El final de la flexibilidad ajusta las terrazas a la mitad de las 170 previas

El fin de la flexibilidad para ubicar mesas y sillas ha devuelto a la hostelería a la normalidad previa a la pandemia. Una 'vuelta al ser' de las terrazas que se plasma en una cifra de autorizaciones similar a la de los años en que las limitaciones sanitarias primero y la ayuda contra la inflación después disparó el número de emplazamientos. La última referencia del Consistorio habla de 69 terrazas con el visto bueno, un número que aumentará debido a las que quedan por tramitar por diversas circunstancias. El número de establecimientos con la posibilidad de consumir en la calle queda en el entorno de lo que había antes de las complicaciones y las excepciones acordadas en 2020 y ampliadas en años posteriores.

El pleno puso fin el pasado diciembre a las colocaciones extensas e inusuales, por ejemplo en espacios reservados a aparcamientos, tomados por estructuras y cerramientos para posibilitar la estancia. En esta época de apogeo de terrazas y ayuda al sector, en 2023 se contabilizaron 170 emplazamientos, que suponían 500 veladores (una mesa y cuatro sillas). Un volumen que contrastó con lo que sucedía en tiempos sin dificultades para el sector, cuando en la ciudad había desplegadas 83 terrazas. Una cantidad que, más o menos, será la que se alcanzará a lo largo de este año.

Y es que constan en el Ayuntamiento otras 15 autorizaciones en tramitación. De cumplir todas con las condiciones, serían 84 los lugares aptos para colocar los elementos para los clientes. Así que el total quedaría reducido a la mitad en relación a los permisos excepcionales. La espera al visto bueno de los 15 expedientes pendientes se debe a que los promotores no cumplen algunos requisitos o bien a que se trata de una primera licencia, en el caso de nuevos titulares.

Por otra parte, ya se están movilizando los hosteleros de cara para colocar barras especiales en la calle en las fiestas de San Juan. De momento, hay cinco solicitudes de esta modalidad de ocupación que en todo caso deberán respetar el uso común del espacio y las condiciones de seguridad. Esta modalidad excluye la instalación de elementos audiovisuales u otros que puedan molestar a los vecinos.

A mediados de diciembre el pleno acordó poner fin a las flexibilizaciones precedentes, considerando que habían dejado de existir las condiciones que las justificaron y que movilizaron además condiciones ventajosas en relación a la tasa. Las primeras medidas procedían de mayo de 2020, por resolución de Alcaldía, incluida la suspensión del pago de la tasa. Esta ausencia de cobro pervivió en 2021. Al año siguiente se reintrodujo parcialmente, en un 50%. La integridad del devengo regresó en 2023, año en que continuaron las ubicaciones excepcionales y, en general, las condiciones de la pandemia. Únicamente se prohibió para un mismo local la combinación de cerramiento estable y acotado no perdurable. Esto sólo afectaba a las plazas del Vergel y Ramón y Cajal.

El sector de la hostelería fue considerablemente afectado por la situación sanitaria, dado su carácter socializador. Entre la clausura total del primer estado de alarma y las sucesivas limitaciones de aforo, la terraza se configuró como una herramienta de salvación para muchos locales. Más allá de la alerta sanitaria, las condiciones ventajosas se extendieron hasta 2023 con la vista puesta en ayudar a los locales ante la creciente inflación.

El 31 de diciembre finalizó el inusual periodo para los establecimientos, de manera que las condiciones regresaron a las del año 2019. El plazo para retirar mesas y sillas y estructuras donde antes no estaba permitido fue de diez días. Este límite general se extendía hasta el 4 de marzo para las estructuras de complejo desmontaje.