Heraldo-Diario de Soria

REPORTAJE

Magaña resucita el pasado de su castillo

Castillo señorial de Magaña.-Diego Mayor

Castillo señorial de Magaña.-Diego Mayor

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N. F./Soria
Soria

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Reyes, nobles y obispos han sido los habitantes y los propietarios del castillo de Magaña, ahora en manos del Ayuntamiento de localidad que quiere recuperarlo para impulsar la actividad turística en la zona, como su principal baluarte. Un edificio que se encuentra abandonado desde hace siglos y cuya fecha exacta de construcción es una de las incógnitas que albergan los restos de esta fortaleza, desde la que se controla toda la vega del Alhama, gracias a su ubicación en un cerro a mil metros sobre el nivel del mar.

El edificio se encuentra catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 1949 y forma parte del Inventario de Monumentos de Arquitectura Militar de la Dirección General de Bellas Artes, como la mayoría de las fortalezas españolas. La documentación recopilada por los diferentes estudiosos ofrecen con detalle la propiedad del castillo en el periodo de los Reyes Católicos, más concretamente en la época de los reyes castellanos Juan II y Enrique IV (padre y hermano de Isabel la Católica).

Aunque se sospecha que el origen de la fortaleza fue anterior, en el periodo de ocupación musulmana (siglos IX-X) esto no se encuentra documentado, pero la torre del homenaje es una buena señal del origen beréber de la construcción. Cuenta con una ubicación estratégica en una línea oriental del territorio del interior de la Península que fue «conflictiva» entre los siglos XIII y XV, tanto por las disputas entre los reyes cristianos y musulmanes y las guerras de control entre los reinos de Castilla y Navarra, según recogió el historiador Carlos de la Casa, en una exposición sobre los castillos sorianos.

El volumen y las dimensiones de la fortaleza hacen pensar que Magaña fue territorio destacado, cabecera de Comunidad de Villa y Tierra. Magaña se reconquistó entre los siglos X-XI por los reyes de Pamplona-Nájera para pasar posteriormente a la corona de Castilla.

Los restos que se conservan en la actualidad corresponden al castillo que existía en el siglo XV. Por sus características arquitectónicas se enmarca dentro de las fortalezas señoriales de la época. Una carta del rey Juan II de Castilla acredita de su existencia en el año 1445, por la que se acredita la cesión a su valido Álvaro de Luna, quien lo entregó a su sobrino Juan de Luna.

Desde entonces hasta el año 1537, en el que se cita al castillo en la disputa de la herencia de Beatriz Pimentel, se conocen los nombres de los propietarios de la fortaleza, pero después se pierde la pista, aunque todos esos nombres se encuentran con seguridad en el archivo del Ayuntamiento a la espera de que algún investigador o estudioso quiera recopilarlos y sacarlos a la luz.

En el año 1991, la Junta de Castilla y León advirtió de la «ruina progresiva» que padecía el castillo. Se detallaba que precisaba de conservación y consolidación en el primer informe técnico que se elaboró sobre el edificio, gracias al cual se realizó una radiografía de su estado y la importancia del mismo.

Posteriormente solo se han llevado a cabo dos intervenciones arqueológicas de importancia. La primera promovida por el Grupo de Acción Local Proynerso y la segunda por el Ayuntamiento de Magaña, ambas supervisadas por Patrimonio de la Junta. Ahora, el Ayuntamiento ha decidido encargar la redacción de un plan director, un estudio y análisis que profundizará en el estado del castillo, sus necesidades y sus posibles usos futuros.

En 2001, Proynerso costeó la restauración de los paramentos del patio de armas. Gracias a las catas que se realizaron para estas obras se localizó y documentó una estructura anterior al siglo XV y también apareció la puerta de acceso al recinto exterior. En 2008, el Ayuntamiento acometió la reforma de la torre del homenaje, con la retirada de la vegetación, el vaciado de su interior y consolidación de esquinas para evitar su desmoronamiento. Para ello se contó con una inversión de 150.000 euros que aportó el Gobierno regional.

El estado de conservación es aceptable en comparación con otras fortalezas y se puede visitar gracias a un sendero que se habilitó en una de las últimas intervenciones. Desde Proynerso se aseguró que es un importante atractivo para los vecinos del valle del Alhalama en la Rioja y Navarra. La torre conserva restos del almenado superior y algún ventanal con sillares labrados. Consta en su estructura de dos anillos concéntricos. El interior, de gran altura, es rectangular, con torres circulares en las esquinas. El recinto exterior tiene siete cubos cilíndricos y numerosas saeteras repartidas por sus lienzos. Gracias a las intervenciones arqueológicas que se han llevado a cabo se ha podido descifrar algunos de los espacios que se emplearon para estancias de viviendas, ocupadas por los moradores del castillo. El Ayuntamiento de Magaña quiere recuperar el esplendor que tuvo su castillo y volverlo a mostrar a la sociedad.

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