Hallan las cavidades de las baterías antiaéreas de la Guerra Civil entre los restos de la ciudad romana

Las excavaciones en el yacimiento de Numancia han dado una sorpresa al equipo de investigación de Alfredo Jimeno. Los trabajos en el espacio de la manzana 24 han localizado el hueco sobre el terreno que hicieron los militares italianos durante la Guerra Civil para colocar la baterías antiaéreas con las que protegían el aeródromo de Garray. Se trata de una cavidad en el suelo de 16 metros cuadrados, en la que también se han conservado otros elementos como latas de sardinas y útiles de los militares.

Para Jimeno este hallazgo era previsible «porque sabíamos que en Numancia se colocaron este tipo de baterías y cuando excavamos en la manzana 23 aparecieron restos que nos hacían pensar que estábamos cerca». El ejército nacional utilizó de manera activa el aeródromo de Garray para sus aviones. De sus pistas partieron los aviones que participaron en el bombardeo de Gernica. Por ese su enclave y al ser un punto elevado fue un punto estratégico para la defensa del aeródromo. De hecho, después de la Guerra Civil, se colocó un pequeño monolito en recuerdo de Mussolini, por el apoyo de tropas al ejército de Franco. Ese monolito se retiró posteriormente. 

La campaña de excavación de este verano ha llegado a su ecuador. Los trabajos realizados durante la primera quincena del mes ha permitido alcanzar el nivel de la ciudad romana del periodo imperial, entorno al siglo I de la era. Se han reconocido los cantos rodados de las viviendas, adornados con estucos. El hueco sobre el terreno de las baterías antiaéreas de la Guerra Civil va a ser empleado por el equipo de excavaciones para intentar documentar los niveles más antiguos del asentamiento de la ciudad. «Vamos a regularizar el terreno y, a pesar de que se han roto los estratos en la zona esperamos que no estén afectado el asentamiento celtibérico».

En estas dos semanas se ha excavado casi la mitad de los 400 metros cuadrados de la parcela prevista para este verano. Jimeno recordó que la investigación en esta manzana del yacimiento está planteada para cuatro o cinco años con el objetivo de alcanzar el nivel de la ciudad que arrasó Escipión en el 133 antes de Cristo y toda la planificación urbanística, de la que se tiene poca información. Los resultados que se obtengan en Numancia servirán de referencia para otros yacimientos celtíberos.

Por de pronto, este año se ha comenzado a descubrir los restos de las construcciones romanas que se encuentran alteradas a causa de los trabajos agrícolas que se llevaron a cabo en el cerro numantino hasta el año 1906, fecha en la que el Estado expropió los terrenos para comenzar con la intervención arqueológica.

El equipo de investigación que capitanea Jimeno trabaja con el conocimiento de que existen cuatro asentamientos superpuestos en el cerro numantino; dos correspondientes al periodo celtíbero y otros dos más posteriores y de la época de la romanización de la Península, entre los siglos II antes de Cristo y el III después de Cristo.