Heraldo-Diario de Soria

La concesión del condado de San Esteban de Gormaz cumple 600 años

Álvaro de Luna, I conde, era señor de Osma, Ciria, Borobia, Cihuela, Deza, Alcozar y Barahona  y fue ejecutado por el rey que le concedió el ducado 

Retrato de Álvaro de Luna († 1453), que fue maestre de la Orden de Santiago y condestable de Castilla, en el retablo de la capilla de Santiago de la catedral de Toledo, (España). WIKIPEDIA

Retrato de Álvaro de Luna († 1453), que fue maestre de la Orden de Santiago y condestable de Castilla, en el retablo de la capilla de Santiago de la catedral de Toledo, (España). WIKIPEDIA

Publicado por
JOSE VICENTE DE FRÍAS BALSA
Soria

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Cuentan, y nos lo creemos, que los vecinos de San Esteban de Gormaz, de los que asegura el poema de Mío Cid «que siempre mesurados son», terminan sus fiestas patronales proclamando a los cuatro vientos que «esto son fiestas y no las del Burgo». Pues bien este presente año tienen un motivo extra para corearlo cuando conmemoren, y esperamos que con gran pompa y no menos circunstancia, la concesión, seis veces centenaria, del condado de San Esteban de Gormaz.

Fue en 1390 cuando Juan I concedía a su hijo Fernando, duque de Peñafiel, el condado de San Esteban de Gormaz, que revertiría a la corona, para ser otorgado, el 13 de junio de 1423, por el nieto de ese monarca, Juan II de Castilla, al IV condestable de Castilla Álvaro de Luna, gran maestre de la Orden de Santiago y canciller mayor del reino, figura controvertida de la política castellana de su tiempo. Así refiere Fernán Pérez de Guzmán la concesión de la merced: «Estando el Rey en Tordesillas acordó de hacer Condado á Santistevan, é mandó que dende en adelante Don Alvaro de Luna se llamase Condestable de Castilla é Conde de Santistevan, donde se hizo en este aucto muy gran fiesta; y el Condestable hizo sala general á todos los que en la Corte estaban, é dió a muchos de los suyos mulas é caballos é ropas é otras cosas».

El estado que le correspondió a la familia Luna por donación de Juan II, se componía de villas y lugares de Soria y Segovia, sobre todo: San Esteban de Gormaz, Ayllón, Maderuelo, Riaza, Escalona, Ladrada, Castil de Bayuela, Montalbán, La Higuera, San Martín de Valdeiglesias (monasterio en la provincia de Madrid), Colmenar, Alamín, Torre de Esteban Hambrán, Langa de Duero, Oradero y Rejas de San Esteban, en un solo mayorazgo fundado por facultad real, de 26 de febrero de 1438, en favor del hijo de Álvaro, Juan de Luna. También el monarca le concedió la villa de Deza y Cihuela, si bien dicha donación fue anulada: «En encomienda de la villa de Deça e Çihuela, de las quales vos yo ove fecho merçed con sus castillos e fortaleças e con su jurediçion e justicia alta e baxa, çevile criminal e mero mixto imperio e rrentas e pechos e derechos e con todas las otras sus pertenençias e despues vos los tome para los dar degund que las yo dy e fize merced dellas a otras personas».

El condestable, por su parte, era señor de las ciudades de Osma, desde el 15 de mayo de 1440, y de Trujillo, de las villas de Alburquerque, Arjona, Azagala, La Coderesa, Sepúlveda, Cuéllar, Montemayor, Ciria y Borobia, Beteta, Alba de Liste, Jubera, Cornago, Maqueda, San Silvestre, Villanueva de la Torre, Fresno, Castilnuevo, Ledesma, Cihuela, Deza, Alcozar y Barahona, Cuerva, Portillo, Campisábalos, Cienmolinos, Albendigo y los Condemios; todo ello por merced del mismo monarca, Juan II, en Valladolid el 9 de septiembre de 1423, refrendada por Fernando Díez y confirmada por privilegio en Madrid, el 27 de enero de 1424.

