Heraldo-Diario de Soria

QUINTA ESQUINA

Juan Carlos de La Orden: «Los toros cojos y tratados llegan siempre en la Saca»

Enfermero’ de los protagonistas de fiestas, no es moco de pavo su papel de decir si al astado se le retira o no del monte, ni de cargar la medicina en el rifle. Más de 300 toros sanjuaneros han pasado por sus manos.

-V. GUISANDE

-V. GUISANDE

Publicado por
P. PEREZ SOLER
Soria

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Pregunta.– ¿Qué tiene Soria de toro?

Respuesta.– Es complicado. No se me ocurre nada. Como sociedad somos bastante tranquila, nunca nos hemos movilizado mucho... Somos como muy estables, al revés que el toro. El toro embiste. No sé, es muy distinto a nosotros, igual por eso nos atrae tanto.

P.– ¿Qué tipo de astado sería un soriano?

R.– A veces un manso.

P.– Vaya papelón el suyo, certificar el estado del toro para decidir si se cambia o no.

R.– Lógicamente opina el veterinario pero opina más gente también. Y si la cosa está muy clara, muy clara, pues directamente se dice que se tiene que quitar, por rotura, porque no puede andar… Hay temas que se ven. (Opinamos mucho...). Sí, todo el mundo opina. A veces demasiado. Pero después de 30 años haciéndolo te acostumbras. En el 89 fue la primera vez que me llamaron porque estaban todos los toros con neumonía.

P.– Enfermero de los protagonistas de fiestas.

R.– Sí, veterinario. Salvo cosas puntuales que han podido ser cuatro o cinco raras, lo demás han sido heridas, golpes… Hoy no vamos a verlos (día siguiente de la Compra) porque están tumbados descansando. Mañana es cuando se verá, si hay alguno cojo o puede tener algún problema por si hay que ponerles tratamiento, que se hace con rifle y con dardos. La medicina se les mete así, se carga la medicina en un dardo que se dispara con un rifle. Y se repite cada dos días.

P.– (Recibe llamada de Aurelio desde Valonsadero para decirle cómo están los toros). ¿Cuál es la dolencia más común?

R.– Dice que se han levantado ahora y están bastante bien. Las más comunes son inflamaciones en las pezuñas, en las patas, en las rodillas… Hay veces que se hacen una raja y hay que dormirlos y coserlos.

P.– Si ser animalista es querer a los animales, ¿qué es usted?

R.– Desde ese punto de vista soy animalista. Me gustan los toros porque existen gracias a eso. El animalista solo ve una pantalla delante. Si me tuviera que reencarnar en bovino elegiría ser toro. Si les dieran a elegir, elegirían ser toro de lidia por la vida que llevan.

P.– No digo que gachos y bizcos pero cornalones tampoco son este año.

R.– Tampoco desarrollan tanto cuerno. Y además vienen afeitados, la ley lo obliga.

P.– ¿Qué hacemos mal en el monte?

R.– Hay gente que les tira piedras… Cuando están cansados y no se arrancan, hay gente que les tira cosas, palos… Eso hace daño porque es cuando el toro está más cansado y si se le ocurre arrancar es cuando se lesiona.

P.– ¿Estamos humanizando al animal?

R.– Demasiado. Hay una tendencia ahora que es un poco exagerada. El tema animalista está muy en boga, pero se esta exagerando. Ahora se habla del perrhijo, cosas de esas. Igual no bautizan al hijo pero llevan al perro a bendecir.

P.– Pero admitimos la eutanasia animal.

R.– Mira, el otro día leí que en Estados Unidos la primera profesión de suicidio es la de veterinario. Normalmente en una clínica la responsabilidad recae sobre una persona. La decisión te la consultan y te cuesta mucho decidirla. Y luego la presión animalista que lleva a un estrés alto y el porcentaje de suicidios es muy grande. (¿A usted le cuesta?). Claro que sí. Y hay veces que el dueño lo entiende muy bien, y otras no tanto. A mí me ha costado llorar muchas veces y sin ser el perro mío.

P.– Al margen de los sucesos animales de bípedos recuérdeme alguno de los otros.

R.– Una vez se metió un toro en los matorrales cercanos a la Casa del Guarda. Según estábamos esperando a ver si salía o no, dos chicas cruzaban de la carretera hacia ellos y se metían donde estaba. Quise decirles que había un toro y me llamaron de todo… Desde cabrón, viejo verde… Salieron tan tranquilas y se fueron y el toro estaba a cuatro metros de ellas.

P.– Menudo entrenamiento el de la Compra para la traída del Jueves La Saca.

R.– Ahí se ve la actitud que tienen. En principio se ven más flojos pero están aguantando bastante bien. Es una ventaja que sean más ligeros… cuando son más grandes y con muchos kilos, la teoría es que tienen que aguantar más pero se cansan más también.

P.– ¿Qué necesita un toro para llegar?

R.– Que esté entero y vaya en manada. Y luego algo que parece mentira pero pasa es que los cojos tratados o medio cogidos llegan siempre. Van siempre con la manda, no se les ocurre irse y llegan siempre. Normalmente estas cojeras en frío duelen pero cuando están en carrera ya no. Es mejor sacarlo cojo que no cambiarlo.

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