SOS para la raza serrana soriana

El futuro de la vaca serrana soriana preocupa y mucho a sus criadores que ven como, en los últimos años, la falta de apoyo institucional puede provocar la desaparición de una de las razas autóctonas ganaderas de la provincia de Soria.

Actualmente, solo existe una explotación, Serrana Soriana S.C., con ganado puro. El resto está disperso o cruzado. De los 240 animales censados, la mitad corresponden a esta ganadería gestionada por Miguel Ángel Núñez y su socio, con cien madres y cinco sementales. Este ganadero, que es además secretario de la Asociación de Criadores de Ganado Bovino de la Raza Serrana Negra, insiste en que si no se logra una ayuda «extra» para la conservación de esta especie, estará condenada a desaparecer en muy pocos años.

Lamenta el escaso apoyo institucional por parte de la Diputación de Soria. Por eso, reclaman el apoyo directo de la Consejería de Agricultura y, en concreto, de la consejera Silvia Clemente, a la que han solicitado una reunión para abordar el futuro de esta raza.

Una raza rústica y sobria que se remonta a la Edad Media, adaptada inicialmente a las tareas de labranza y pastoreo, y seña de identidad de la zona. La raza Serrana ha sido una raza de triple aptitud-vacas de leche, terneros de carne y labores agrarias-, aunque la mecanización del campo y su menor rentabilidad, los ganaderos preferían vacas que produjeran más litros de leche al día, hizo que finalmente se dirigiera a la producción cárnica en mayor medida. Aún así, es destacable su calidad, ya que de ella procede la popular mantequilla de Soria.

En el año 2000, la Consejería de Agricultura crea el libro genealógico y de comprobación de rendimientos de la raza bovina serrana negra y aprueba su funcionamiento en el ámbito territorial. Previamente, cuando la raza estaba en regresión, se establece una explotación en Taniñe, propiedad de la Diputación de Soria, para el fomento y promoción de censos y la mejora genética. Sin embargo, la institución provincial tiene que realizar un vacío sanitario por problemas de tuberculosis, lo que supuso una brusca caída del censo hasta los 240 ejemplares actuales.

La situación es «complicada» y el futuro «incierto» como afirma Miguel Ángel Núñez. Este ganadero soriano destaca el alto valor genético de estos animales y sus cualidades, que podrían ser muy «útiles» al hombre.

Además, explica, fomentar la raza supondría, en su opinión, un atractivo a mayores para la llegada de gente joven al sector y una apuesta directa por el medio rural y por un entorno básicamente ganadero.

Hace 50 años, reconoce, había 8.000 reses de esta raza autóctona. Ahora, apenas llegan a 300 animales, principalmente ubicados en explotaciones de la provincia de Soria. En este sentido, lamentan que en otras provincias como ocurrió con el burro zamorano, la institución provincial haya invertido en un centro de recría que, aseguran, está «funcionando», mientras que la raza soriana cae en el olvido.

Están dispuestos a hacer lo que sea. «No se debe perder la raza, se puede buscar un mercado, afirman, incluso desde la base del turismo», al ser ésta una especie vinculada a la biodiversidad de la zona. Miguel Ángel advierte de que, si no hay una respuesta rápida, él, con 60 años, abandonará en un corto plazo la actividad y no habrá nadie para reemplazarle ni para promocionar esta raza, de gran valor y que es un patrimonio «único».