MEDIO AMBIENTE
Denuncian la muerte de un perro de caza por un celador
El perro llevaba chip y fue abatido de un disparo entre Casarejos y Vadillo
Un hombre ha denunciado la muerte de un perro de su propiedad de un disparo realizado por un celador de caza de la Reserva de Urbión. La denuncia fue presentada en el puesto de la Guardia Civil de San Leonardo por Ángel Sánchez Rupérez el 26 de enero, por unos hechos que acaecieron la mañana del día 23 entre los términos de Vadillo y Casarejos, donde murió el perro de un disparo en el corazón.
Según el relato del denunciante, su padre -Ángel Dionisio Sánchez Díez- sacó a pasear al can por una zona del paraje Valdevalero, de San Leonardo, entre las 9.30 y las 9.45, cuando al poco tiempo el animal, de nombre Varela, se escapó en dirección a Casarejos tras lo cual el hombre inició su búsqueda. Unas horas después, sobre las 12.30, el denunciante recibió una llamada de la patrulla de la Guardia Civil del Seprona -perteneciente a San Esteban- para comunicarle que su perro había sido abatido entre las localidades de Vadillo y Casarejos por un celador de caza, según consta en la denuncia a la que ha tenido acceso este medio.
En la denuncia se hace constar que el celador abatió al perro «con un arma larga rayada de caza mayor de manera ilegal con un disparo en el corazón», extremo este último que certifica la necroxia realizada por un veterinario. Asimismo, el denunciante deja constancia que la guardería de montes y de caza sita en la localidad de San Leonardo «no facilitó ninguna información al denunciante e incluso ocultó información relativa al hecho».
El motivo por el que supuestamente se abatió al perro fue por estar atacando unas vacas en la localidad de Vadillo, siempre según la citada fuente. El propietario de Varela dice que el perro fue «asesinado momentos después de su identificación» y que el animal era «un perro doméstico», lo que puede apreciarse en las fotografías.
El animal era un perro de raza podenco ibicenco puro, de color marrón y blanco de nueve años de edad. Se trataba de un semental para monta de perras, que contaba «con certificados veterinarios de buena actitud, siendo un animal que convivía con cabras y ovejas, no atacando a ninguno de ellos en ningún momento», según recoge la denuncia.
El dueño del perro poseía el correspondiente pasaporte del animal, la cartilla de vacunación y la tarjeta con el correspondiente número de chip (que también consta en la denuncia), documentación que en el momento de ocurrir los hechos estaban en la clínica veterinaria de Lerma (Burgos) que lleva al animal y que se entregarán en el Juzgado.