Heraldo-Diario de Soria

QUINTA ESQUINA

Carlos Vallejo Muñoz: «Espero que a los políticos les duela un poquitín la vergüenza»

Voz entre miles, este administrativo de profesión ingeniero agrícola, podría ser aspirante a político (propuesta recibida) pero prefiere la calle, la justa reivindicación, la identidad de Soria Ya y no es poco.

-MARIO TEJEDOR

-MARIO TEJEDOR

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P. PEREZ SOLER
Soria

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Pregunta.– Le vi cerrando la manifestación de la Soria Ya y recogiendo cartones. ¿A quién mandaría a recoger papel?

Respuesta.– A cualquier persona que fuera cívica. Preparamos una manifestación y sabíamos que había que dejar todo como estaba.

P.– ¿Qué le duele al político? Está visto que las protestas no lo suficiente.

R.– Esperamos que sí le duelan. Creo que la sociedad soriana ha estado muy callada pero últimamente estamos empezando a levantar la voz y tienen que sacar una lectura de las últimas convocatorias que se han hecho. Esperemos que les duela un poquitín la vergüenza. Basta ya de promesas. Somos una tierra en que se han prometido muchas cosas desde hace 20 años, así que esperamos que les duela la vergüenza un poquitín.

P.– ¿Qué no aprendido con los años?

R.– A decir que no. Me gusta meterme en todos los charcos y me cuesta decir que no.

P.– Vaya cansancio siempre el mismo grito.

R.– Me cansa luchar contra lo de siempre y repetir todos los días lo mismo. Me gusta mi tierra, Soria, y estoy cansado de que un año tras otro sea siempre lo mismo. Coges las protestas de hace 17 años, y excepto el túnel de Piqueras, son las mismas.

P.– Dígame su manera de decir.

R.– Recomendar. Es muy difícil imponer a la gente cosas. Tú puedes dar una opinión recomendando y que luego cada cual saque sus consecuencias.

P.– No sé si funciona eso en la política.

R.– Nos estamos dando cuenta y creo que es el momento de exigir. Lo que no sabemos es cómo hacerlo. Realmente vemos los programas de los partidos y son panfletos llenos de promesas que luego no se cumplen y no suponen ninguna responsabilidad. Va siendo hora de que esos programas se cumplan y tengan responsabilidad. Pero no sabemos quién es el responsable de hacer cumplir esas promesas.

P.– «El éxito fue mi patria» (Zambrano) ¿Qué le sugiere?

R.– Que estuve cinco años fuera de Soria y me fui a una tierra muy bonita, Alicante. Pero es el exilio de tu tierra…

P.– Hasta hace poco tiraba del carro una media de edad de 75 años, que ahora ha bajado. ¿Qué ha sucedido para ello?

R.– Que estábamos adormilados. Que veíamos a los Goyos y a Luis tirar de la Plataforma y olé sus narices, porque lo han estado haciendo muy bien. Pensábamos que era suficiente, hasta que un día hicieron una señal de socorro y nos dimos cuenta de que teníamos que dar un paso adelante. La Plataforma Soria Ya se estaba envejeciendo y necesitaba una renovación. Un grupo dimos el paso y estamos esperando que más gente lo dé.

P.– La independencia económica ha sido una de sus señas de identidad. ¿Por qué o por no debe seguir así?

R.– Debe seguir siendo así para no tener que dar explicaciones a nadie. Ponemos blanco sobre negro qué es la plataforma, nos está llevando diálogo interno y en esa definición una característica es su independencia económica. Si tuviéramos dependencia de alguien deberíamos dar cuentas. Nos financiamos a base de lotería, banderas y colaboraciones de empresas.

P.– ¿Qué límites encuentra en lo que quiere hacer?

R.– Aquí el límite es lo que tenemos. Hay poca industria y pocas oportunidades, gente que se tiene que ir. Yo he encontrado un trabajo en el que estoy a gusto y de momento ése es mi límite.

P.– Procure no ser políticamente correcto. ¿Qué hace cuando el método no funciona?

R.– Ahora mismo me cabreo. Lo que ya no sé es si hago algo distinto del método. Pero por lo menos mostrar mi malestar sí. Es difícil si estás haciendo las cosas de una forma cambiarlas. Nos cuesta mucho. La verdad es que, principalmente, cabrearme.

P.– ¿Y si cambia de táctica? No hablo de nada en concreto.

R.– Ni yo tampoco. (Ríe). Sí, hay que buscar alternativas, es difícil pero para eso se puede contar con el consejo de otra gente.

P.– ¿Por qué hay que abrazar banderas?

R.– Es un acto simbólico para demostrar que quieres a algo. Pero yo no pongo una bandera por delante de nada. Antes que las banderas están las personas. Las abrazas pero es un gesto, no va más allá.

P.– ¿Qué programación informática necesita Soria?

R.– La última. Necesitamos ser un Mac. Diferenciarnos del resto. La mayoría va con Android, pues nosotros tenemos que ser Ios.

P.– ¿Qué le van a traer este 2019 a sus señorías, los políticos, digo?

R.– Espero que mucho carbón porque han mentido mucho. Y hablamos de todos los lados.

P.– «La pregunta es el despertar del hombre». (Zambrano otra vez). ¿La suya?

R.– ¿Dónde estaré mañana? Estamos en un momento de muchos cambios…

P.– ¿Quién se cansa antes y de qué, el ciudadano o el político?

R.– Por supuesto que el ciudadano. El político no se cansa. Vive muy bien. Coge una silla y no se cansa. Y sin responsabilidad.

P.– «La gente miente, profesor. Sólo debemos fiarnos de las pruebas». (Grisson. CSI).

R.– Me gusta. La veía. Es cierto: hay que buscar las pruebas. Al final hay mucha palabrería, muchas promesas, mucho vender humo y hay que remitirse a las pruebas. En Soria las pruebas son los ladrillos que hay, las carreteras, las instalaciones…

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