estaban ni identificadas previamente y fue con la indagación a raíz del proyecto inicial cuando se perfilaron.

‘Afección directa severa' es como los documentos técnicos describen las consecuencias de la A-15 para los yacimientos en este recorrido. Esto significa que se encuentran en plena traza y que se ven implicados de manera frontal. Durante las prospecciones a cargo de la empresa Strato Gabinete de Estudios sobre Patrimonio Histórico y Arqueológico surgieron dos puntos que ni siquiera constaban en las cartas de inventario. Los arqueólogos decidieron llamarlos El Cerro II y Pililla. Ambos aparecen con la catalogación de 'inédito'.

Qué pueden dar de sí es algo que habrá que ver sobre el terreno con las medidas correctoras. En principio, El Cerro II se fijó como yacimiento al encontrarse una lámina de sílex. Los especialistas llamaron la atención sobre el paraje, si bien «no parece probable la existencia de restos arqueológicos in situ» y la pieza de un periodo «prehistórico indeterminado» bien pudiera proceder del enclave de El Cerro.

En cuanto a Pililla, la cronología lleva el mismo sello de «prehistórico indeterminado». Allí se recogieron «tres piezas líticas, elaboradas en sílex». Eran elementos relacionados con el tallado de útiles de piedra. Tanto en El Cerro II como en Pililla los arqueólogos hablan de elementos aislados, sin que se apreciaran estructuras en el segundo caso. En el primero, el área era una «posición relativamente estratégica».

Los otros cinco enclaves estaban ya señalados en los inventarios de patrimonio y su cronología se sitúa en el Calcolítico, la Edad del Cobre. Comparten con los anteriores un grado de afección 'directa severa', según los términos del proyecto del tramo entre Villar del Campo y la variante de Ágreda. Los arqueólogos se fijan en otros doce yacimientos y aquí las consecuencias de la autovía son variables. Los hay que se encuentran alejados de la traza (980 metros, por ejemplo, en un caso) y otros relativamente cerca (210 metros). Las afecciones son posibles o indirectas y sólo en un caso es nula. Las edades de estos espacios van desde el Calcolítico al Bronce Antiguo, a la época altoimperial romana, el periodo tardorromano y la época altomedieval.

Para las zonas próximas a la traza el proyecto constructivo establece un «balizado en un radio de 25 metros» para «su no afección». A pesar de estar alejados, o relativamente, hay emplazamientos que pueden verse implicados en los movimientos de tierra.

En las ubicaciones por donde pasa la traza se realizarán sondeos en un radio de 50 metros, de los que resultará una «posible intervención». Los trabajos de excavación atenderán a si realmente existe un yacimiento, su superficie y secuencia histórica. Las conclusiones pasarán por la Comisión de Patrimonio y en el «caso de que deparen resultados positivos desde el punto de vista arqueológico, se determinarán en una segunda etapa las actuaciones que deben realizarse a posteriori con el fin de reconocer de la mejor forma posible estas estaciones arqueológicas». En su caso, una «excavación arqueológica en extensión».

Aparte de los yacimientos o parajes que pudieran tener esta cualidad, el recorrido de Villar del Campo a la variante de Ágreda choca también con elementos etnográficos. De manera 'directa severa' por situarse en la traza se hallan los elementos identificados como Corral de la Sierra I, Corral de la Sierra II y Caseto II.

El recorrido por el terreno de los historiadores concluyó en que el primer corral «se encuentra en estado de ruina pues no conserva la cubierta». El segundo tiene una parte destinada a vivienda y para él se aboga por «medidas correctoras oportunas para su salvaguarda y protección». Ambos tienen una superficie en el entorno de los 270 metros cuadrados. En cuanto a Caseto II, es muy modesto, un cuadrado de tres metros de lado.

El estudio referencia otros ocho elementos etnográficos, entre corrales, majadas y una construcción ferroviaria. En dos casos no se prevén afecciones y en los demás se califican de indirectas, posibles o moderadas.

La A-15 en el recorrido en cuestión moviliza 161,2 millones de euros. Es el cálculo para el presupuesto de licitación, según el proyecto del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para estos 19 kilómetros. Un trazado que en su día hubo que actualizar, dado que los programas de obra redactados en los primeros compases de la crisis financiera de 2008 se vieron duramente afectados por ella. El recorte de la inversión pública en toda España y la lentitud de los trámites administrativos determinaron no sólo la caducidad de los proyectos de la A-15 (una situación ahora solucionada o en vías de remedio), sino también de la Declaración de Impacto Ambiental. En 2012 perdió su vigencia y no fue hasta 2018 cuando se puso al día.

El tramo precedente, el de Fuensaúco a Villar del Campo presenta desde el punto de vista del patrimonio la cuestión del cruce de la calzada romana, la vía que unía Uxama con Augustobriga. La colisión se produce en Aldealpozo, donde se identifica al llamado Camino de Tajahuerce como el 'sustituto' contemporáneo del itinerario romano. Este camino de concentración puede ocultar la infraestructura antigua y por ello el proyecto recomienda medidas de investigación y protección en su caso. Este recorrido de la A-15 está a punto de adjudicarse y la construcción está valorada en algo más de 99 millones de euros.

La A-15 a su paso por Soria tiene otro 'fragmento', la conexión de la variante de Ágreda al enlace de Tarazona. También aquí el recorrido podría toparse con restos antiguos, si bien se trata de una hipótesis basada en el trayecto de la calzada romana de Zaragoza a Astorga por Cantabria. El proyecto concluye que en la provincia de Soria no habría afecciones para el itinerario. Sí en Tarazona, donde los redactores consideran que sería necesario un control arqueológico en tres puntos concretos.

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