Álvaro de Luna había nacido en Cañete en 1390 y murió en Valladolid el 2 de junio de 1453, ejecutado por orden del monarca que le había concedido el condado y del que había sido paje. La causa de la ejecución, las presiones que el monarca recibió de otros nobles y de la animadversión que la reina, Isabel de Portugal, sentía por el hombre de confianza de su marido. Celebró dos bodas: la 1ª, en 1420, con Elvira Portocarrero y la 2ª, en 1430, con Juana Pimentel de la que nacieron Juan de Luna, que tras la concordia de Escalona, de 30 de junio de 1453, será II conde, y María de Luna.

Hermano del I conde fue Juan de Cerezuela o de Luna, obispo de Osma (1426-1432), que «suscitó sospechas, recelos e incomprensiones en la villa del Burgo». Residió poco en la Diócesis por seguir a la Corte con su hermano, hallándose, el 29 de julio de 1431, en la batalla de Higueruela en la que los cristianos «hicieron retirarse a los moros con precipitación a la ciudad [Granada], y se hubieran apoderado de ella, si hubiesen seguido con el ímpetu de vencedores a una ciudad dividida en bandos, y mal contenta con sus Reyes». Gobernó la Diócesis de Osma cerca de siete años sin haber hecho cosa buena en ella, como indica la «Nomina illustrium virorum episcoporum oxomensis ecclesiae». Se le trasladó, por ser quien era, a las archidiócesis de Sevilla (1433-1434) y de Toledo (1434-1442).

El 30 de diciembre de 1432 firma «Don Alvaro de Luna, Condestable de Castiella, Conde de Santisteban», la confirmación hecha por Juan II del privilegio otorgado por Alfonso X, en San Esteban de Gormaz, el 25 de marzo de 1262, por el que concedía al abad y sacerdotes del cabildo eclesiástico de esa villa veinte escusados libres de todo pecho y pedido y lo mismo a sus paniaguados.

En el mes de marzo de 1441 Roberto Moya, obispo de Osma (1440-1453), junto con el Cabildo había conseguido sentencia favorable en el pleito que seguía con el conde de San Esteban y señor de Osma por quererles perturbar en el derecho que tenían de cortar leña en los montes de la ciudad de Osma. Este prelado practicó algunas diligencias para reintegrar a la dignidad episcopal el señorío de la Ciudad.

El caso es que la estrella de Álvaro comenzó a declinar. Los días entre su estancia en el castillo de Portillo y su muerte, en Valladolid, marcaron a la esposa enamorada del hombre caído. Conocedora de la sentencia decretada «demostró entre pena y osadía todo su ingenio. Rogó a nobles y amigos. Pidió a todos ayuda y comprensión. Pero o los nobles influyeron poco o las envidias se agitaron tanto, que el amigo y el señor de todos se quedó solo». Aun así, «sola en su impotencia», escribió al rey, sin medir sus palabras y hablando el corazón, que para librarle «será capaz de aliarme hasta con el diablo». Nada logró. Una vez ajusticiado Álvaro de Luna, a quien acompañó al cadalso su paje, el soriano Pedro de Morales al que regaló un anillo que siempre había usado, le fueron confiscados todos sus bienes, que constituían el más rico patrimonio del reino de Castilla. Jorge Manrique escribió:

Pues aquel gran Condestable

Maestre, que conocimos

tan privado,

no cumple que del se hable

sino solo que le vimos

degollado.

Es obligado hacer mención de otro soriano que tuvo estrecha relación con el I conde. Se trata de Juan Hurtado de Mendoza, señor de Morón, Gormaz, Mendívil, La Ribera de Miranda, etc. y mayordomo mayor de Juan II. Personaje importante en la corte y en la política castellana, favorito y privado del soberano que hacia 1419 «gobernaba la mayor parte de los hechos del Reyno». Juan, del que se leen bastantes referencias en la crónica del monarca, murió en 1426, «cuando estando el rey en Toro adolesció Juan Hurtado de Mendoza de tal enfermedad, que dentro de ocho días fallesció, el cual había varios hijos de tres mujeres».

El condado pasó a formar parte de la gran Casa de Alba el 14 de febrero de 1844, cuando María Francisca de Sales Portocarrero Palafox y Kirkpatrick y Grevignée (1825-1860) casó con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia de Silva y Moncada (1821-1881), XIV duque de Alba de Tormes.

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