Heraldo-Diario de Soria

PERSONAJES DE SAN JUAN | JUEVES LA SACA

«La puerta a las 12 es como un micromundo»

Juan Carlos González Ruiz es el encargado de abrir la puerta a los novillos de la Saca

Juan Carlos, que pertenece a los Amigos de la Saca, en la puerta de los corrales hace unos días.-VALENTÍN GUISANDE

Juan Carlos, que pertenece a los Amigos de la Saca, en la puerta de los corrales hace unos días.-VALENTÍN GUISANDE

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Soria

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Será hoy a las 12 del mediodía cuando Juan Carlos González Ruiz abra las puertas del día grande de Soria. Primero el cerrojo horizontal, luego el del suelo. Valonsadero hierve y contiene el aliento; el portalón que guarda a los toros, y que hasta hace unos segundos empujaba un enjambre humano, cede y los animales salen en estampida. Otra Saca está en marcha. Cientos, miles... hablarán de ella; unos pocos la habrán hecho posible. Willy, como se le conoce, no es San Pedro, pero casi: guarda la puerta de los corrales y se encarga de abrirla. Vamos, como el mismísimo amo del cielo. ¿Qué siente? Lo primero «responsabilidad, mucha», pero al pedirle algo más sopla y dice: «Los corrales a esa hora son un mundo aparte, un micromundo».

Este soriano criado en la zona de Santa Bárbara es miembro de la Asociación Amigos de la Saca y desde hace 15 años tiene esa misión. En medio del gentío, no hay confusión: todos saben quién es y le respetan: «Saben que yo abro y que el primer gancho que hay a la derecha es el mío». Llega al monte sobre las diez de la mañana, recorre la Saca a pie hasta Soria y a media tarde regresa al monte con las vacas que han guiado a los utreros. Eso es amor a la fiesta y a un trabajo que conoce.

Juan Carlos, que regenta un supermercado en El Calaverón, hace la Saca a pie desde que era adolescente. Le mueven tradición e ilusión, lo que ha contagiado a su hijo, que hace un par de años (ahora tiene ocho) dejó la ventana de su habitación abierta el día de la Compra para despertarse a tiempo y poder cerrar los toros. Willly, como otros muchos sanjuaneros ha visto evolucionar la Saca, que ha dejado en el camino la valla ganadera, los tastarros, y no ve reservas a la evolución que siempre es «para bien». No obstante, echa en falta algo: «El respeto que se le está perdiendo al toro. Se minimiza mucho el peligro y nunca hay que perder el respeto al toro. Todo el que va a Valonsadero tiene que saber que asume un riesgo, que hay un toro y que puede ir por el recorrido o no».

Juan Carlos escribe este intenso día con mayúsculas, le cuelga un pañuelo rojo y la seriedad del momento: el micromundo del que habla grita San Juan, pero nunca unas puertas combinaron tanta fiesta y peligro a la vez. No es peñista ni vive el ambiente de las cuadrillas, pero vive a tope las fiestas, en las que trabaja todos los días menos el día grande de Soria. «Hay 20.000 sanjuanes. Me gusta la fiesta en cada situación y en cada momento, y el Jueves vivo la fiesta así». El próximo año, mismo sitio, misma hora. Otra Saca.

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