Heraldo-Diario de Soria

Las Cuevas revive la fiesta del cisco con 270 kilos de carbón vegetal

Los cisqueros en plena faena-LUIS ÁNGEL TEJEDOR

Los cisqueros en plena faena-LUIS ÁNGEL TEJEDOR

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Más de un centenar de personas asisten a la jornada que rememora esta antigua tradición
Soria

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El olor a encina quemada se olía a distancia y era la mejor satisfacción para todos los asistentes a la fiesta del cisco, ayer en Las Cuevas, donde se elaboraron unos 270 kilos de carbón vegetal. Esta jornada «empezó siendo casi familiar para no olvidar la tradición» y se ha convertido en una cita fijada el segundo domingo de marzo, que ayer contó con la participación de más de un centenar de personas. La fiesta del cisco recuerda la tradición cisquera que había en la población donde la elaboración de carbón vegetal en el monte era sustento para muchas familias que, además de utilizarlo en sus hogares, lo vendían a terceros.

Los asistentes partieron hacia el monte sobre las 9.30 horas en caravana. Antes el recorrido se realizaba a pie; ayer, en coches y un tractor con remolque lleno de personal. La leña, de encina, llevaba cortada un mes. «Se hacen gavillas y se echa la leña poco a poco», cuenta Isidoro Cabrerizo Cabrerizo, uno de los cisqueros más veteranos, que estuvo en la faena pero no en primera línea.

La preparación de la cisquera lleva su tiempo, al igual que la elaboración del cisco, el carbón vegetal que se produce por el calentamiento de la madera y los residuos vegetales, y que tiene alto poder calorífico.

Una vez amontonadas las ramas, y cubiertas con hojarasca, se prende fuego a la hoguera hasta que arde la leña. Todo ello «bajo la mirada de los cisqueros que van remojándola poco a poco y se le da tres vueltas con el holguinero», explica Isidoro en alusión a la vara con que se mueven los residuos.

El resultado, 18 sacos de carbón vegetal de encina que pesaban unos 15 kilos cada uno. «Cuando comenzamos con esta fiesta llegamos a sacar hasta 140 sacos», recordaba Isidoro, miembro del colectivo promotor del acto, la Asociación de la Covacha y el Perejón, formada por unos 250 socios.

El carbón vegetal se vendió a personas interesadas a seis euros el saco, según fuentes de la organización. Unos 12 cisqueros estuvieron al frente de todo el proceso de elaboración del cisco, este año en el paraje conocido como Alto del Pozo. «El cisco siempre se hacía en el monte y luego se bajaba al pueblo», al igual que se hizo ayer, y estaba presente en todas las viviendas de Las Cuevas.

Antes del regreso, que muchos hicieron a pie, los asistentes disfrutaron de un almuerzo a base de torreznos, chorizo y migas, que fueron preparadas la tarde anterior.

Una vez en el pueblo, y también como marca la tradición, los participantes prosiguieron la fiesta con una comida de hermandad a base de caldereta, que «menos dos o tres años que llovió, siempre hemos hecho en la plaza», tal y como indicó Isidoro.

«Creo que hacemos los 30 años de la fiesta del cisco» que no ha perdido ni esencia ni objetivos: poner en valor una antigua tradición y el oficio de cisquero que «todos recuerdan». La siguiente cita ya tiene fecha en el calendario: 8 de marzo de 2020.

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