Losán no tiene dinero para pagar las indemnizaciones del segundo ERE en la planta soriana
El comité de empresa mantuvo una reunión con la dirección gallega el miércoles donde la firma reconoció que esperan dinero de las administraciones para pagar los despidos

Imagen de archivo de las protestas de los trabajadores de Losán.
El culebrón de Losán ha vuelto a escribir un nuevo capítulo. El secretario general de UGT FICA Soria, Pablo Soria, confirmó este jueves que la dirección de la firma comunicó al comité de empresa en una reunión mantenida entre ambas partes el pasado miércoles que «no tienen dinero para hacer frente a la segunda remesa de despidos» que afecta a 11 trabajadores instándoles «a esperar 15 días o un mes a ver si alguna administración les inyecta las ayudas prometidas». Unos despidos que, según el acuerdo firmado en abril, deberían hacerse efectivos este viernes con 26 días por año trabajado y un máximo de 14 anualidades.
En la misma línea, se manifestó el secretario de Acción Sindical, Negociación Colectiva, Empleo, Salud Laboral y Medio Ambiente de la Federación del Hábitat de CC OO Castilla y León, Óscar Ferrero, que apunta que es «lamentable que Losán no pueda cumplir el ERE que firmó hace un mes. Ahora nos dicen que no tienen ni un céntimo para poder hacer frente a los despidos. Que no tienen dinero para afrontar las indemnizaciones», añadiendo que «únicamente en Soria y en Zamora hay dos meses y medio de salarios pendientes».
Este periódico intentó ponerse en contacto con la dirección de la empresa en Soria pero el responsable está de baja y no fue posible. El comité de empresa se reunió, vía conferencia telemática, con el abogado de la firma gallega.
Una situación que Soria, por su parte, calificó de esperpéntica. «Desde la empresa dicen que tenemos que confiar y que se ve la luz al final del túnel», indica. Sin embargo, mientras tanto, «los trabajadores siguen sin cobrar las nóminas de marzo y de abril. ¿Cómo vamos a confiar? ¿Cómo vamos a tener paciencia?». Y va más allá: «Nos dicen que Losán sigue apostando por Soria» pero, lamentó, «en la empresa no hay ninguna actividad. La gente está desesperada. Es una planta totalmente obsoleta. Las deudas se están acumulando. La falta de vergüenza de la dirección es tremenda».
Por su parte, Ferrero apuntó «los dramas personales que está ocasionando esta situación. Hay trabajadores que acuden a la fábrica en bicicleta porque no pueden permitirse pagar el gasoil. Hay letras pendientes. Familiares y amigos han tenido que prestar dinero a los afectados... Y mientras, acuden a sus puestos de trabajo a pesar de que no hay nada que hacer. Es insostenible».
Denuncias
Desde CC OO tienen claro que «hay que denunciar ante la Inspección de Trabajo y en el Juzgado. No se puede dejar pasar a pesar de que nuestro sindicato ha presentado unas ocho denuncias por impagos en la Inspección de Trabajo y no contamos con ninguna resolución al respecto». Ferrero quiso hacer un llamamiento «a las administraciones. Que vean lo que está pasando. La empresa no puede jugar a firmar un ERE poniendo sobre la mesa un dinero que luego resulta que no tiene».
Y no solo eso. Es que el representante de UGT en Soria destacó que está firmado que se iban a mantener dos líneas de trabajo para cuatro turnos que podrían incrementarse en el verano hasta los cinco turnos y, frente a ello, detectan que están deslocalizando la actividad productiva a otras plantas. El delegado sindical matizó que «se han llevado a Cuenca los platos de una línea de melamina». Un escenario que, aseveró, «ni siquiera la dirección gallega conocía tal y como nos trasladaron en la reunión. Dicen que la decisión la ha tomado el director de la planta de Soria que en estos momentos está de baja. En la central no saben nada de este movimiento. No hay dirección. No hay comunicación. Nadie se responsabiliza de nada. Es una osadía decirnos, con esta situación encima de la mesa, que Losán apuesta por Soria. Lo que tienen que ser es honestos, cumplir el acuerdo firmado y pagar las nóminas y los despidos. Todo lo hacen con nocturnidad y alevosía incumpliendo unilateralmente un acuerdo que está firmado por ellos».
Respecto a que la deslocalización de la producción sea algo temporal, como les han dicho ahora, «que lo de Cuenca es algo momentáneo, no nos fiamos tampoco. Ya en verano se llevaron de forma temporal una línea de trabajo y ya no ha vuelto a Soria», destacó.
Pablo Soria quiso dejar claro que la reunión mantenida fue por iniciativa del propio comité de empresa. «Los trabajadores nos advirtieron de que había movimientos raros, refiriéndose al tema de la línea de melamina y los tableros que se están llevando a una planta de Cuenca, por lo que inmediatamente solicitamos una reunión a la dirección», destaca. Fue precisamente en este encuentro, asevera Soria, «en el que nos indicaron que habían echado cuentas y que no tienen dinero para pagar los despidos». Con el añadido de que «hay trabajadores del ERE que ya tenían comprometidos otros trabajos una vez que sabían que iban a ser despedidos y la fecha de salida de la empresa. ¿Qué pasa ahora con ellos?», se pregunta.
Y todo ello, teniendo en cuenta, denunció Soria, «que la empresa ha recibido ayudas públicas, de la Xunta y de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Un dinero público con el que ha pagado salarios en otras plantas». Y es que, continuó el representante de UGT, «están en todas las plantas igual aunque de momento en la única que han firmado despidos es en Soria que irónicamente ha sido el pulmón de la compañía durante muchos años» asegurando que «es lamentable que dependan de ayudas públicas, del dinero de todos, para tener que hacer frente al pago de los despidos y las indemnizaciones».
Hay que recordar que la firma del acuerdo del ERE establecía tres fechas clave para la extinción de los contratos de las 47 personas afectadas organizándose en tres bloques: los primeros 26 despidos se hicieron efectivos el pasado 25 de abril, los once siguientes deberían salir de la empresa hoy, 9 de mayo, y los diez últimos, el 16 de mayo. El criterio de organización de los bloques es la antigüedad y, por tanto, por cantidad de las indemnizaciones, de menor a mayor. Por lo que si la empresa no cuenta con dinero para poder hacer frente a las indemnizaciones de los 11 trabajadores que deberían extinguir hoy sus contratos, difícilmente lo tendrá para los diez últimos.
Mientras tanto, la empresa, indicó Soria, traslada al comité que «sigue en reuniones para conseguir que algún grupo inversor inyecte dinero al grupo y poder reestructurar la deuda y mantener los puestos de trabajo» pero, ante el escenario de incertidumbre y falta de comunicación entre las partes que impera en la compañía «es difícil fiarse de nada».
Además, la empresa también ha manifestado que tiene comprometidas ayudas de las administraciones públicas en las que se ubican sus centros de trabajo, en Galicia, Castilla y León y Castilla La Mancha pero esas ayudas no se han hecho efectivas y son las que la firma espera para poder hacer frente a los pagos de las indemnizaciones. Mientras tanto «la empresa dice que hay que aguantar, que la única solución es el Fogasa y ahí uno no sabe cuánto ni cuándo va a cobrar. Pero las deudas de los trabajadores también se van acumulando afrontando, además, un escenario de incertidumbre total» exigiendo «la comunicación de esta situación a los trabajadores ya que es la empresa la que tiene que dar la cara».