Heraldo-Diario de Soria

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Las fotos de las lagunas de los Abantos y de la Culebra repletas de aguas en Covaleda

La abundancia de agua permite visitar dos lagos por los que se atraviesa en una de las rutas para ir al pico Urbión, que suponen casi un paseo si se parte del Raso de Paúles Altas

Ruta a las lagunas de los Abantos y de la Culebra

Laguna de la CulebraHDS

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Soria

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La abundancia de agua en Soria ha permitido una primavera espectacular para contemplar lagos y lagunas que no siempre tienen agua. La Laguna Negra es todo un símbolo en Soria, pero hay otros humedales de gran belleza que visitar, incluso algunos artificiales, como los lagos de la minas Petra y Gandalia. Dos lagunas de Covaleda, en el entorno del Pico Urbión que en este mes de abril se pueden contemplar esplendorosas, como se aprecia las imágenes de esta galería fotográfica, son las de los Abantos y de la Culebra.

Se atraviesan en una de las rutas para la ascensión al Urbión, pero pueden visitarse haciendo un paseo de menos de dos kilómetros (ida, con regreso por el mismo camino) si se parte del Raso de Paúles Altas, al que se puede llegar en coche por una pista. Entrando por Covaleda por la carretera que parte del polígono de Cabañeros, se alcanza la desviación, perfectamente indicada, hacia Paúles Altas.

De allí parte una ruta hacia Ambas Cuerdas, pero para ir a las lagunas hay que empezar a caminar en la misma dirección que hemos llegado con el coche. Se siguen por el pinar las marcas amarillas y blancas de la PR-SO 76, hasta que se llega a un cartel de madera que indica la desviación hacia las lagunas. A partir de ahí, se sigue por la senda, que a veces se difumina, por lo que hay que estar atentos a los hitos que marcan el camino.

Se pasa primero por la laguna de los Abantos y al poco se alcanza, tras una subida un poco más empinada, la de la Culebra. Habremos partido de los menos de 1.750 metros de altura de Paúles Altas para alcanzar los Abantos, laguna rodeada de pinos a poco más de 1.800 metros, hasta llegar a los algo más de 1.950 metros de la laguna de la Culebra, donde los pinos ya son escasos, pues estamos entrando ya  en alta montaña, sin demasiado esfuerzo y disfrutando de una gran belleza.

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