Las organizaciones agrarias salvan el test y el campo soriano secunda su movilización

Era una prueba de fuego y las organizaciones profesionales agrarias sorianas, OPA, lograron salvarla. Tras el desencuentro del pasado lunes en que se rompió el diálogo con los «cabecillas» de la plataforma 6F, por culta de un regalo envenenado –tres cajas de gambas– a Asaja, la convocatoria de las OPA para este miércoles 14 de febrero corría el riesgo de verse reventada. No fue así y la participación fue más que aceptable por parte de los organizadores, con más de 350 manifestantes en el pico de la protesta, que comenzó tímidamente, con apenas unos 80 agricultores y ganaderos en el punto de encuentro, la rotonda del Caballo Blanco. Realizaron quemas controladas y cortes de tráfico puntuales.

Allí permanecieron desde las 10.00 hasta las 13.00 horas en que emprendieron una marcha a pie por la ciudad hasta llegar a la Subdelegación del Gobierno y posteriormente la Delegación Territorial de la Junta. En ambas administraciones los responsables de Asaja, Coag y UPA fueron recibidos, por Miguel Latorre y Yolanda de Gregorio, respectivamente, quienes les trasladaron el respaldo, indicando que harían llegar las reivindicaciones del campo soriano al Gobierno y la Junta. La delegada territorial salió a la calle para dirigirse a los presentes y trasladarles «el apoyo» de la Junta, delante de las pancartas reivindicativas con mensajes como Queremos seguir alimentando a tu familia o Estamos de los controles hasta los cojones.

Buena parte de los más de 350 asistentes a la manifestación han venido secundando las tractoradas organizadas por las redes sociales por la plataforma 6F, citas no comunicadas a la autoridad, excepto la primera, y que se materializaron de forma espontánea. Según los propios agricultores y ganaderos, faltaron en la convocatoria autorizada de Asaja, Coag y UPA un sector del campo de la zona de San Esteban de Gormaz, que optó por llevar sus tractores a la explanada del silo de sal de Langa de Duero, con intención de sumarse a la concentración de los que llegaban desde la localidad burgalesa de Aranda de Duero y de ese moco hacer el recorrido entre Aranda y La Vid.

Desde la organización de la movilización indicaron que habían preferido marchar a pie, en lugar de movilizar los tractores, para diferenciar ambas iniciativas y por respeto a las movilizaciones que se han sucedido en los últimos días.

Algo que también distinguió las movilizaciones de unos y otros fue el color de los chalecos, predominando el color rosa en la celebrada ayer. Fue la presidenta de Asaja, Ana Pastor, quien asumió la responsabilidad, afirmando que fue una decisión suya adoptada en la junta directiva del 2 febrero, «para ponernos uno distinto al amarillo que llevamos en los coches». Una decisión por tanto antes de la cita del 6F. «No se trata de colores sino de luchar por el campo», recalcó. Otras fuentes puntualizaron que la demanda de chalecos amarillos había hecho que desaparecieran de las tiendas y que subiera su precio, y se optó por una alternativa.

En cuanto al desencuentro entre un sector del campo, materializado definitivamente con la entrega de gambas por su sector de la plataforma 6F, la presidenta de Asaja confió en que «en las próximas semanas» se produzca la reconciliación. «Necesitamos la unión, que hace la fuerza, que es lo que necesitamos para el campo en general. Se ha intentado el diálogo, y tras el conflicto que ha habido se hizo más difícil pero esperemos que llegue le diálogo y estemos todos unidos», matizó.

Los responsables de Asaja, Coag y UPA recalcaron que ellas son las interlocutoras válidas ante las administraciones, por lo que recordaron a la plataforma 6F que «tienen que acceder al diálogo con nosotros. No vamos a poner grandes trabas, pero se necesita el respeto y la dignidad para los que estamos ya muchos años en el campo y las organizaciones agrarias», indicó el presidente de UPA, Raúl Ramírez.

En esa línea, el representante de Coag, Alfredo Cabrerizo, destacó que la convocatoria de ayer ya es «ejemplo de unidad», al ponerse de acuerdo las tres organizaciones agrarias. «Somos capaces de llegar a acuerdos y no descartamos a nadie y espero que nadie nos descarte a nosotros».

Cabrerizo aseguró que «la situación del campo es crítica, llevando a los profesionales a una posición casi insostenible». Dijo que las administraciones ya son conocedoras de las necesidades, «y esperemos que cumplan con su trabajo y lo transmitan al Gobierno y a la Junta, y a Europa, estas necesidades. «Estamos condenados a morir si se sigue por el camino que ha iniciado Unión Europea, añadió.

A su criterio, «la solución es escuchar al campo», «nadie te puede decir desde Bruselas cómo, cuándo y qué debes sembrar en Soria, porque es inviable».

Desde Asaja, su presidenta calificó la Política Agraria Común, PAC, de «absurda que nos exige muchas cosas que ni podemos llegar a cumplir en nuestras explotaciones». Criticando la burocracia, «que nos ahoga cada vez más», además de recordar los altos costes de producción que contrastan con los precios: «El año pasado el trigo estaba a 320 euros la tonelada y hoy a 230».