Heraldo-Diario de Soria

EL MUNDO... RURAL

Con la materia prima del corazón de los bosques de Pinares

Maderas Rupérez nació hace más de medio siglo en San Leonardo de Yagüe y hoy es todo un referente del sector de la madera. Materia prima con la que se han rehabilitado desde palacios hasta iglesias y museos

Fran Rupérez-R. F.

Fran Rupérez-R. F.

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RAQUEL FERNÁNDEZ
Soria

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RAQUEL FERNÁNDEZ SAN LEONARDO

Bajo el nombre de Maderas Rupérez se encuentra uno de los mayores ejemplos de que el éxito empresarial por supuesto también puede conseguirse en el mundo rural. Lo demuestran sus más de seis décadas de trabajo utilizando la mejor de las materias primas: la madera del corazón de los bosques de Pinares con la que se rehabilitan, entre otras muchas cosas, desde palacios hasta iglesias y museos dejando la huella de la historia pinariega, de la esencia de aquellos carreteros y de sus duros trabajos, sumergida en cada una de estas reconstrucciones que Maderas Rupérez ha realizado por toda la geografía española.

Rupérez es una firma que nació a finales de los años 50 en la localidad de San Leonardo de Yagüe con la ilusión de un padre al emprender un proyecto junto a su hijo. Algo que comenzó con esfuerzo y que poco a poco, y con mucho trabajo y sacrificio, se fue mejorando y que hoy en día se ha convertido en una de las empresas más consolidadas y todo un referente en el país dentro del sector de la primera y segunda transformación de la madera y que además da trabajo directamente a doce personas y muchas más de forma indirecta.

Hoy la dirige la tercera generación de aquellos emprendedores. Es Fran Rupérez quien administra esta firma dándole una nueva mirada de futuro, pero sin querer perder la esencia con la que fue creada. «Todo comenzó cuando mi padre y mi abuelo compraron un antiguo aserradero cerrado y lo pusieron en marcha. Mi abuelo Eugenio se había dedicado durante muchos años a serrar madera y a afilar sierras, con lo que contaba con experiencia. Mi padre está muy orgulloso de la evolución que ha tenido la empresa y mi abuelo, aunque nos dejó hace muchos años, estoy seguro que le hubiera encantado ver el estado actual de Maderas Rupérez», confiesa Fran.

Actualmente, Maderas Rupérez ofrece desde productos del apartado estructural y de mobiliario urbano, en cuanto a productos finalizados; y madera para carpintería y para embalaje como productos aserrados, si bien incluso estos últimos «se elaboran cada vez en mayor medida», explica Rupérez, asegurando que todas las líneas funcionan y tienen sus respectivos clientes, no «obstante, en los últimos años el crecimiento de la empresa ha sido exponencial en los apartados estructural y de mobiliario. Hemos pasado, en gran medida, de vender madera en bruto a ofrecer a nuestros clientes todo lo que puedan necesitar para construir una nueva vivienda, rehabilitar una cubierta, realizar las instalaciones de un nuevo negocio, rehabilitaciones monumentales y de patrimonio…».

En mobiliario urbano, Rupérez fabrica e instala pasarelas, construcciones diversas, pantallas acústicas, cubrecontenedores, vallados, bancos, mesas y un largo etcétera de productos, estándar o a medida.«Contamos con la certificación PEFC de Gestión Forestal Sostenible, la Marca de Garantía de Pino Soria Burgos, garantía del origen de la madera, y el marcado CE para la madera estructural. Todos los conseguimos gracias a proyectos realizados a través de la Fundación CESEFOR, entidad con la que, a día de hoy, colaboramos en varios proyectos de I+D+i en fase muy avanzada», añade Fran Rupérez.

Asegura este pinariego que para ellos es igual de importante un proyecto de gran envergadura que uno pequeño. «Grandes y pequeños, todos son muy importantes. Cuando una persona quiere construir o rehabilitar su casa, o poner una pérgola o un banco en su jardín y deposita su confianza en nosotros, es una gran responsabilidad y tenemos que esforzarnos en hacerlo bien. Y cuando esa misma gente te envía a sus hermanos, familiares o amigos, algo que nos ocurre con frecuencia, eso es una satisfacción personal que va mucho más allá del negocio en sí».

«Por poner algún ejemplo cercano y dejando un poco de lado las rehabilitaciones más o menos monumentales, hemos ejecutado, en tiempo récord, una pérgola de más de 300 m2 en El Burgo de Osma; se han instalado gran cantidad de paneles fonoabsorbentes, realizados íntegramente en nuestras instalaciones, en diversos puntos del País Vasco; acabamos de terminar un proyecto muy bonito en San Leonardo, que animo a visitar, con la adecuación de la antigua estación de tren y su entorno, incluyendo señalización sobre la película Doctor Zhivago; también se está concluyendo en San Leonardo una gran cubierta para el cerramiento del patio interior del colegio», añade Fran Rupérez.

Por último, este joven pinariego confiesa que tener una empresa en el mundo rural tiene ciertos inconvenientes «de sobra conocidos, pero prefiero quedarme con las ventajas. Una fundamental es que nuestra principal materia prima sale de los montes de la comarca. Por otro lado, siendo soriano ‘de ocho apellidos’, me congratula enormemente el hecho de poder trabajar y dar trabajo a gente asentada en nuestra tierra. Simplemente por eso, ya merece la pena luchar contra todas las adversidades que puedan surgir», concluye.

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