Heraldo-Diario de Soria

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Adiós a las flores comestibles de Borobia

Innoflower deja de producir «al menos temporalmente» desde Soria debido al abandono de la logística a la España Vaciada

El invernadero de Innoflower de flores comestibles de Borobia. VALENTÍN GUISANDE

El invernadero de Innoflower de flores comestibles de Borobia. HDS

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Esta campaña no habrá flores comestibles con origen en Borobia. Después de seis años en funcionamiento el vivero de flores comestibles de esta localidad moncaína ha paralizado su producción debido a la viabilidad económica y operativa de la finca. Lo que empezó como un proyecto muy ilusionante para la olvegueña afincada en Zaragoza Laura Carrera García, CEO de Innoflower, ha acabado por cerrar de cara a esta próxima campaña. Buscaba completar la producción de los dos invernaderos de Zaragoza aprovechando la altitud y la climatología de su tierra, pero el aumento de los precios de los suministros, unido a una logística cada vez más complicada, ha llevado inevitablemente a cerrar, «al menos temporalmente», las instalaciones.

Así lo han confirmado a este periódico fuentes de Ataraxial SL, compañía propietaria de Innofower, quienes sostienen que la producción de la finca no estaba siendo la esperada debido al recrudecimiento de las condiciones climatológicas, ya que estaba reservada para aquellas flores con más frío del catálogo, gracias a la altitud de Borobia, tan próxima al Moncayo, lo que facilitaba el cultivo del pensamiento mini durante los 365 días del año.

Esto unido al hecho de un entorno de precios de suministros en aumento y una logística cada vez más complicada les «ha llevado a la difícil decisión de cerrar la finca, al menos temporalmente, para salvaguardar la viabilidad económica del resto de la sociedad», indican desde el grupo de empresas tecnológicas Ataraxial.

De hecho, aseguran que «si la situación se revierte y las condiciones lo permiten, la intención es poder volver a la zona». Es más, la compañía adquirió el año pasado nuevas fincas para multiplicar por cuatro la superficie inicial con la que arrancó Innoflower en 2018, por lo que de momento «se quedarán en stand-by».

Insisten desde Ataraxial SL que el cierre de Borobia se debe a una producción por debajo de lo previsto y a la complicada logística, y no a una búsqueda de nuevos terrenos en otras comunidades, como Navarra, donde posee una finca en Puente la Reina, que Innoflower indica que está específicamente reservada para el cultivo del pensamiento mini y del pensamiento gracias a su estratégica ubicación: «Innoflower pertenece a un grupo empresarial que está en plena expansión a todos los niveles, especialmente en Navarra y Aragón, pero el cierre de Borobia se debe a la situación actual de la finca y no a un traslado de producción a otras comunidades».

Laura Carrera García es una pionera en la producción de flores comestibles, un mundo que ya se está haciendo un hueco en el mercado nacional en el que se introdujo a raíz de su tesis doctoral sobre la ‘Biología reproductiva del níspero japonés’. Su empresa, Innoflower, arrancó en el año 2016 con dos viveros en Zaragoza, y fue después cuando ya se planteó expandirse a Soria, ya en 2018, donde instaló un tercer invernadero en Borobia, de donde es su padre. Apuntó a su tierra por la altitud y la climatología, buscando rentabilidad en épocas donde la producción de flor de invierno con la que trabaja es más baja, ya que no hay de finales de junio a octubre. Su apuesta fue la de conseguir tener flor durante todo el año, sobre todo pensamientos y pensamientos mini, intentando reproducir el invierno de Zaragoza en esas fechas.

Durante los meses de cultivo de Borobia, desde junio hasta el otoño, salían desde el invernadero de la localidad moncaína hasta Zaragoza aproximadamente 20 kilos a la semana de flores que suponían 100.000 unidades de pensamientos y pensamientos mini. Pero el traslado del producto en fresco requería un transporte que cada vez se estaba complicando más por los días de paquetería y los requerimientos de ir a una cabecera de comarca.

Casi desde el principio se enfrentó a este grave problema de logística. Y es que Borobia estaba considerada por las empresas de transporte como zona remota. Hace dos años se planteó marcharse a una cabecera de comarca y trasladar esta parte de la empresa, porque no conseguía aliviar ese cuello de botella que le estaba haciendo mucho daño.

Pero finalmente decidió seguir allí, e incluso Innoflower llegó a adquirir nuevos terrenos con la previsión de multiplicar la producción. Laura tenía muchas ganas y sobre todo, no perdía la ilusión: «Conocemos la tierra y el clima y es donde mejor nos movemos. Sabemos cómo se desarrollan las flores en Borobia, donde hemos puesto en marcha un proyecto innovador y único no sólo en la provincia, sino también casi en todo el país, pero lo más importante es tener a mano los recursos», explicó entonces.

Innoflower debía acometer unas obras en los terrenos, además de la cubrición de una parte, donde también iba a ir un pequeño obrador para manipular la flor de verano, con el objetivo de ganar en eficacia y eficiencia.

Sin embargo, todo se quedó paralizado por el factor limitante de la España Vaciada, y pese a todos los apoyos que ha recibido «desde el principio desde todos los entornos, especialmente del Ayuntamiento de Borobia», que se implicó en el mantenimiento del emprendimiento rural, y consiguió llevar su nombre junto con las flores comestibles.

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