Heraldo-Diario de Soria

EL TOVASOL

Lugar de encuentro 'a escondidas' de San Pedro

La plaza del Tovasol se encuentra detrás de la Concatedral y es punto de reunión de vecinos de la zona
 

Plaza del Tovasol.-MARIO TEJEDOR

Plaza del Tovasol.-MARIO TEJEDOR

Publicado por
P. PÉREZ SOLER
Soria

Creado:

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Donde el bullicio céntrico de la ciudad ha perdido prácticamente el rastro, hay un inconfundible sabor a barrio difícil de encontrar en El Collado. Solo hay que enfilar hacia el río y adentrarse en la zona que hay detrás de la Concatedral de San Pedro. Buscar la plaza del Tovasol -calle en el letrero indicativo- y sentarse. No estará solo demasiado tiempo.

Para ser más exactos con el callejero, "la plaza de la que hablamos se sitúa entre la plaza del Azogue -que fue mercado más antiguo de judíos, moros y cristianos-, la calle Platerías -a toda costa gremial- y la calle de la Santísima Trinidad". La exactitud del lugar aparece recogida en el libro Todas las calles de Soria, escrito por quien fuera cronista de Soria, ya fallecido, Miguel Moreno. 

Cartel indicativo de la calle, también conocida como plaza

Cartel indicativo de la calle, también conocida como plaza

Esta pequeña plaza es un concurrido punto de encuentro en la zona, aunque no el único. Personas mayores conversando, mujeres árabes con niños correteando cerca, incluso vecinas del lugar con su canastilla de labor, cosiendo, haciendo punto o lo que se tercie... Las estampas son diversas.

Los bancos son de piedra a modo de escalinatas y no falta el agua de la fuente, aunque ahora no funcione. Dos por falta de una. Además de la existente en la misma plaza, hay otra a pocos metros, más cercana a la plaza que se hizo hace unos años junto a la Concatedral. 

A este rincón se refirió el cronista como la zona cercana entre la aristocrática Plaza del Pozo Albar, con sus comitivas regias, y el tráfico de canónigos regulares o seculares, que vienen y van a las horas del coro. 

Auguraba Moreno hace 30 años que esta placituela, "hoy pagos entre suburbanos y casi rústicos", estaba a punto de "alguna cirugía", ante la posibilidad de un ensanche de la zona. Cosa que, afortunadamente, no se ha cumplido, a pesar de que el entorno de la Concatedral sí ha sido objeto de alguna intervención. La plaza-calle del Tovasol permanece inalterable, pero con la misma incógnita: ¿por qué Tovasol?, ¿de dónde viene el nombre?

"¿Tovasol, corrupción de 'toma-sol', o solana? Es posible, pero ¿quién puede embarcarse en la temeridad de definirlo?", se preguntó Moreno, apostillando posible respuesta. "Es muy posible que en la Ciudad pequeña y familiar, primero; de las repoblaciones y en la bien concurrida de vecinos, más tarde, con el eje de la vida civil y militar, amén de la eclesiástica, (...) pudo ser esta misma placita del Tovasol un lugar apropiado para cierto reposo y serenidad, en tardes de otoño, o de la primavera tardía". De ser así, no habría cambiado un ápice el atractivo acomodo. "Abrigada al Norte por el cerrete del Mirón y aun la mole de la Colegiata, bien pudo el Tovasol ser un incomparable "toma sol", mientras no hubiera estorbos que dejaran tomarlo", concluye.

Y no los ha habido en este tiempo. Más bien al contrario. Los mayores tesoros de esta zona de la ciudad no levantan muchos metros del suelo. En algún caso están por debajo y a no mucha distancia de la plaza del Tovasol: los restos de la planta románica de la Concatedral. Pero eso es materia ya de otra calle.

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