Heraldo-Diario de Soria

FUENTES DE MAGAÑA

La ecología, un negocio para el medio rural

Loreto es productora agrícola ecológica. / C. Serrano (ICAL)-

Loreto es productora agrícola ecológica. / C. Serrano (ICAL)-

Publicado por
Lucía Sánchez/ ICAL
Soria

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 “Si no tienes un buen colchón económico no vengas a vivir a un pueblo, ya que si en la ciudad es difícil salir adelante en un pequeño municipio hay menos oportunidades. Si no generas tu empleo, esto es una ruina absoluta”, advierte Loreto del Valle, una nueva pobladora de Fuentes de Magaña (Soria) que ha sabido hacer de su forma y filosofía de vida un negocio en el medio rural.

Ella y su marido Daniel llegaban desde Madrid, a esta pequeña localidad del norte de Soria hace dos años con la intención de vender sus productos ecológicos a través de la red. Actualmente además de vender “verde” gestionan un restaurante ecológico en la localidad adaptado a los gustos y costumbres de la zona. Han sabido habituarse al medio rural quizás por su gran empatía con la gente del lugar y con su máxima de no querer imponer su criterio a nadie. Se respira que son buena gente, atendiendo al hecho de que los lugareños les visitan, a menudo, para charlar, compartir recetas de la abuela, algún chascarrillo y darse consejos mutuos sobre cómo cultivar las verduras. “Los que venimos de fuera somos los que tenemos que adaptarnos y lo que no se puede pretender es imponer tu criterio urbanita en estos lugares. Aquí toda va a un ritmo más lento”, argumenta.

Loreto y Daniel no solo son militantes ecológicos sino que están concienciados del problema de la despoblación que aqueja a Soria. Arribaron a la provincia gracias a un amigo de origen soriano que les supo enseñar “la otra cara de la Soria verde”. Estaban hartos de no tener tiempo para disfrutar de la oferta lúdica y cultural de Madrid y de vivir bajo la batuta de un sistema injusto y devorador. “Los dos éramos técnicos de sonido y hemos invertido todos nuestros ahorros en este proyecto que nos satisface y nos hace felices”, explica para a continuación reflexionar sobre el sistema capitalista. “No todo el mundo puede vivir en las ciudades, ya que el sistema se vuelve desequilibrado y se pierde un capital humano importante. Si todos tuviéramos que vivir de lo que producimos comeríamos papel. Alguien tiene que producir lo tangible”.

La rehuerta

Los productos de su huerta ecológica los venden a través de la red (www.lalegríadelarehuerta.com). Son madrileños y sorianos los que una vez por semana, y previa suscripción, adquieren sus verduras a un precio justo, en el afán de promover otra forma “de comprar y vender, al margen de las grandes multinacionales”. Loreto recuerda como son los países del tercer mundo los que producen la mayoría de los alimentos y como unas pocas empresas manejan la producción alimentaria a su antojo y beneficio. “Cuando hay una empresa que se ocupa de vender el 85 por ciento de la producción del cereal en el mundo, lo que hace es retener la producción para inflar los precios. Además, cuando tienes ese poderío puedes imponer los cultivos a países y destrozar la biodiversidad y el ecosistema para una determinada variedad modificada genéticamente de la cual tienen el registro de la propiedad hasta de la semilla”.

Las frías temperaturas no impiden que de la “rehuerta” nazcan verduras de invierno de la mejor calidad. No tienen más que una cosecha de tomates al año pero están surtidos de borraja, cardo, remolacha, patatas, zanahorias, escarolas, acelga, puerros, espinacas y repollo. Cuando se avecinan heladas y en el invierno, tapan su huerto con una manta térmica y para conseguir estar siempre bien provistos han llegado a acuerdos con varios productores de la zona que tenían túneles invernaderos, y que les abastecen de otras variedades.

Tras comprobar que era viable producir ecológico en Fuentes de Magaña se envenenaron con la idea de de dar un paso más. El ayuntamiento del municipio les acondicionaba un local social y así nació “El puchero de la rehuerta”, un negocio que potencia, además, que existan otros productores “verdes”, ya que, ellos, solo adquieren productos naturales, artesanos y próximos. “El queso, los lácteos y la carne los compramos a productores locales y de Castilla y León. Apostamos por contribuir al desarrollo de nuestros pueblos y por ayudar a gente que apuesta por revitalizarlos”. Sus vendedores les adquieren, a su vez, productos de su huerta a un precio asequible, ya que no existen intermediarios de por medio. Un trueque que genera “algo” de economía rural y que promueve la buena alimentación. 

El menú que ofrecen se combina con productos ecológicos como el aceite, el café, el azúcar o la harina con otros productos que no lo son como el queso. “El café y el azúcar son ecológicos y no se ofrece otra cosa, pero los quesos y lácteos son artesanos y de la zona”. Conscientes de que se deben adaptar al mercado también dispensan bebidas comerciales que satisfacen el gusto y el bolsillo de todos. Así el abuelo que llega a su bar tiene la posibilidad de beberse un chato de vino de la tierra o uno ecológico a un precio más caro. “Mi criterio es bueno para mí, pero no lo impongo. Dispensamos coca-cola y otros productos. La incoherencia es parte del ser humano y cuando algo es muy perfecto suele ser fascista”.

De momento no se plantean abandonar su forma de vida. El medio rural les da muchos alicientes y para referirse al frío soriano, recurren al dicho de “no están feroz el león como lo pintan”. Su hija tan sólo ha faltado un día a clase por la nieve. La escasez de servicios es la única deficiencia que ve Loreto del medio rural soriano. A este respecto, detalla que es “muy caro propiciarlos y por eso tienden a agruparlos en la ciudad”. “Para mí todo lo demás es accesorio. Sino tengo señal de televisión no lo considero una carencia, para un abuelo que no sale de casa sí lo es”. 

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