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RELIGIÓN

Melgar se va a Ciudad Real y deja proyectos "a medias" en Soria

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N. F./Soria
Soria

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El obispo de Osma-Soria, Gerardo Melgar, fue nombrado ayer obispo de la Diócesis de Ciudad Real de la que tomará posesión el 21 de mayo. Hasta entonces permanecerá en Soria como administrador diocesano. Unos días después de su nombramiento en la catedral de la localidad manchega el Consejo de Consultores de Soria elegirá al nuevo administrador diocesano de Osma-Soria, si no se ha producido el nombramiento del nuevo prelado por parte del Nuncio del Papa en España, Renzo Fratini. Melgar estimó que la designación del obispo «no va a tardar mucho, pero pueden pasar siete meses». Agregó que «nadie sabe quién va a ser el nuevo obispo» y sobre la posibilidad de que fuese un soriano, Melgar exclamó que «ya veremos».

En este sentido subrayó que Osma-Soria no ha sido una Diócesis conflictiva y reconoció que «se gobierna bastante bien» y en la que deja proyectos «a medias, no he conseguido todo».

Melgar recibió del Nuncio de Papa en España el pasado 22 de marzo la comunicación de su nuevo destino pastoral como obispo de la Diócesis de Ciudad Real, como ya adelantó DIARIO DE SORIA/EL MUNDO. Una Diócesis a la que acude «con ilusión» y con el conocimiento de que se va a encontrar una realidad distinta, sobre todo porque la provincia cuenta con seis veces más población que Soria, «supongo que los problemas serán más complicados».

Manifestó que «por gusto personal» seguiría en Osma-Soria, «pero no soy obispo para seguir mi gusto sino para servir a la Iglesia donde me necesite, y ahora el Santo Padre me envía a la Diócesis de Ciudad Real donde seguro que voy a encontrar el apoyo, el cariño, la cercanía y la colaboración que siempre encontré en Soria», puntualizó.

Gerardo Melgar, palentino de nacimiento, confesó ayer que no hubiese preferido ocupar la vacante de esta provincia castellanoyleonesa que no tiene obispo desde hace 10 meses, «porque nadie es profeta en su tierra», puntualizó.

El obispo electo de Ciudad Real se despidió ayer de todos sus colaboradores más cercanos, de los sacerdotes, los laicos y los religiosos de Osma-Soria. Una Diócesis a la que llegó hace ocho años y en la que dijo que ha estado «muy a gusto y no me hubiese gustado irme, pero como obispo estoy al servicio de la Iglesia». Agradeció la acogida de los sorianos durante todos estos años, de los que «he aprendido mucho y «nunca la olvidaré porque ha sido mi primera Diócesis como obispo».

En su comparecencia ante los medios de comunicación, Melgar aprovechó para pedir perdón por «si no he respondido a las expectativas que habían depositado en mí» y sobre su gestión al frente de Osma-Soria destacó que se ha conseguido reactivar los grupos de laicos, pero deja muchos proyectos a medias en un territorio, en el que la despoblación afecta de lleno a su funcionamiento.

Uno de los problemas más acuciantes de la Iglesia actual es la falta de vocaciones, con solo tres seminaristas mayores, pero no solo pasa en Soria también se acusa en otras Diocésis». Gerardo Melgar subrayó que el envejecimiento de la población influye de manera decisiva en la ausencia de vocaciones, pero también tienen que ver otros factores como «la falta de prestigio del sacerdocio, porque en la actualidad la fe es débil y es una desgracia. Ahora para ser seminarista mayor se necesita tener coraje», significó. En este sentido agregó que la falta de vocaciones va a seguir siendo una de las asignaturas pendientes para la Iglesia «y por ello se tiene que seguir trabajando desde todas las diócesis».

Melgar sustituirá a Antonio Algora Hernando que se jubila tras 13 años como obispo de Ciudad Real, quien agradeció que «envíen a un obispo experimentado, tanto por su trayectoria pastoral en su Diócesis de Palencia, como en el ejercicio del ministerio episcopal que ha desarrollado en Osma-Soria». El obispo electo aseguró que acude a la provincia manchega «cargado de ilusión y de esperanza, con la confianza y las ganas de dar lo mejor de mí mismo en favor de la evangelización».

Geraro Melgar agradeció ayer en particular el trabajo pastoral de los sacerdotes de Soria a los que les dijo que durante estos años «me habéis demostrado de lo que sois capaces.

Muchos de vosotros, muy mayores en edad pero jóvenes de corazón, me habéis dado un ejemplo de entrega y de generosidad atendiendo a las parroquias hasta que no habéis podido más», puntualizó.

También tuvo palabras para los laicos y agradeció su presencia «en los grandes acontecimientos y celebraciones que se han sucedido bajo su ministerio como son la celebración de los tres años de Misión diocesana, las semanas de la familia, y el proyecto ‘Discípulos-misioneros’, entre otros.

Por otra parte, agradeció la labor de los religiosos que «han estado integrados y comprometidos con la labor pastoral de la Diócesis».

Gerardo Melgar estuvo arropado en su despedida por el vicario general, Gabriel Rodríguez, y por el vicario pastoral, Ángel Hernández, en un acto que se celebró en la Casa Diocesana, en el que también estuvieron presentes los sacerdotes que componen el Colegio de Consultores y aquellos que han colaborado estrechamente con el prelado durante estos ocho años para garantizar la gestión y el gobierno de todas las parroquias que forman parte de la provincia soriana.

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