El tren no pasa, pero la vida sigue

Un paraje desolado, con abundante maleza y ausencia total de vida. Estas palabras pueden describir muchas de las antiguas estaciones de la provincia de Soria. Las líneas cerraron y los viajeros desparecieron, pero hay muchas estaciones que iniciaron un nuevo caminio. Hoy en día particularesy y ayuntamientos ocupan muchas de las dependencias del tren con diferentes proyectos y actividades. 

Según los datos facilitados por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en la línea cerrada que unía Calatayud con Cidad Dosante están arrendados los edificios de viajeros de las estaciones de Martialay, Cidones, Herreros y San Leonardo de Yagüe. Además los ayuntamientos de Abejar y Navaleno controlan sus respectivas estaciones. Además, hay otras edificaciones como casillas o muelles que están arrendadas a particulares en las estaciones de Cidones, Abejar y  Navaleno. Por contra hay otras estaciones que han tenido menos suerte, están sin ocupación y muchas de ellas en mal estado. Son las estaciones de Portillo, Cabrejas del Campo, Candilichera, Cabrejas del Pinar y Pinar Grande.