Heraldo-Diario de Soria

YANGUAS

Desnudez para voltear de nuevo las campanas

Durante la presentación se vendieron cerca de los 500 calendarios impresos

Las 12 instantáneas que conforman el calendario.-HDS

Las 12 instantáneas que conforman el calendario.-HDS

Publicado por
Virginia Fernández
Soria

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Rafa, Andrés, Macario, Luis, Miguel, Mihai, Javi, Juan Carlos, Arturo, Genaro, Armando y Pablo. 12 nombres, 12 hombres y 12 cuerpos desnudos para ilustrar cada uno de los meses que componen un calendario con un claro objetivo: que las campas de la iglesia de Yanguas vuelvan a tañer. «No es sólo carne, también es alma», reconocen en el almanaque, en el que con humor «y la seriedad justa para tratar un tema importante» explican que al adquirir el producto «no compras sólo la imagen de 12 cuerpos espartanos esculpidos a base de tesón, sacrificio, sudor, disciplina, trabajo, esfuerzo, torreznos y botellines». «Si compras este calendario eres partícipe de la pasión de un pueblo que se niega a perder el sonido del tañer de sus campanas», aseguran.

El castillo de la localidad, ubicada en la comarca de Tierras Altas, se llenó ayer de vecinos y curiosos que quisieron hacerse con los primeros ejemplares a la venta, dos meses y medio antes de que el 2019 se abra paso. Y tanto éxito tuvo la presentación del calendario que apenas sobraron 25 de los 500 impresos. Gracias a las ventas y a la colecta con la que iniciaron esta iniciativa los organizadores ya han sumado los 3.600 euros que estiman que cuesta la reparación de las campanas, que hasta hace «dos o tres años se volteaban a mano», explica Pablo Febrero, que protagoniza la imagen de diciembre. «Todo empezó un día hablando en el bar sobre las campanas y el hecho de que siempre nos quejamos de que las administraciones no hacen nada y decidimos hacer algo nosotros. Empezamos con una colecta pero había que darle un giro y se nos ocurrió lo del calendario. No hay huevos, dijo uno. Y así empezó todo», recuerda.

Meses y varias fotografías más tarde en apenas unas horas han cumplido con el objetivo marcado. «Nos ha desbordado la situación y aunque tenemos que echar cuentas creemos que ya hemos conseguido el dinero que era necesario», señala Febrero, quien avanza que «en unos días» solicitarán a la imprenta una nueva tirada. «Aunque todavía tenemos que decidir de cuántos ejemplares», matiza. «Los que estamos en esta historia decidimos junto a nuestras familias que el dinero sobrante se emplease en un bien social para el pueblo. Se hizo una votación y salió iluminar la torre de San Miguel», explica.

Los 12 ‘modelos’ intentan con esta acción «sacar algo bueno de la despoblación». «Queremos mostrar que personas pequeñas llevando a cabo pequeñas aportaciones podemos conseguir cosas grandes. Los que vivimos en los pueblos que están azotados por la despoblación estamos ya hartos de que se trate la situación de una forma lastimera, queremos hacer ver que se pueden hacer cosas», concluye.

Y qué mejor manera que unir a todo un pueblo para desnudar sus deseos, sus anhelos y su lucha por lograr que las campanas de Yanguas vuelvan a sonar.

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