Huerta estudia la solicitud de declaración de zona catastrófica

El Ayuntamiento de Santa María de Huerta se plantea pedir la declaración de zona catastrófica para la localidad «con el fin de solicitar fondos de ayuda a la Junta, a Diputación o a Europa para la reparación del cementerio y del Monasterio», según señaló ayer la alcaldesa de la localidad Mercedes Aguilar Medina durante los trabajos de limpieza y reparación de los daños causados por la tromba de agua producida el martes en torno a las 16.00 horas. Asimismo sufrieron importantes daños en la empresa Metal Jalón, donde ayer tuvieron que detener las producción para arreglar los desperfectos. En el resto de los locales y casas bajas del pueblo los trabajos se centraron en labores de limpieza de una tromba que también arrastró contenedores y un coche.

La responsable del Ayuntamiento señaló que los daños fueron producidos principalmente por «el agua caída en la zona del barranco de Torrehermosa, que arrasó con todo a su llegada a la localidad», y ello viene a coincidir con los datos de las precipitaciones que establecen que si bien el agua caída en Santa María ascendió a 30 litros por metro cuadrado, en la zona del barranco las precipitaciones ascendieron a los 100 litros por metro cuadrado.

En los trabajos de emergencia intervinieron cinco bomberos de Almazán y uno de Arcos con una motobomba, y según la alcaldesa de Santa María de Huerta «estamos viviendo todo esto con resignación, con ganas de ver todo limpio y solucionar los problemas del cementerio. Los vecinos estuvieron el día de las inundaciones ayudando hasta las once de la noche, lo mismo que los pueblos cercanos». Explicó que es algo que ocurre de forma repetida cada pocos años, «ya que el agua viene de dos barrancos, hace tapón y acaba canalizándose por el cementerio hasta llegar a arroyo que pasa por la localidad». Por este motivo prevé mantener en los próximos días una reunión con la Confederación Hidrográfica del Ebro «a ver si se puede canalizar el agua por otro sitio y hacer más grande el barranco para darle salida al río». Prevé que los trabajos de limpieza se prolonguen durante los próximos días, si bien no supo concretó el plazo, «hemos contado con la ayuda de todo el pueblo y de pueblos vecinos».

Respecto a las repentinas inundaciones que viene sufriendo esta parte del cementerio y del monasterio del Santa María de Huerta el historiador y especialista en arqueología cisterciense, Carlos de la Casa, señaló que «esto es algo muy habitual en cualquier monasterio Cisterciense, el císter mandaba que los monasterios se ubicaran siempre en lugares despoblados, que primero se instalara el monasterio y luego surgiera el pueblo, por lo que buscaban sitios despoblados cercanos a un riachuelo y en valles.Estos valles tenían que ser cerrados por todas las partes menos por el oeste.Esto conlleva que en un valle cerrado por el oeste el primer problema que va a tener es el freático. Esto provoca que sean sistemáticas las inundaciones en este tipo de monasterios».

En el caso del monasterio cisterciense de Santa María de Huerta desde la Junta señalaron que los daños no fueron importantes, y ahora se centran en la limpieza y la detección de los lugares por los que ha entrado el agua para evitar futuras filtraciones. En lo que se refiere al cementerio municipal las inundaciones alcanzaron cerca de los 130 centímetros, y desde que comenzaron las inundaciones la Junta estuvo en contacto con el padre abad.

Por otra parte el prior del monasterio, José Ignacio Manzano, declaró que «fue una inundación espectacular por lo dramático de la situación. Los daños más importantes se produjeron en la parte del cementerio y a nosotros nos ha afectado en las filtraciones al monasterio en los muros colindantes al cementerio».

El agua entró por un relicario que da al muro del cementerio y el salía por las maderas del retablo, según informaron desde el monasterio. Las inundaciones también propiciaron la inundación del claustro y la caída de un chopo. Además Protección Civil tuvo que arrancar la puerta del atrio con una pala porque se estaba acumulando el agua y no se podía abrir.

Por otra parte los vecinos ayer esperaban la llegada de los agentes de seguros para valorar los daños tanto en las casas como en las cosechas de cereales de las plantaciones cercanas.