Novillos flojos de casta y fuerza

La última celebración presanjuanera no defraudó en ganas y animación de quienes acudieron al monte. Pero sí supo a poco toro, tanto por la mañana en la Comprilla, como por la tarde en la suelta de animales en la pradera.

El encierro matutino duró casi tres horas, un tiempo en el que muchos fueron los que se emplearon a fondo para conducir a los animales a los corrales de Cañada Honda, pero no hubo forma de hacer pleno. Tan sólo seis utreros entraron por su pie. El resto tuvo que ser cerrado en los corrales de abajo y trasladado en camiones. Por la tarde, fue un encierro «aburrido» de algo más de una hora, en palabras del portavoz de los jurados, Jesús Ángel Irigoyen, quien comentó que los novillos estuvieron «lentos». La impresión que dejaron es que dieron muestra de «bastante mansedumbre y se les notaba flojos de casta y fuerza», apuntó el portavoz de la Asociación de Amigos de la Saca, Raúl González, en referencia a los astados de la Saca, pertenecientes a la Ganadería de Laura Velasco.

A los más de 40 caballistas les resultaron «difícil de trabajar y manejar». Una circunstancia ya esperada y que incluso «mejoró» las expectativas porque «la cosa pintaba peor». No obstante, los augurios no son buenos para la Saca: «Siempre hay que dejar una puerta abierta a la sorpresa, pero en principio no son animales fáciles de mover», advirtió el caballista, que no habló sólo de casta sino de exigencias.

«Independientemente de cómo sea el toro, está claro que al animal se le nota que son demasiados eventos y muchas horas, y eso influye mucho», añadió el portavoz de los caballistas advirtiendo de que «se les está forzando en exceso». No es el único que lo piensa. Entendidos en la fiesta taurina consultados por este medio opinan lo mismo.

La jornada registró una menor afluencia de público que en anteriores festejos. Al cierre de la edición, en el Servicio de Urgencias del Hospital se había atendido a seis personas: cinco por contusiones y uno con una fractura de extremidad superior. Todos recibieron el alta.

En Valonsadero, Cruz Roja atendió a 35 personas. Tres de ellas, todo hombres, fueron trasladados al hospital (la mitad de los atendidos en Urgencias): uno tras un accidente de moto en la N-234 a la altura del vivero –se cayó de ésta–, otro por un politraumatismo en la zona del pecho y la espalda producido en la zona de los corrales y otro por una posible fractura en la pierna.

No hubo heridos por asta de toro. Sólo hubo un atendido por contacto con toro, que fue golpeado en el corral, pero que no revistió gravedad pese a perder la consciencia al principio. El resto fueron incidencias leves como pequeñas heridas, rasguños, traumatismos de tobillo y algún capítulo de alergia.