Gallinero busca máquinas y aperos agrícolas para hacer un museo
Promovido por la asociación cultural, está al aire libre y ya ha colocado la primera pieza
Museo de Maquinaria Agrícola en Gallinero-V. GUISANDE
Arados, sembradoras, trillos, aventadoras… cosechadoras quizá… El abanico de aperos y máquinas agrícolas que han pisado el campo soriano es amplio y gran parte está en desuso y acumula polvo. En él ha puesto el foco la Asociación Cultural de Gallinero que ha promovido un museo de agricultura en el que ya ha puesto la primera piedra. Esta pequeña población del municipio de Almarza muestra desde hace unos días la primera pieza de este original museo, una máquina que ha sido cedida por sus propietarios. Se trata de una atadora y es la primera máquina agraria con la que este centro museístico al aire libre abre sus puertas.
La idea surgió este verano tras una actividad en la llamada casa de los toriles, con el pintado de un mural en una de las paredes del edificio, en recuerdo de una actividad «muy presente en Gallinero» y en toda la provincia hace unas décadas: la siega. El mural en cuestión (realizado por Julita Romera) muestra al segador metiendo el heno en el pajar a través de una ventana del mismo edificio. «Recreamos la siega y a raíz de todo aquello pensamos hacer un museo de máquinas y aperos al aire libre», cuenta Lucía García, presidenta de la asociación cultural.
La atadora es propiedad de los Hermanos Del Río Arévalo que la han cedido para el Museo de la Agricultura en nuestras calles, tal y como queda constancia en el atril identificativo, con el año de la pieza: 1959. La máquina fue adecentada por operarios del Ayuntamiento de Almarza, que colabora con la asociación en el museo.
Las máquinas y aperos que se vayan consiguiendo se colocarán en distintas zonas del pueblo, entre ellas el amplio espacio verde que hay junto a la izquierda. «Igual no son tan grandes como ésta, pero el caso es que la gente se anime y ceda máquinas para que se expongan», añade Lucía García.
La portavoz de la asociación anima a vecinos e hijos del pueblo a involucrarse en el museo sacando maquinaria vieja a la calle y cediendo material que, en la mayoría de los casos, se guarda en almacenes o cosechas y está en desuso desde hace tiempo. La iniciativa pretende ser un homenaje a un modo de vida que ya no existe, muy presente en la generación anterior. Un enorme cartel en las inmediaciones explica la evolución de la agricultura y sitúa a Gallinero en el mapa.
La placa recoge fotografías de labores agrícolas en blanco y negro y color y ha corrido a cargo del Ayuntamiento de Almarza. La alcaldesa, Ascensión Pérez, ex del PP y hoy no adscrita, mostró su respaldo a este proyecto de museo comprometiendo ayuda municipal «en lo que esté en nuestras manos».
El museo es la actividad más destacada que ha llevado hasta ahora la asociación cultural, en funcionamiento desde hace un par de años y con unos 280 asociados. Talleres de acebo y gastronómicos y rutas por el hayedo de Gallinero son algunas de las actividades de este colectivo, que tiene su sede en el edificio municipal del pueblo.