Heraldo-Diario de Soria

Paisanaje

«Utilizo cualquier material. Nunca busco, siempre encuentro»

La enfermera María José López es una gran aficionada a las manualidades. Expone en un comercio de la capital su mundo imaginario de duendes y hadas

María José López.

María José López.MARIO TEJEDOR

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Con la creatividad se nace. Es un don que no acompaña a todas las personas y María José López es un buen ejemplo de ello. «Las manualidades me encantan. Es una afición que tengo de toda la vida. Con cosas que sobran, para reciclar... Siempre se pueden crear otras dándoles una segunda vida», asegura esta mujer, enfermera de profesión.

Parte del resultado de esta afición puede contemplarse en el escaparate de la Papelería & Hobby, situada en la calle Aduana Vieja. «Le planteé al dueño de la papelería, Félix, que es amigo, la posibilidad de dar al escaparate un toque diferente y original y lo hemos conseguido». Así al otro lado del cristal pueden verse diferentes casitas de duendes y hadas, creadas por las expertas manos de María José López. Con los materiales que van cayendo en sus manos da vida al mundo de fantasía que idea en su imaginación.

A la hora de crear sus manualidades «no tengo una idea concreta. Cae un material en mis manos y pienso qué puedo hacer con ello», explica a la vez que añade: «Soy un poco basurilla, me vale todo». Y, apunta, «nunca busco, siempre encuentro».

Ahora mismo está inmersa en la creación de unas mujeres africanas. De momento ha hecho dos. «He moldeado sus cuerpos utilizando papel de periódico y utilizando unas agujas de punto a modo de esqueleto», explica. Los vestidos están realizados con lo que ha ido encontrando: «Trozos de tela, partes de un cinturón, cuentas de un collar...». Hay una de ellas que porta un bebé. Dando una segunda vida a materiales que de otra forma irían al cubo de la basura.

María José López indica que, a pesar de ser enfermera de profesión, siempre ha estado ligada al mundo del arte. «En su día me dediqué al mundo de la bisutería, a tejer, también he hecho tocados...», apunta a la vez que añade: «Me gustar dar vida a mi fantasía, dejar correr mi creatividad. Ocupar mi tiempo libre de esta forma, me encanta», asegura apuntando que su casa «es casi un museo dando una segunda vida a cosas y materiales que de otra forma ya no tendrían ningún valor» dejando claro que «la creatividad se tiene o no se tiene».

Respecto a su línea creativa, reconoce ser «un poco barroca. Odio lo minimalista». A la hora de crear «no tengo ningún patrón ni ningún manual, simplemente echo mano de mi imaginación y de lo que me va saliendo en ese momento», explica asegurando que tiene una forma de ser inquieta: «En casa cambio las cosas continuamente de sitio, según mis estados de ánimo».

No se ha planteado poner a la venta sus creaciones aunque sí es verdad, reconoce, que varias personas han preguntado en la papelería con la idea de adquirir alguna de las casas. Sin embargo, es algo que hace, como se dice, por amor al arte. Y, en este punto, también se convierte en el duende de los cuentos para los hijos de sus amigas. «Les escribo cartas a los niños cuando empiezan a aprender a leer para que encuentren un libro concreto y, de alguna manera, continúe la magia consiguiendo que se enganchen a la lectura trasladándoles, a la vez, ese amor por los libros».

Su cuartel general, el sitio en el que se encuentra más a gusto creando es su casa, donde tiene, por así decirlo, su taller. «El tiempo libre que me dejan el trabajo y la maternidad [tiene dos hijos de 36 y 15 años] lo invierto en realizar estas creaciones. Es mi rato de ocio, de evasión». Y apunta, con una sonrisa en la boca, «a otros les da por correr, a mí me da por hacer manualidades».

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