Heraldo-Diario de Soria

SORIANOS POR EL MUNDO

Una viajera incansable y profesora de español

María de Pablo-

María de Pablo-

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ANA P. LATORRE / SORIA
Soria

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Su carácter vital y aventurero hacen de María de Pablo Nuño una viajera incansable que ha vivido en Polonia, Vietnam y Alemania y una nueva cara en la sección de sorianos por el mundo, en la que curiosamente las mujeres son mayoría. Esta soriana de 33 años estudió Traducción e Interpretación con las especialidades de Inglés y Alemán y, aunque descubrió que esto no era lo suyo, sí decidió que quería dedicarse a enseñar idiomas.

A los 26 años comenzó a trabajar como profesora de español en Friburgo (Alemania), en la Selva Negra y al sur del país. La considera su “ciudad favorita” y allí estuvo dos años, antes de volver a España para estudiar el posgrado y cursos de doctorado. De Friburgo destaca sus paisajes y su clima, más parecido al de España. Después se trasladó a Gdansk, en la costa norte de Polonia, para trabajar allí durante un año.

“Polonia es un país un poco triste por la falta de luz y hace mucho frío, pero mi mayor sorpresa fue la gente, que es muy abierta y hospitalaria”, comenta María, quien apunta que hay menos desarrollo pero que se avanza mucho en poco tiempo. La mayor barrera que encontró el Polonia fue el idioma: “Para estar bien en un país es fundamental hablar su idioma y estar a gusto con su cultura. El Polonia la gente joven habla inglés pero la gente mayor no y tienes que explicarte cuando vas a comprar o al banco, a veces es divertido, pero es una limitación”.

María sintió su estancia allí con más temporalidad y la tomó como una aventura. Posteriormente, solicitó un lectorado de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo) y se marchó a Vietnam. “Estar allí era como estar en otro planeta, fue una experiencia muy intensa en todos los aspectos. Allí todo es distinto, teniendo en cuenta que es un país en vías de desarrollo, la cultura es muy distinta a la nuestra y el idioma también”, comenta María al tiempo que apunta que “cuesta más tiempo asimilar la estancia en los países europeos, porque te encuentras perdido y hay mucho caos, sobre todo en el tráfico, ya que es casi imposible cruzar la calle”.

Allí, la comunidad de españoles “no es muy grande, pero sí que está muy unida, lo que es siempre un apoyo y allí encuentras ayuda para encontrar piso, médico, moto...”. Y es que en Vietnam hay mucha división respecto a los extranjeros, a los que denominan “expatriados”, tanto por las diferencias culturales como por el nivel adquisitivo. María también trabajó en Vietnam como profesora de español en la universidad y comenta que el interés por aprender castellano va en aumento. Esta tarea le facilitó el contacto con gente del país, que mostraron mucho interés por aprender el español, además del inglés que muchos ya conocen. La soriana vivía en Ho Chi Minh City, la antigua Saigón, ciudad en la que circulan unos cuatro millones de motos.

“Al final te vuelves uno de ellos y también te mueves así”, comenta María destacando el color del paisaje tropical y el encanto de las pequeñas tiendas de Vietnam. “Poco a poco descubrí el día a día en un país diferente y fue una experiencia impresionante”, apunta la soriana. En Vietnam tuvo la posibilidad de conocer los países vecinos y viajó a Singapur, Tailandia, Malasia, Filipinas... “Viajar a estas zonas resultaba económico y a dos horas te encontrabas en playas paradisíacas”, comenta. Sin embargo, reconoce que “no era un lugar fácil para vivir” y que al segundo año, de los tres que pensaba quedarse en un principio, “necesitaba volver a Europa”. Fue entonces cuando le surgió una oferta de trabajo en Alemania, en una escuela internacional de Düsseldorf.

“No tenía nada que ver con lo anterior, del clima tropical al frío y de la universidad a una escuela de secundaria... Pero Alemania era un país que me gustaba mucho y hablaba alemán e inglés”, explica María. En esta ciudad alemana habla inglés en el colegio y alemán fuera de él, un idioma que le encanta y con el que no tiene ningún problema en el día a día. María tiene amigos tanto en el colegio como fuera de él, aunque todavía no conoce allí a ningún español.

La soriana comenta que le encanta “la cultura alemana y en esta ciudad la gente es más abierta que en otras partes de Alemania. También me gusta la comida, salir de cervezas y el ambiente de los bares, ya que cuando hace buen tiempo la calle está llena y hace que sea más parecido a España, a pesar de que haya menos luz y sol”. De Düsseldorf destaca también el paso del Rhin, así como el ambiente en la zona del puerto, como una zona de paseo y de bares.

“Por eso se dice que Düsseldorf es la barra de bar más larga de Alemania”, apunta María destacando que la torre de televisión es uno de los edificios más representativos de la ciudad. Entre las tradiciones, destaca los mercados de Navidad con luces, casetas adornadas y el glüwein (vino caliente con especias como el clavo) que se bebe en la calle y la celebración del Adviento, con las coronas de cuatro velas y los calendarios personalizados. La nieve no falta en la estampa invernal de la ciudad de Düsseldorf.

De San Esteban a Polonia, Vietnam y Alemania

PAISAJES. María de Pablo Nuño, de San Esteban de Gormaz, lleva once años fuera y reconoce que cada vez viene menos, “tan sólo en verano y en Navidad”.

Lo que más echa de menos es el paisaje de su zona: “los llanos en amarillo que me hacen pensar que ya estoy en casa otra vez” y que contrastan con las estampas de Alemania, Polonia y Vietnam. “Se echa de menos a la gente que quieres, a la familia y a los amigos que tengo repartidos en lugares como Suiza, Londres, Madrid y San Esteban”, comenta.

Esta soriana aventurera reconoce que “hay tantos sitios por ver... Me gusta viajar, quedarme en un sitio y aprender el idioma y conocer gente”. “Te das cuenta de que estés donde estés todo el mundo es como tú, aunque la cultura sea diferente, porque son las mismas cosas las que hacen feliz y las que hacen sufrir. Somos más parecidos de lo que pensamos”, dice. Lo que más le

pesa es no haber podido profundizar en el idioma de Vietnam por la dificultad de su tonalidad, pero su tesis se centró en la comunicación no verbal de los vietnamitas. Ahora está a gusto en Europa, más cercade España, donde saborea con mayor intensidad las cañitas, el jamón, los cortados y los pinchos de tortilla y disfruta del calorcito y del cielo azul.

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